El Problema Metafísico

Dios (D) se entiende como:

  • Un ser eterno en su duración (sin principio ni fin).
  • Infinito en sus perfecciones (posee la plenitud del ser).
  • Único en su sustancia.
  • Causa primera, eficiente, de todos los demás seres.

La existencia de Dios no se demuestra por la sola experiencia, pero sí se demuestra con toda legitimidad por medio del razonamiento sobre datos recogidos por la experiencia. Si no se admite esta resolución, se tiene que reconocer:

  • Que se desprecia una explicación racional, muy satisfactoria, del problema en estudio.
  • Que cualquier otra solución que se presente no eliminará, por cierto, las dificultades que pueda traer la primera, sino que las aumentará.

La actitud verdaderamente racional es aceptar la primera, y no apartarse de ella mientras la otra no presente pruebas más convincentes.

Argumentos de la Existencia de Dios

Existencia de los Seres

Existen seres en este mundo:

  • Tal es la convicción de la mayoría de los hombres y filósofos, que son realistas; vale decir, admiten la existencia de realidades objetivas fuera de nuestra mente, e independientes de ella.
  • Aun los idealistas, que niegan la existencia del mundo exterior, deben admitir, al menos, la existencia del yo de cada uno. Es irrefutable que existe un ser, al menos: yo, que pienso.

El Ser Necesario

El ser necesario: el que de tal manera existe, que no puede no existir. La existencia pertenece a su esencia. No sería lo que es si no existiera. Tiene en su esencia la plena razón de su existencia. Existe por sí. No depende de ningún ser para existir.

El Ser Contingente

El ser contingente: todo ser que existe, pero puede muy bien no existir. La existencia no pertenece a su esencia. Por lo tanto, no tiene en su esencia la plena razón de su existencia. La razón de su existencia es la operación productiva de otro ser, causa eficiente de su existencia. Existe, por obra de otro ser.

El Ser Necesario es Infinito

El ser necesario tiene en su esencia la razón de su existencia. Su existir es un existir incausado, sin dependencia ninguna de otro ser.

Si fuera finito el ser necesario, su ser y existir serían limitados a un tipo y a un modo de ser. En este caso, su realidad no agotaría todas las perfecciones del ser. Sería capaz, por consiguiente, de ulteriores modificaciones.

Esta capacidad para recibir modificaciones supondría, en ese ser, una potencia pasiva, para adquirir perfecciones de que careciera.

Axioma: nada se reduce de la potencia al acto, sino por un ser ya en acto.

El Ser Infinito es Único

Es imposible una pluralidad de seres infinitos. Si admitiéramos la concepción del infinito que tuvo Spinoza, esto sería una consecuencia necesaria.

Pero no admitimos la concepción de Spinoza. No obstante, sostenemos que la existencia infinita en su perfección es inconcebible con otra existencia a la vez infinita en perfecciones. En efecto:

  • Si hubiera 2 o más seres infinitos, realmente distintos, cada uno debería tener algo propio, algo que lo distinguiera de los demás. Si cada uno tuviera algo propio, distintivo, ninguno de ellos sería infinito. Le faltaría a cada uno lo peculiar que tienen los demás.
  • Si se postulara que todos fuesen exactamente iguales en todo, sin tener cada uno ninguna diferencia particular, propia; nos resultaría muy difícil concebir cómo dichos seres podrían ser distintos.

La experiencia constante, en todo orden de cosas, nos atestigua que no existen seres idénticamente iguales. Siempre hay una pequeña diferencia real entre ellos. Por eso, se hace cuesta arriba para la razón admitir la posibilidad de 2 o más seres infinitos, y por ende, idénticamente iguales en todo.

Conclusión: la razón nos induce a admitir la existencia de un ser necesario, infinito, único que es la razón suficiente, última de todos los seres contingentes. Dicho ser es Dios.

El Argumento del Primer Motor

Todos los seres de este mundo se mueven, es decir, cambian, pasan de continuo del estado de potencia al acto.

  • Por pasaje del estado de potencia subjetiva, activa, a la realización de la acción.
  • Por pasaje del estado de potencia objetiva a la existencia. La potencia objetiva es la capacidad o no-repugnancia de un ente posible para existir.
  • Por pasaje del estado de potencia subjetiva, pasiva, al acto. La potencia subjetiva, pasiva, es la capacidad o aptitud de una cosa existente de recibir alguna forma o perfección.

