1. Líneas principales del pensamiento de Platón. 

El objetivo de la obra platónica, es claramente político y se basa en la convicción de que la verdad es necesaria para poder vivir en la ciudad al amparo de la justicia.
Platón, frente al pensamiento relativista y escéptico de los sofistas se va a situar junto a su maestro Sócrates, y va a defender conocimiento universal, objetivo y lo fundamenta en la existencia de realidades ideales e inmateriales: las ideas.
Así, Platón va a afirmar que, además de la realidadsensible, los objetos particulares, contingentes y en continuo cambio que conocemos mediante los sentidos, existe otro tipo de realidad, la inteligible, las ideas, que conocemos a través de nuestro entendimiento.
Siguiendo las doctrinas pitagóricas, Platón va a valorar más el conocimiento intelectivo que el sensible. Y como ellos también defenderá el dualismo antropológico. El hombre es cuerpo, pero sobre todo alma, un alma espiritual y eterna, que al encarnarse en el cuerpo, olvida las ideas; por eso tiene que recordarlas. Las cosas son recordatorios para este conocimiento como anámnesis, reminiscencia (recuerdo). Para poder llegar a las ideas, al conocimiento verdadero, Platón propone un proceso de educación, la dialéctica, distinguiendo grados, el conocimiento sensible que proporciona opinión y el inteligible que proporciona ciencia.
Así, sólo cuando el hombre, siguiendo la dialéctica, llega al conocimiento de la idea de Bien, sólo entonces conoce de verdad que es lo bueno y si domina su parte pasional e instintiva puede obrar bien, convertirse en virtuoso y ser feliz.
Si lo valioso del hombre es el alma, de naturaleza espiritual, racional; si el cuerpo es solamente la cárcel del alma, el hombre deberá actuar de modo que su alma racional dirija a las otras dos propias del cuerpo: el alma irascible y el alma concupiscible. Así, define Platón, la virtud fundamental, la justicia, como armonía o salud del alma. Platón com­parte la tesis socrática del intelectualismo moral, es decir, la identificación entre virtud y conocimiento,
En cuanto a la concepción platónica del Estado, para Platón, al igual que el hombre, que está compuesto por tres almas diferentes, la sociedad se debe dividir en tres clases sociales: filósofos, guardianes y artesanos, identificándose con las tres partes del alma y sus virtudes correspondientes. La correlación entre alma y Estado, ética y política es evidente, ya que sólo con una organización social justa del Estado, el individuo puede alcanzar la virtud y la justicia.

2. El problema de la realidad.

Al igual que Sócrates, Platón va a defender el conocimiento universal, objetivo y lo fundamenta en la existencia de realidades ideales e inmateriales: las ideas.
Así, Platón va a afirmar que, además de la realidad sensible, los objetos particulares, contingentes y en continuo cambio que conocemos mediante los sentidos, existe otro tipo de realidad, la inteligible, las ideas, que conocemos a través de nuestro entendimiento.
Así, la teoría de las ideas entrelaza el problema del conocimiento y la realidad.
Respecto a la relación entre las cosas sensibles y las ideas, Platón afirma que a cada clase de objetos que existen en el mundo sensible corresponde una idea, una esencia, y esta idea es la realidad más valiosa, su esencia, su verdad objetiva. Las características fundamentales de las ideas son las siguientes: (sólo lo subrayado)
-Las ideas son objetivas y trascendentes. No son, pues, pensamientos o contenidos del pensamiento subjetivos, sino entidades sin cuya existencia sería imposible el conocimiento científico. Son realidades ideales, no son cosas que se pueden ver a simple vista, sólo se pueden captar con la inteligencia, por eso son ideas.
-Las cosas participan de las ideas (tienen alguna cualidad suya) o imitan su idea (son un reflejo, se parecen en algo)
-Tienen un carácter normativo: no describen cómo son las cosas sino cómo deben ser. Las ideas son objeto de una definición y por tanto, de ciencia. Sobre las cosas materiales, en cambio, sólo podemos tener un conocimiento imperfecto.
-Las ideas son inmutables y eternas, a diferencia de las cosas del mundo sensible que cambian continuamente, que empiezan a existir y desaparecen. Vemos aquí las cualidades del ser de Parmánides).
-Las ideas están jerarquizadas y ordenadas. La idea suprema es la idea de bien, a la que se subordinan las demás; ideas morales (justicia, virtud), las estéticas (belleza), etc. 
Platón dedica en uno de sus diálogos: Timeo, a explicar el origen del mundo sensible y también trata la divinidad, llamándolo demiurgo, el ordenador del caos primitivo.
Este mundo ha sido hecho por el demiurgo. No se trata de que el demiurgo haya creado el mundo de la nada (el concepto de creación no existe en la cultura griega), lo que el demiurgo ha hecho, por ser sumamente inteligente y bueno, es actuar sobre una materia caótica, que existía desde siempre para llevarla a un estado de orden. Por tanto, su función es ordenar, organizar y combinar, pero no crear.
El demiurgo ha obrado de acuerdo a un fin: configurar el mejor mundo posible, tomando como modelo el Bien.
El Bien no es, pues, una idea como las demás, sino principio activo de ser y de verdad. Es el fundamento por el cual las cosas sensibles tienen realidad y sentido.
Platón para explicarlo compara el sol de la realidad sensible con la Idea de Bien.

