El Vínculo Madre-Hijo y su Impacto en el Desarrollo Infantil
El Vínculo Afectivo Madre-Hijo: La Relación Más Importante en la Vida del Niño
Se consolida como un vínculo afectivo cuando existe un amor recíproco entre el recién nacido y su madre.
Desde que el bebé está en el vientre, la madre empieza a relacionarse con él.
El contacto corporal, el intercambio de miradas y sonrisas entre la madre y el bebé, y todas las expresiones de afecto entre ambos son las que irán formando el vínculo madre-hijo.
¿Cómo se forma el vínculo afectivo madre-niño?
El vínculo se desarrolla como consecuencia de las respuestas de la madre ante las conductas innatas del niño.
Importancia del Vínculo Afectivo Madre-Niño
Las investigaciones indican que un vínculo seguro entre la madre y el niño durante la infancia influye en su capacidad para establecer relaciones.
Por el contrario, la separación emocional con la madre, la ausencia de afecto y cuidado puede provocar en el hijo una personalidad poco afectiva o desinterés social.
Estableciendo un Apego Saludable Madre-Hijo
La lactancia brinda un espacio de contacto íntimo entre la madre y el bebé, puesto que al succionar se estimula el pezón produciendo la prolactina.
Por otro lado, la leche materna es especial; el cerebro se alimenta de nutrientes que consolidan el sistema inmunológico del recién nacido.
Expresiones del Vínculo
Existen diversas formas en las que se manifiesta el vínculo afectivo:
- La alimentación: Un momento clave de conexión.
- El llanto: Una forma de comunicación temprana que requiere respuesta.
- El estado de vigilancia: La atención mutua entre madre e hijo.
Patología del Vínculo
Etiología:
La carencia y frustración de los cuidados: las separaciones precoces o carencias ligadas a la ausencia de preocupación afectiva de parte de la madre o del padre por su bebé cuando están físicamente son factores que
Sintomatología:
El ritmo del desarrollo lo coloca cada bebé, en su momento y en el tiempo que esté preparado para pasar a la siguiente fase.
Relación entre Niño y Familia
La familia es uno de los elementos clave para el correcto desarrollo del niño. Allí ensayará su posterior comportamiento social y su relación con ella desencadenará muchos rasgos de su personalidad.
Esperando un Hermanito
Los psicólogos consideran que la edad apropiada para que un niño tenga un hermanito es entre los dos y tres años.
Pero todos los primogénitos son “príncipes destronados” y todos sienten celos de su hermano pequeño.
No hay que darle la noticia demasiado pronto, pero tampoco debemos esperar a que se dé cuenta solo.
Antes de comunicarle que va a tener un hermanito conviene prepararlo:
- Mostrando interés y agrado con los bebés.
- Recordándole que algunos de sus amigos ya tienen un hermanito.
- Comentar con él lo divertido que sería ocuparse del cuidado de un bebé, de enseñarle nuevos juegos…
El Papel del Padre
En la actualidad, los papás colaboran en el cuidado y la educación de los hijos, ya que en la mayoría de las familias la mamá trabaja también fuera de casa; es necesario compartir las tareas.
Para un niño pequeño es muy bueno tener más de un cuidador, es decir, si el padre lo baña, cambia o viste, está ayudándolo a forjar un carácter mucho más abierto.
Para los expertos, el padre es el intermediario entre el niño y la sociedad y su función en la formación del niño es crucial.
Con su autoridad, proporciona seguridad al niño.
El Hijo Único
Durante años, se ha pensado que los hijos únicos eran pequeños tiranos, mimados y caprichosos.
Al no tener hermanos, su relación con los padres y el mundo de los adultos es más estrecha, lo que los hace ser excesivamente maduros para su edad.
El Primogénito
El primer hijo es el más deseado pero, por otro lado, es el que padece la inexperiencia de los padres.
Comparte muchos de los rasgos de los hijos únicos (de hecho lo son durante algún tiempo) pero a su carácter hay que añadir un mayor sentido de la responsabilidad, retraimiento y deseo de satisfacer a los adultos.
El Niño y los Abuelos
Los abuelos son de los miembros de la familia más importantes para los niños.
Las cosas buenas que aportan los abuelos:
- Aportan seguridad a los niños, pues su modo de vida suele ser bastante más tranquilo que el de los padres.
- Se convierten en el paño de lágrimas de los nietos: ellos no son los responsables de su educación, por eso pueden consolarlos y mimarlos.
- Cuentan al niño cosas del pasado, lo que les da una visión de continuidad y una perspectiva más amplia.
- Pueden contar cosas de los padres, y a los niños les encanta saber cómo eran mamá o papá de pequeños.
Las cosas malas que aportan los abuelos:
- El exceso de cariño puede convertirse en un exceso de mimos, especialmente si no se respetan normas de educación establecidas por los padres.
- Pueden acaparar demasiado la crianza de los nietos, impidiendo así que los padres asuman una responsabilidad que les pertenece.
- Con relativa frecuencia, compiten con los padres en la educación de los nietos y toman decisiones enfrentadas con las de los padres.
El Divorcio y los Niños
Para los padres, la separación puede o no ser una solución a sus problemas, pero para los hijos, puede llegar a ser una ruptura de la parte más importante de su vida.
Relación con el Entorno Social
La Escuela
«La escuela es el universo de la primera socialización.» La enseñanza preescolar representa un papel de primer orden en la educación y el desarrollo del niño. Incluso, se llegan a dar casos en los que la escuela se convierte en el único universo, el único rincón de afecto de niños ignorados en sus casas.
Ventajas comunes en la escuela:
- Expresar las dificultades ocultas que pueda tener.
- Completar su ubicación en el tiempo y el espacio.
- Manifestar su creatividad, sus posibilidades y sus talentos.
- Situarse a sí mismo frente a los demás y la sociedad.
- Establecer relaciones más equilibradas con su mundo familiar.
- Afirmar su personalidad.
Actitud Familiar frente a la Escuela
El niño de cuatro años debe empezar a ir a la escuela. De sus padres depende que el pequeño continúe deseando ir a la escuela o que acepte empezar a ir sin problemas.
Las Relaciones con la Educadora
Para el niño, la educadora es un ser especial, admirada por lo que sabe, respetada, pues puede ser tan severa o más que la madre, y se le hace más caso.
Las Relaciones con Otros Niños
Un niño bien adaptado a su medio escolar tendrá buenas relaciones con sus compañeros.
Por supuesto, habrá discusiones, puede que hasta bofetadas, pero que no serán demasiado graves, porque forman parte del juego. No hay que olvidar que cuanto menos se inmiscuyan los padres en los asuntos que tienen los niños entre sí, mejor.