Si se mueven, es porque son movidos por otros seres llamados motores. Estos, son movidos a su vez por otros seres motores anteriores a ellos; y así por una serie muy larga de estos.

Si continuáramos indefinidamente la averiguación de los sucesivos motores de una serie de movimientos eslabonados, tendríamos que llegar forzosamente, en última instancia, a un motor inmóvil, que no experimenta jamás en sí movimiento alguno.

Este ser, motor inmóvil, acto puro, motor primero de todos los movimientos, es Dios.

El Argumento de la Causa Final

Este orden admirable no puede existir sino por obra de una causa inteligente. Todo orden resulta de un fin conocido y perseguido como tal con una adecuada adaptación de los medios, que asegura la consecución de ese fin. Solo un ser inteligente puede tener conocimiento de un fin, como tal, y disponer de los medios para su segura consecución.

Spinoza: pensó que Dios es la sustancia universal, inmóvil y acabada del universo; y el mundo que nosotros conocemos, es la suma de los accidentes o modos de esta sustancia única. Esta teoría explica el orden del universo por la presencia de Dios en él; y Dios, por cierto, es inteligente. Spinoza explica el orden del mundo por la existencia de Dios y su presencia sustancial en el universo. Es teísta, pero panteísta. Todo existe en Dios.

Plotino: pensó que el mundo es una emanación de Dios; es un efluvio de su esencia. Dios y el mundo no difieren esencialmente; son esencialmente idénticos. El mundo no ha sido establecido por voluntad de Dios; surge de la esencia divina. Se trata de otra opinión panteísta, pero teísta al final.

Hegel y Scheler: son también panteístas. Enseñan un panteísmo evolucionista. Dios, para ellos, no es un ser infinito, perfecto, sino finito e imperfecto; pero en continuo devenir o evolución hacia una más acabada perfección. La evolución de la divinidad se realiza en el mundo. Estos reconocen también la presencia de la inteligencia divina en el universo, y esta rige su incesante actividad hacia la perfección. Explican el orden del universo por la presencia inteligente de Dios en él.

Krause, Eucken, Paulsen, Wundt: consideran al mundo como existente en Dios. Enseñan el panteísmo.

La mayoría de los filósofos niegan que el universo tenga inteligencia. No hallan razones suficientes para atribuirle esa perfección.

La mayoría de los filósofos estiman que la causa inteligente del orden admirable que reina en el mundo debe ser un ser distinto y superior al universo.

La Prueba Ontológica

San Anselmo (1033-1109): comenta las palabras de la sagrada escritura: ‘Dijo el necio para sí: no hay Dios’; y se propone demostrar que es una verdadera necedad negar la existencia de Dios. Todo hombre tiene la idea de un ser tal que no se puede concebir otro mejor. Se trata del ser perfectísimo o Dios. Este ser debe existir. Si existiera solamente en mi pensamiento y no en la realidad, no sería el ser más perfecto. Yo podría concebirlo mejor como ser dotado de existencia en la realidad. Pero como tratamos precisamente del ser que yo no puedo concebir mejor, este debe existir en la realidad.

Descartes: propuso el mismo argumento de esta forma: lo que está contenido clara y distintamente (lo estudiado primero) en la idea de un ser, le pertenece. Nuestro concepto de Dios es de un ser perfectísimo, que posee todas las perfecciones en grado sumo. La existencia es una perfección y por eso debe llamarse Dios. Aclara su argumento de esta manera: el ser contingente es por definición el que puede ser o no ser. La existencia no pertenece a su esencia. En esta no está la razón de su existencia, si existe. Si le atribuimos la existencia, ha de ser por un juicio sintético, oriundo de la experiencia. En cambio en el ser necesario la existencia pertenece a su esencia. Toda la razón de la existencia del ser necesario está en su esencia. Por eso, el juicio con que le atribuimos la existencia, es analítico.

Leibnitz: presentó la misma prueba de otra manera. El ser infinitamente perfecto, cuya esencia incluye la existencia, existe necesariamente, si es posible. Es así que es posible, puesto que la idea de Dios no encierra ningún límite, ninguna negación y por consiguiente, ninguna contradicción.

Crítica: nos parece un argumento original, muy ingenioso, pero no muy sólido. Es verdad que no podemos concebir al ser perfectísimo sino como existente. El concepto de él encierra necesariamente la nota de la existencia. Pero el solo hecho de concebir un ser mentalmente, no es razón suficiente para atribuirle existencia en el orden ontológico.