La Emancipación de la América Española

Causas del Movimiento Insurgente

Las causas profundas del movimiento revolucionario e independentista se gestaban desde décadas antes, impulsadas por los acontecimientos derivados de la invasión napoleónica de España y los intereses de potencias como Gran Bretaña:

  • La burguesía americana estaba relegada del poder.
  • El monopolio comercial español dificultaba el abastecimiento de manufacturas a esa burguesía.
  • La influencia de las ideas ilustradas y liberales, muy extendidas entre la minoría dirigente criolla.
  • Ejemplos de la independencia de los Estados Unidos y la Revolución Francesa.
  • La progresiva pérdida de control naval de España desde el desastre de Trafalgar y el deterioro de la Armada durante la Guerra de Independencia.
  • Las Juntas de Defensa, creadas para evitar un desembarco francés en América, y, acabada la guerra, contra el absolutismo de Fernando VII.

Desarrollo de las Guerras de Independencia

  • En Buenos Aires se declaró la independencia de Argentina. José de San Martín dirigió un ejército a través de los Andes para liberar Chile con la ayuda de Bernardo O’Higgins tras la batalla de Chacabuco.
  • En Caracas, Francisco de Miranda y Simón Bolívar dirigieron la insurrección y tras las batallas de Boyacá, Carabobo y Pichincha independizaron Colombia, Venezuela y Ecuador.
  • El Virreinato del Perú fue presionado desde el sur y desde el norte, y se independizó tras la batalla de Ayacucho.
  • En México, los sacerdotes Miguel Hidalgo y José María Morelos sublevaron a las masas indígenas de campesinos con claro carácter social y reivindicando el reparto de tierras. Murieron fusilados. Agustín de Iturbide proclamó la independencia y se hizo nombrar emperador. Tras su fusilamiento, se proclamó la República Federal Mexicana.

Consecuencias de la Independencia

  • Caudillismo: La independencia, lejos de satisfacer las necesidades o expectativas populares, fue una cuestión suscitada principalmente entre la minoría criolla. Esto determinó el protagonismo de los militares en la política, que se mantuvo a través de constantes pronunciamientos.
  • Fracaso del proyecto bolivariano de los “Estados Unidos de Colombia”, a imagen de los Estados Unidos de Norteamérica.
  • Choques entre las nuevas repúblicas por la delimitación de fronteras.
  • Represión sobre las masas indígenas y mestizas.
  • Dependencia económica respecto a Gran Bretaña y política respecto a los Estados Unidos de Norteamérica.

La Oposición al Liberalismo: Las Guerras Carlistas

La Cuestión Dinástica

A la muerte de Fernando VII, Carlos María Isidro de Borbón reclamó el trono desde Portugal mediante el Manifiesto de Abrantes. Algunas unidades del ejército se proclamaron a favor de Carlos María Isidro, iniciándose así la Primera Guerra Carlista entre los partidarios de la princesa Isabel y los de su tío. La guerra adquirió también un carácter político, ya que los carlistas se oponían al establecimiento del liberalismo. Los liberales ofrecieron su apoyo a María Cristina de Borbón.

Carlistas e Isabelinos (o Cristinos)

Los Carlistas

  • Defendían la tradición política y el conservadurismo institucional, oponiéndose a la revolución liberal y al capitalismo burgués.
  • Defendían el orden moral católico.
  • Defendían el foralismo vasco y navarro.
  • Eran carlistas los labradores modestos perjudicados por las desamortizaciones progresistas.
  • Arraigaron en las áreas rurales del País Vasco, Navarra, Alto Aragón, Cataluña y Sierra del Maestrazgo, Castilla y León, Galicia, Asturias y Cantabria.
  • Su lema fue “¡Dios, Patria, Rey y Fueros Viejos!”.
  • Apoyaron a los carlistas: Prusia, Austria, Rusia y el Vaticano.

Los Liberales

  • Defendían el fin del Antiguo Régimen y su sustitución por reformas que introdujeran el liberalismo político y el librecambismo económico.
  • Eran partidarios del constitucionalismo.
  • Recibieron el apelativo de “isabelinos” y de “cristinos”.
  • Fueron liberales la burguesía y los integrantes de profesiones llamadas “liberales”, parte de los funcionarios, clases populares urbanas, alta nobleza, jerarquía eclesiástica y jefes del ejército.
  • Apoyaron a Isabel II: Gran Bretaña, Francia y Portugal.

Desarrollo del Conflicto

Los carlistas adoptaron la táctica organizativa y de combate de la “guerra de guerrillas”.