3. El problema del conocimiento.

El conocimiento estricto, el siempre verdadero, se fundamenta en la teoría de las Ideas, que divide lo real en dos ámbitos distintos y a los que le corresponderá saberes muy distintos: la ciencia, que se ocupa de las Ideas, lo permanente, y la opinión, o conocimiento del mundo sensible, de lo que está sometido a generación y corrupción, de los animales, plantas y cosas fabricadas (la “creencia”) y de sus “sombras” y reflejos (la conjetura).En la CIENCIA, distingue Platón el pensamiento discursivo y la dialéctica. El primero se identifica con la matemática, que, a pesar de su valor, posee dos deficiencias: el uso de signos sensibles y el apoyarse en hipótesis (afirmaciones sobre el ser de sus objetos no suficientemente reflexionadas). La dialéctica es el conocimiento superior, se refiere al Mundo de las Ideas, a lo inmutable y universal, lo eterno, y se identifica con la filosofía. Platón la concibe de dos modos: como método racional que no usa de signos sensibles, pues emplea sólo la razón, ni descansa en “hipótesis”, pues prescinde de todo supuesto y no deja ninguna cuestión sin examen o evaluación; el objetivo de la dialéctica es descubrir las relaciones existentes entre las Ideas. La auténtica filosofía es “una ascensión al ser”: el filósofo (el dialéctico) debe “ascender” del mundo sensible al Mundo Inteligible o de las Ideas y en éstas a la Idea del Bien, fundamento del ser y de la inteligibilidad de las Ideas y de todo lo real. En cuanto al origen del conocimiento estricto, Platón defiende una teoría innatista, la teoría de la reminiscencia, según la cual conocer es recordar: al conocer verdades de tanta calidad como las de la matemática, en realidad nuestra alma está recordando algo que aprendió cuando, antes de encarnarse, vio en el Mundo Inteligible las Ideas y sus relaciones. Pero Platón también entiende la dialéctica como impulso erótico: el filósofo, mediante el cultivo de su sensibilidad, ascenderá desde el plano sensible al inteligible, desde las bellezas sensibles hasta la Idea de Belleza. El motor de dicho ascenso será un impulso erótico y el objeto del amor la belleza.

4. El problema del ser humano.

Platón concibe al hombre como un compuesto de dos sustancias distintas (dualismo antropológico): el cuerpo, vinculado al mundo sensible, y el alma, relacionada con el mundo inteligible. El alma humana es superior al cuerpo debido a que el alma es el principio de conocimiento y de bondad, pero más aún a que el cuerpo está sometido a corrupción y muerte mientras que el alma tiene un destino inmortal. Platón utiliza varios argumentos para demostrar la inmortalidad del alma, destacando el que se basa en la teoría de la reminiscencia, teoría que exige la preexistencia del alma antes de su encarnación para comprender el conocimiento eterno.
Para Platón, el alma nos iguala a los dioses y permite el conocimiento de las Ideas; distingue tres partes en ella: la racional, representada en el mito del carro alado por el cochero; es la más noble y elevada, y su función es conocer intelectivamente y guiar a las otras dos; la irascible, representada por el caballo bueno y hermoso, símbolo del valor y la voluntad; y la parte concupiscible, representada por el caballo malo, difícil de guiar, símbolo del deseo y la pasión sensible inmoderados. El alma busca la liberación del cuerpo y en esa búsqueda practica la filosofía como aproximación intelectual al mundo que le es propio. La parte racional del alma debe intentar purificar al individuo de los apetitos sensibles, y le corresponde dirigir la conducta humana. El dualismo antropológico de Platón se caracteriza por mantener una radical escisión en el hombre: el alma inmortal, lo más divino, principio de conocimiento y moralidad; y el cuerpo, origen de la ignorancia y del mal. Para Platón el cuerpo y sus pasiones son responsables de todas nuestras desgracias y sufrimientos. La tarea más importante del hombre será, por ello, la práctica de la virtud, basada en la renuncia a los apetitos corporales, y la práctica de la filosofía. La purificación moral e intelectual tiene como objeto que las almas se dejen guiar por lo que es justo y recto y de ese modo cumplan con su destino último, la morada divina, en donde preexistían. 

5. El problema de la virtud o la ética. 

La dialéctica es un camino hacia las ideas, pero por sí misma no es suficiente, es necesaria la virtud, que es también un camino hacia el Bien y la Justicia. Además, según Platón, el hombre aislado no puede ser bueno ni sabio: necesita la comunidad política, es decir el Estado. Así, se aprecia claramente como la filosofía de Platón tiene una intención ética y política. Platón, al exponer su distinción jerárquica del alma, está aludiendo a la necesidad de que lo racional gobierne sobre lo irracional y así conseguirá la armonía o salud del alma. Así define Platón la justicia, virtud fundamental. Por tanto, para Platón la virtud es armonía o salud del alma. armonía surge en el alma cuando “cada parte hace lo que le es propio” de tal manera que “dominen o sean dominadas entre sí conforme a naturaleza”. Lo cual significa que la parte racional debe guiar a la parte irascible , y ambas dominar a la apetitiva o concupiscible . El que lo consiga será armonioso y justo. Platón com­parte la tesis socrática del intelectualismo moral, es decir, la identificación entre virtud y conocimiento, tesis que completa naturalmente con su teoría de las ideas. Así, sólo cuando el hombre, siguiendo el método de la dialéctica, llega al conocimiento de la idea de Bien y si domina su parte pasional e instintiva puede obrar bien y convertirse en virtuoso. La verdad cobra así categoría moral, ya que le es imprescindible al hombre para ser virtuoso.Platón establece una correlación entre el alma y el Estado. El alma y la ciudad tienen la misma estructura. Por eso la ética conduce a la política.