El Imperio Colonial Español a Finales del Siglo XIX

Durante el reinado de Fernando VII, el imperio colonial español consistía en dos grandes islas del Caribe, Cuba y Puerto Rico; Filipinas en el Pacífico Occidental y un conjunto de islotes y pequeños archipiélagos en este océano, además de otros territorios africanos.

Los rasgos coloniales más peculiares de Cuba y Puerto Rico eran:

  • Estaban situadas cerca de EE. UU.
  • Aportaban grandes beneficios a la economía española por las leyes arancelarias que imponía la metrópoli.
  • Carecían de autogobierno.
  • Poseían una explotación esclavista que beneficiaba a una reducida oligarquía.
  • Tenían un mercado cautivo obligado a comprar harina castellana y textiles catalanes.
  • Se les impedía exportar azúcar a Europa hasta 1870, a pesar de tener una población numerosa.

Sin embargo, en Filipinas la población española era escasa y se invertía poco capital. El dominio español estaba sustentado por la presencia militar y el poder de las órdenes religiosas.

Las Guerras de Independencia

La Guerra Larga (1868-1878)

La Guerra Larga (1868-1878), que se inició con el Grito de Yara durante el Sexenio Democrático, donde Céspedes pedía la abolición de la esclavitud y la independencia, terminó con la Paz de Zanjón, en la que el general Martínez Campos se comprometió a otorgar a Cuba cierto autogobierno político y económico, pero no se cumplió.

La Guerra Chiquita (1879-1880)

Así, estalló un nuevo conflicto llamado la Guerra Chiquita (1879-1880), causada por el incumplimiento gubernamental de Zanjón. En 1880, se aprobaron leyes como la Ley de Abolición de la Esclavitud.

Los sucesivos gobiernos españoles no atendieron las reivindicaciones de los cubanos debido a las presiones de la oligarquía esclavista y del sector textil y cerealístico peninsular. La consecuencia fue la radicalización del movimiento independentista cubano, donde a principios de los años 90 ya no se reclamaba autonomía política, sino la independencia de la isla.

En 1892, José Martí fundó el Partido Revolucionario Cubano, partidario de la independencia, y ese mismo año en Filipinas, José Rizal fundó la Liga Filipina; ambas, figuras claves independentistas.

En 1895 estalló de nuevo la insurrección de Cuba (el Grito de Baire) y en 1896 en Filipinas la insurrección de Luzón. Fue una guerra dura en la que participaron miles de soldados de clases humildes, embarcados hacia esas islas. Hubo grandes problemas logísticos como: dificultades de abastecimiento, enfermedades tropicales, etc.

Inicialmente se envió al general Martínez Campos, quien, por falta de resultados, fue sustituido por Weyler, que aplicó una fuerte represión (reconcentraciones, tierra quemada). En Filipinas fue ejecutado Rizal, pero la insurrección se mantuvo con Aguinaldo.

Con el asesinato de Cánovas en 1897, Sagasta tomó el poder intentando una política dialogante y aprobando medidas como la igualdad de derechos entre insulares y peninsulares.

La Intervención de EE. UU. y el Fin del Imperio

Los líderes de Cuba y Filipinas establecieron una relación estrecha con EE. UU. Washington ayudó a los insurrectos por dos razones: intereses económicos mineros y agrícolas (Cuba era la primera productora de azúcar) y por interés geoestratégico, naciendo así el imperialismo norteamericano para dominar el Caribe y Centroamérica.

Con la explosión y hundimiento del navío norteamericano USS Maine en el puerto de La Habana en 1898, el presidente norteamericano McKinley se implicó en la guerra y declaró la guerra a España. Los marines desembarcaron cerca de Santiago y derrotaron a los españoles en la batalla de las colinas de San Juan.

Terminó con el hundimiento de las tropas españolas al mando del almirante Cervera en la bahía de Santiago. En Filipinas, la escuadra norteamericana derrotó a los españoles en la batalla de Cavite y ocupó Manila.

Ante esta situación, el 12 de agosto España pidió un armisticio y renunció a la soberanía de sus colonias en la Paz de París (diciembre de 1898), en la que cedió a EE. UU.: Puerto Rico, Filipinas y la Isla de Guam; a cambio de 20 millones de dólares. Cuba alcanzó la independencia con la protección de EE. UU. (Enmienda de Platt, base militar en Guantánamo).

Un año después, España vendió a Alemania sus últimas posesiones en el Pacífico por su inviabilidad económica y de defensa.

La Crisis de 1898: Consecuencias para España

El Desastre del 98 provocó una profunda crisis en España, reflejada en varios ámbitos:

Consecuencias Demográficas y Sociales

  • Miles de muertos en las guerras de 1895-1898, de los cuales la mitad fueron soldados españoles que mayoritariamente murieron por enfermedades infecciosas como la fiebre amarilla.
  • La mayoría de los muertos y heridos procedían de clases bajas que no pudieron pagar para ser excluidos de las quintas.

Consecuencias Económicas

  • No fueron importantes a corto plazo, excepto la subida de precios de alimentos de hasta un 28%.
  • La pérdida de colonias supuso la repatriación de capitales que fueron invertidos en la economía peninsular.
  • Se llevaron a cabo importantes reformas necesarias en el sistema de impuestos y en la emisión de deuda, lo que supuso un saneamiento de la Hacienda por parte del ministro Fernández Villaverde.
  • La derrota supuso la pérdida del mercado colonial, dejando de llegar productos americanos, iniciándose una política proteccionista.
  • Se produjo un parón de la industria catalana al perder el monopolio americano y se dejó de llegar a España azúcar, café, etc.
  • Por primera vez, el Estado español tuvo superávit a principios del siglo XX.

Consecuencias Políticas

  • El desgaste provocó la pérdida de autoridad y el final de la carrera de algunos políticos, apareciendo nuevos líderes como Silvela y Maura del Partido Conservador y Canalejas y Montero Ríos del Partido Liberal.
  • España dejó de ser Imperio, convirtiéndose en una potencia de segundo orden e iniciando la intervención en África.
  • Los nacionalismos periféricos de la península adquirieron mayor empuje tras la crisis del 98.
  • Sin embargo, la imagen del Ejército salió dañada, trayendo grandes consecuencias en el siglo XX.
  • Se produjo un crecimiento del movimiento obrero, aumentando en las primeras décadas del siglo XX con sucesos como la Semana Trágica de Barcelona en 1909.

Consecuencias Ideológicas

  • Apareció un movimiento intelectual y crítico (el Regeneracionismo) que rechazaba el sistema político y social, con representantes como Joaquín Costa o Almirall.
  • El Regeneracionismo tuvo su vertiente literaria con la Generación del 98 (Unamuno, Pío Baroja, etcétera).
  • Surgió un antiamericanismo que hizo responsable a EE. UU. del Desastre del 98.