Primera Fase (1833-1835)

  • Carlos María Isidro logró llegar a Navarra y establecer una corte itinerante.
  • Iniciaron una amplia ofensiva en Navarra y las Provincias Vascas, dirigidos por el general Tomás de Zumalacárregui. La ofensiva chocó con la resistencia de Bilbao.
  • En Cataluña, Bajo Aragón y la Sierra del Maestrazgo, las operaciones eran dirigidas por el general carlista Ramón Cabrera.

Segunda Fase (1835-1837)

  • Los carlistas determinaron cambiar de estrategia para ampliar las zonas sublevadas.
  • Se llevaron a cabo las grandes “cabalgadas” del general Gómez por toda España y la “Expedición Real”. Pero no consiguieron grandes apoyos ni lograron entrar en Madrid debido a la contraofensiva de Baldomero Espartero, quien derrotó a los carlistas en la batalla del puente de Luchana.

Tercera Fase (1837-1840)

  • Ni los carlistas lograban extender sus zonas iniciales, ni los isabelinos eran capaces de aplastar a los carlistas.
  • Iniciaron conversaciones que culminaron en el “Abrazo de Vergara”, donde Rafael Maroto y Baldomero Espartero acordaron una paz negociada.
  • El carlismo no terminó con este acuerdo de paz. Durante el reinado de Isabel II estallaría la Segunda Guerra Carlista, y tras la proclamación de Amadeo de Saboya se produciría la Tercera y última Guerra Carlista.

La Minoría de Isabel II: Las Regencias

Regencia de María Cristina de Borbón

Gobiernos Liberales Moderados

  • Al morir Fernando VII, dejó dispuesto un Consejo de Gobierno presidido por Francisco Cea Bermúdez, bajo cuyo mandato Javier de Burgos llevó a cabo la división provincial en 49 provincias.
  • Ante el avance de los carlistas, María Cristina fue convencida para llamar al gobierno a Francisco Martínez de la Rosa, quien propuso el “Estatuto Real de 1834”.
  • Los liberales progresistas, descontentos con los gobiernos moderados y en plena guerra carlista, organizaron revueltas en muchas ciudades, con la formación de “juntas revolucionarias”.
  • La Regente cedió a la presión y llamó a formar gobierno a los liberales progresistas, asumiendo la presidencia Juan Álvarez Méndez.

Gobiernos Liberales Progresistas

  • El gobierno liberal progresista de Mendizábal, para afrontar los problemas derivados de la guerra carlista y de la Hacienda pública, prácticamente agotada, aprobó el “Decreto de Desamortización Eclesiástica”.
  • Quedaron disueltas las órdenes religiosas y se nacionalizaron todos sus bienes muebles e inmuebles. El objetivo era reducir la deuda pública, aumentar los recursos para la guerra y crear un buen número de nuevos propietarios agradecidos al gobierno.
  • Las diferencias de criterio entre María Cristina y Mendizábal llevaron a este a presentar su dimisión, lo que provocó levantamientos progresistas a favor del restablecimiento de la Constitución de 1812.
  • El principal fue la “Sargentada de la Granja”, un motín de la guardia real que obligó a la Regente a restablecer la Constitución de 1812.
  • El nuevo gobierno progresista emprendió la disolución del régimen señorial, de los gremios, y el establecimiento de la libertad de imprenta y la elaboración por las Cortes de la Constitución de 1837.

Gobiernos Liberales Moderados (Segundo Periodo)

  • Las primeras elecciones con la nueva Constitución dieron la mayoría a los moderados.
  • Pero la Ley de Ayuntamientos de 1840 volvió a provocar la insurrección de los progresistas en muchas ciudades, volviéndose a formar Juntas Revolucionarias que asaltaron el Congreso de los Diputados.
  • La presión consiguió la dimisión del gobierno moderado y la abdicación de María Cristina y su exilio a París.
  • Auparon a la Regencia al general Baldomero Espartero.

La Regencia del General Espartero

La regencia de Espartero destacó por su autoritarismo, su absoluto desprecio a las Cortes y por tomar decisiones con su camarilla de militares fieles, conocidos como los “ayacuchos”. Emprendió una nueva desamortización eclesiástica y quiso establecer un acuerdo librecambista con Gran Bretaña, percibido como un grave perjuicio para la industria textil nacional. En Barcelona estalló un movimiento insurreccional con barricadas que llevó a las autoridades a abandonar la ciudad. Espartero ordenó el bombardeo de la ciudad desde el castillo de Montjuic. Ramón María Narváez se unió al malestar generalizado contra Espartero y logró derrotar a las tropas leales al Regente en el enfrentamiento de Torrejón de Ardoz. Espartero huyó a Londres. Narváez pidió el adelanto de la mayoría de edad de la princesa Isabel, proclamada reina con tan solo 13 años en noviembre de 1843.