Epistemología: Nietzsche

Nietzsche nace en Alemania. Recibe una sólida formación humanista con gran sensibilidad por la música. Estudió filología clásica donde descubre la obra de Schopenhauer. Admirará a Wagner hasta que rompe con él. A los 45 sufre un colapso y los 10 años siguientes de su vida será vegetativa, siendo cuidado por su madre y su hermana, que manipulará y falsificará pasajes de su obra. Afirma que toda verdad es siempre relativa. Los científicos continúan empeñados en seguir persiguiendo la verdad, cuando ésta es inaccesible porque no existe; tan solo existe la perspectiva del observador, que se impone a los demás cuando es suficientemente poderoso. Lo que hace del discurso científico algo mentiroso es su intento de ser la única verdad objetiva. Nietzsche sostiene que no hay hechos puros, que todo es siempre producto de la interpretación y que lo contrario sería una falsificación de la realidad. La ciencia deja fuera aquellos aspectos de la vida que no son susceptibles de medición objetiva, como las pasiones, el amor, la creatividad… Así, el progreso de las ciencias ha destruido la potencia creadora y la intuición. Frente a la ciencia tradicional, Nietzsche presentará su ciencia jovial (La gaya ciencia) como una herramienta de dominación de la naturaleza que no aspira a una verdad absoluta ni a decirnos cómo es el mundo, las cosas, la realidad. Según Nietzsche, los conceptos no sirven para acceder a la verdadera realidad, son solo una herramienta con una función representativa. El concepto no es más que una forma de disfrazar la realidad por nuestra angustia frente a su desordenada apariencia, un modo general y abstracto de captar la realidad, que por ello no refleja la vida singular y concreta, que es la verdadera. La filosofía tradicional ha olvidado este carácter metafórico del concepto y ha pretendido encontrar en él no una simple generalización de las cosas, sino la “esencia” de las cosas. Los conceptos son solo generalizaciones y, como tales, ilusiones que la costumbre ha ido disfrazando de realidad. Nietzsche será muy crítico con el lenguaje, que ha colaborado en esa tarea de disfrazar la realidad alejándola de la vida. Por ese motivo el autor prefiere las metáforas y aforismos para expresarse, mucho más ricos en significados, y que han renunciado a esa dominación de la realidad.

Racionalismo y epistemología: Ortega

Ortega nace en Madrid, en el seno de una familia liberal e ilustrada. Gana la cátedra de metafísica en la Universidad Central. Sus doctrinas contrarias a la dictadura de Primo de Rivera le llevan a dimitir de su cátedra, pero continuará sus clases en el teatro Rex y más tarde en el Infanta Beatriz. Al comenzar la guerra civil se autoexilia. Esta etapa representa el momento culminante de la evolución intelectual de Ortega. No abandona la posición perspectivista, sino que la desarrolla en grado máximo. El raciovitalismo consiste en el intento de conciliar la vida con la razón superando las contradicciones que se dan entre ambas. Ortega parte de la crítica a ambos planteamientos filosóficos con el objetivo de tomar de ellos los rasgos más positivos y lograr reconciliarlos. La razón es solo una dimensión más del individuo, no su rasgo distintivo; no se trata tampoco de destacar en exceso los aspectos irracionales, místicos o intuitivos del hombre (Nietzsche), pero sí de admitir que la razón se da “en” la vida y está limitada a otros aspectos de las vivencias que se escapan a sus límites. El racionalismo fue muy criticado por Ortega por su absurdo interés en dar con una verdad absoluta que no existe más que como ilusión. Para Ortega la razón, en su búsqueda constante de explicaciones, también tiene que dar cuenta de otras dimensiones de la realidad con las que no puede hacerse porque son “irracionales”, lo que pone sobre la mesa que la razón también tiene límites. Lo único que rechazaba Ortega es la ingenua pretensión de la razón de acapararlo todo. El verdadero conocimiento del mundo surge cuando se comprende en su integridad, no cuando nos limitamos a describirlo de modo cuantitativo siguiendo el método de las ciencias. El pensamiento, no es anterior a la vida, sino que se da en la vida, y constituye solo una dimensión más de la misma. Si bien es cierto que el pensamiento es una de las herramientas fundamentales con las que nos enfrentamos a la vida, no debemos olvidar, que no es la única, sino que forma parte de un amplio abanico de métodos y capacidades. Ortega no se refiere a la vida como categoría “biológica”, sino que habla de la de la vida como existencia. La razón nos permite comprender nuestra vida y otorgarle un sentido, lo que nos convierte en una especie distinta capaz de organizar su destino.

El problema de la sociedad: Política

Para Ortega, la historia se puede analizar de acuerdo a las generaciones. En su Teoría de las generaciones, Ortega asume que en toda sociedad humana conviven distintas generaciones. Estas generaciones se cumplen en periodos de quince años y hay dos tipos fundamentales: las establecidas, las mayores que ya poseen el control social, y las emergentes, las nuevas. Cuando los presupuestos teóricos de ambas son compatibles, la sociedad se desarrolla sin sobresaltos; cuando, sin embargo, hay una ruptura entre una y otra, surge la crisis social. Además, según Ortega, en nuestra época se da una crisis concreta en la sociedad pues ha ocurrido un fenómeno especial: la rebelión de las masas. Para Ortega los hombres se dividen en hombre masa y en minoría selecta. No se trata de una división de acuerdo al puesto social que se ocupa sino de acuerdo a una forma de ser y actuar en la vida. El hombre masa es aquel que se encuentra satisfecho de sí mismo creyéndose completado moral e intelectualmente y actúa como el niño mimado que pretende que todo esté para él sin exigirse nada. Sin embargo, y frente a esto, la minoría selecta es aquel tipo de persona que se exige a sí mismo más que a los demás y vive su vida buscando alcanzar ese desarrollo máximo ateniéndose a deberes y al trabajo vital. El problema actual, piensa Ortega, es que el hombre masa gobierna la sociedad sin atender a la minoría selecta, imponiendo su capricho uniformador y poco respetuoso con la auténtica libertad individual y creando, por ello, una crisis social.

El problema del hombre y conocimiento: Antropología y epistemología

Marx nació en Alemania y murió en Londres. Por sus ideas políticas tuvo que exiliarse de Alemania y refugiarse en París donde conoció a Engels con quien escribiría varias obras. Redactaron en Bruselas el manifiesto comunista en 1848. Para Marx, el auténtico conocimiento es la praxis: la actividad teórico-práctica a través de la cual el hombre transforma la realidad. La praxis sigue un proceso dialéctico: requiere utilizar el entendimiento, actividad teórica, para transformar racionalmente la realidad en la mente y utilizar la sensibilidad activa, actividad práctica, que transforma empíricamente la realidad en algo racional de forma concreta. De esta forma, solo se podrá afirmar la verdad de lo pensado cuando el hombre lo haya realizado en el mundo. Toda teoría únicamente especulativa (abstracta) de la realidad es, por tanto, falsa. Por ello, según Marx, el hombre se realiza como tal al transformar la realidad y humanizarla, cumpliendo su praxis. Y esta realidad externa existe como forma social producida por el trabajo humano y no como algo natural. Además, Marx afirma que las relaciones sociales son relaciones existenciales, pues posibilitan y condicionan concretamente la existencia de cada individuo y de ellas depende cómo será su vida: una sociedad será justa si permite al ser humano cumplir libremente esta praxis desarrollando con ello su racionalidad.