El Reinado de Isabel II (1843-1868): Consolidación del Liberalismo en España

El reinado efectivo de Isabel II comenzó en 1843. Hasta ese momento, otras personas, los regentes, reinaron en su nombre. Tras la caída de Espartero, el segundo regente, las Cortes adelantaron la mayoría de edad de Isabel II y la proclamaron reina de España a la edad de 13 años.

El Liberalismo Isabelino: Principios y Peculiaridades

El reinado de Isabel II (1843-1868) fue el de la implantación en España del liberalismo. El liberalismo español del siglo XIX adoptó los principios generales del constitucionalismo: soberanía nacional, elecciones, sufragio censitario, limitación de la autoridad real, y aceptación de derechos y libertades individuales y colectivos. Sin embargo, el liberalismo español de este periodo presentó algunos rasgos específicos:

  • Inestabilidad: El proceso de implantación del liberalismo estuvo salpicado de enfrentamientos entre los partidos políticos, levantamientos populares, pronunciamientos y continuos cambios de gobierno, culminando en una revolución que expulsó del trono a la reina Isabel II.
  • Constituciones Frecuentes: En los cambios de partido en el gobierno, se actuó en ocasiones con un exclusivismo tal que incluso se cambiaba de Constitución, adaptándolas a la orientación política del gobierno de turno.

Principales Partidos Políticos del Reinado Isabelino

Los dos grandes partidos fueron el Moderado y el Progresista, ambos defensores del sistema liberal de monarquía constitucional.

  • Los Moderados eran defensores del sufragio censitario, la soberanía compartida entre las Cortes y la Corona, otorgando a esta amplios poderes. Querían limitar los derechos individuales, especialmente los colectivos, y defendían el peso y la influencia de la Iglesia católica.
  • Los Progresistas defendían el derecho de la soberanía nacional sin límites y no aceptaban la intervención directa de la Corona en política. Eran partidarios de robustecer los poderes locales (Ayuntamientos, Milicia Nacional) y defensores de los derechos individuales y colectivos. Mantenían también el principio del sufragio censitario, aunque más amplio, y estaban a favor de la reforma agraria y del fin de la influencia de la Iglesia.

Una escisión de los progresistas dio origen al Partido Demócrata (1849), la primera expresión política del pensamiento democrático en España (sufragio universal, ampliación de libertades…). El Republicanismo, opción minoritaria, defendía que la verdadera democracia pasaba por la eliminación de la monarquía. En 1854 apareció la Unión Liberal, escindida de los moderados, que atrajo a los sectores más conservadores del progresismo.

Etapas del Reinado de Isabel II

El reinado de Isabel II se diferencia en varias etapas:

  • La Década Moderada (1844-1854): Se inició con el pronunciamiento del general Narváez contra Espartero, a la par que Isabel II asumía el trono. Se derogó la Constitución de 1837 y se promulgó la de 1845, de carácter moderado: mayor peso de la Corona y del Gobierno, sistema bicameral y sufragio censitario. Hubo también muchas reformas (Ley Fiscal, Códigos Civil y Penal), creación de la Guardia Civil (1844) y la firma de un Concordato (1851). Sin embargo, el autoritarismo, la represión y los numerosos casos de corrupción provocaron de nuevo levantamientos populares y pronunciamientos.
  • El Bienio Progresista (1854-1856): La “Vicalvarada” del general O’Donnell terminó con la etapa moderada. Se anuló la Constitución anterior y se empezó a elaborar una nueva, que no llegó a promulgarse (la “non nata”). Otras reformas fueron la Ley de Ferrocarriles y una segunda desamortización (de bienes comunales de municipios). Estas y otras medidas progresistas levantaron una fuerte oposición.
  • La Segunda Etapa Moderada (1856-1868): Con Narváez de nuevo en el poder, fue una etapa conservadora y de predominio de la Iglesia. La desamortización quedó paralizada. Se inició una fuerte corrupción en el sistema electoral (compra de votos, pucherazos), a la vez que aparecían los caciques locales. Se desarrollaron el Partido Demócrata y el republicanismo, y se crearon las primeras organizaciones obreras. Hubo una represión muy fuerte contra las revueltas campesinas de jornaleros, estudiantes universitarios y revueltas progresistas, hasta que, en septiembre de 1868, triunfó una sublevación contra Isabel II.

