Detalla las características del nuevo orden europeo surgido de la Paz de Utrecht y el papel de España en él.

En 1713 – 1714 se firmaron los acuerdos que acababan con la Guerra de Sucesión Española: el Tratado de Utrecht y el Tratado de Radstadt. Estos acuerdos tuvieron gran importancia en la política internacional del siglo XVIII, pues establecieron un nuevo sistema de relaciones internacionales basado en el equilibrio entre numerosas grandes potencias. España perdió sus posesiones europeas. Flandes pasó a manos austriacas, mientras que las posesiones italianas se repartieron entre Saboya y Austria. De este modo, los principales intereses españoles pudieron concentrarse en preservar América.

El Reino Unido se confirmó con la principal potencia marítima del mundo. La guerra le permitió no solamente apoderarse de algunos enclaves estratégicos: Gibraltar (1704), Menorca, etc, sino sobre todo, introducirse en el comercio americano, gracias al navío de permiso, y monopolizar el tráfico de esclavos africanos hacia América.

En Europa se impuso la política de equilibrio continental, que tendía a evitar el predominio de cualquier potencia sobre las demás.

Define qué fueron los Decretos de Nueva Planta y explica su importancia en la configuración del nuevo Estado borbónico.

El primer objetivo del nuevo rey Felipe V va a ser reducir la complejidad de reinos, leyes e instituciones a una sola entidad a la manera de Castilla. Se puede decir, sin duda, que comienza la historia del Estado español como unidad administrativa. Esta obra de reforma administrativa se va a plasmar en los “Decretos de Nueva Planta”.

Con el término “Nueva Planta de Gobierno” se expresaba la idea de una profunda reforma del gobierno y de la administración de los territorios de la Corona de Aragón según unos criterios similares en cada reino. Significaba la sustitución del pactismo de los Austrias por el absolutismo de los Borbones y la asimilación al modelo castellano.

En todos los reinos de la Corona de Aragón se eliminaban los Consejos de los respectivos reinos, se introducían las leyes de Castilla, sus tribunales, Chancillerías y Audiencias. La autoridad pasó a ser desempeñada por “capitanes generales e intendentes”. Se suprimían las fronteras que separaban los reinos entre sí y con Castilla. Además del castellano como lengua oficial, se impone también el sistema de impuestos, el cual se trató de unificar con uno general, conocido como “Catastro”.

Explica la política industrial de la monarquía y las medidas adoptadas respecto al comercio con América.

La preocupación por el fomento de la industria nacional fue una constante entre los gobernantes del siglo. Destaca el ministro