El Sexenio Democrático (1868-1874): Intentos de Democratización y Crisis Política

El Sexenio Democrático o Revolucionario (1868-1874) fue un periodo político caracterizado por una fuerte inestabilidad y por los cambios radicales que se produjeron en el sistema político, esta vez incluso con la aparición de la Primera República Española.

La Revolución de 1868 y la Constitución de 1869

El Sexenio se inició con la Revolución de 1868 (conocida como “La Gloriosa”). El pronunciamiento del almirante Topete en Cádiz contra la monarquía de Isabel II provocó la insurrección en muchos otros lugares del reino, con la aparición de Juntas Revolucionarias. Como consecuencia, la familia real abandonó el país. Comenzó entonces un periodo de transición, bajo la dirección política de los generales Prim y Serrano. La primera medida fue la de convocar elecciones a Cortes Constituyentes para elaborar una nueva Constitución, en sustitución de la de 1845.

La nueva Constitución se promulgó en 1869. Establecía el sufragio universal masculino, garantizaba la libertad de expresión y prensa, de reunión y de asociación. El Estado se declaraba aconfesional, permitiéndose la libertad de culto. Se declaraba que la soberanía era competencia exclusiva de las Cortes y se establecía la ley de jurados populares. Finalmente, se definía la forma de Estado como monarquía. Esto planteó el grave problema de la búsqueda de un rey que ocupara el trono español. Entre los distintos candidatos, españoles y extranjeros, el general Prim apoyó firmemente la candidatura de Amadeo de Saboya, como garantía para el régimen liberal.

El Reinado de Amadeo I (1871-1873)

Se inició así el reinado de Amadeo I, que duró poco más de dos años (1871-1873) y fue ejemplo de monarquía limitada por la Constitución. Sin embargo, el periodo estuvo marcado por numerosos problemas políticos, como las disputas entre los partidos, problemas de estabilidad, el asesinato del general Prim, los levantamientos carlistas, numerosas revueltas urbanas e insurrecciones en Cuba. Ante este panorama, Amadeo I abdicó a principios de 1873.

La Primera República Española (1873-1874)

Entonces fue cuando se proclamó la Primera República (febrero de 1873), a pesar de la minoría de republicanos en el parlamento. Como presidente fue nombrado Estanislao Figueras. Pero el periodo de la Primera República fue también muy breve (hasta enero de 1874) y con numerosos problemas. Entre ellos, cabe citar la falta de políticos convencidos del republicanismo y la falta de apoyo al gobierno por parte de los sectores monárquicos, cuando no la oposición abierta, incluida la de la Iglesia.

También los sectores populares estuvieron enfrentados a los gobiernos republicanos, puesto que esperaban medidas sociales revolucionarias (por ejemplo, el reparto de tierras entre los jornaleros), y estas no se produjeron. Volvieron a aparecer las Juntas Revolucionarias, al margen del gobierno, que pretendieron gobernar en los municipios controlados por los monárquicos. El propio republicanismo estaba muy dividido, entre los centralistas o unitarios, partidarios de un poder central fuerte, y los federalistas, partidarios de una estructura federal. Una demostración del caos político del país y de la escasa autoridad ejercida por el gobierno se manifestó en el cantonalismo: se declararon hasta 14 cantones independientes, de inspiración anarquista. A todos los problemas anteriores se unió la presión de la Guerra Carlista.

A pesar de todo ello, gran parte de los dirigentes republicanos estaban a favor de respetar la legalidad, reprimieron en lo posible las revueltas populares y también intentaron disolver las Juntas Revolucionarias. Las nuevas Cortes elegidas definieron el régimen como una república federal y empezaron la elaboración de una Constitución, que no vería la luz. El proyecto contemplaba quince estados federales, más Cuba y Puerto Rico, además de repartir también el poder entre otras instituciones autónomas, como los municipios.

Fin del Sexenio y Restauración Borbónica

Pero la consolidación del nuevo régimen fue imposible. En menos de un año se sucedieron cuatro presidentes (Figueras, Pi i Margall, Salmerón, Castelar). Finalmente, en enero de 1874 se produjo el pronunciamiento del General Pavía, que puso fin al gobierno de la República y dio inicio a una dictadura provisional con el gobierno del General Serrano. En diciembre del mismo año, 1874, otro pronunciamiento, el del General Martínez Campos, dio paso a la Restauración Borbónica.