Desarrollo de Hábitos y Salud en la Infancia: Claves para la Autonomía Infantil
Alteraciones Relacionadas con la Higiene
Eritema de la Piel
Inflamación visible en la piel, sobre todo en la zona del pañal, debido a la gran humedad producida por la orina y las heces. Se pueden llegar a desarrollar úlceras de distinta profundidad. Esa excesiva humedad se debe al roce con la orina, al poco cambio de pañal o al uso de pañales de plástico que no permiten la ventilación. La solución será la limpieza de la zona con agua y jabón neutro, con un gran secado. Tras secarlo, utilizar una pomada que ayude a la cura y que el niño mantenga esa zona al aire libre.
Helmintiásis
Es una infección causada por lombrices intestinales, que producen picor e irritación en la zona anal, especialmente por la noche, lo que puede provocar insomnio y bruxismo. Se contagia fácilmente a través de una mala higiene de manos y uñas, ya que los huevos del parásito se depositan alrededor del ano y pueden transferirse a otras personas. Para prevenirla, es importante mantener las uñas cortas y una buena higiene. Ante cualquier síntoma, se debe acudir al pediatra para recibir el tratamiento adecuado.
Pediculosis (Piojos)
Es la infestación del cuero cabelludo por piojos, pequeños insectos que se adhieren al cabello y se alimentan de sangre, causando picor intenso, heridas por rascado y costras. Se reproducen rápidamente, especialmente en la nuca y detrás de las orejas, y se contagian por contacto con objetos contaminados como peines, gomas para el pelo o ropa. El tratamiento consiste en el uso de lociones y champús específicos, además de lavar la ropa de uso personal y de cama con agua caliente. Si se detecta en la escuela, se debe informar a las familias y evitar que el niño asista hasta eliminar los piojos.
Caries Dental
Es la destrucción progresiva del diente debido a los ácidos que generan las bacterias en la placa dental. Esto provoca la formación de cavidades, dolor y, en algunos casos, infecciones como flemones. Es muy común en la infancia, especialmente por el consumo excesivo de azúcar, una higiene dental deficiente o factores hereditarios. Para prevenirla, es fundamental cepillarse los dientes al menos tres veces al día, evitar el exceso de dulces y acudir regularmente al dentista. Detectarla y tratarla a tiempo ayuda a conservar los dientes de leche, lo que favorece una dentición permanente más sana.
Conjuntivitis
Es la inflamación del ojo causada por virus, bacterias, alergias o traumatismos. Provoca enrojecimiento, picor, lagrimeo y secreción. El tratamiento depende de la causa e incluye limpieza ocular, sueros, pomadas y antibióticos si es necesario.
Onicofagia
Es el hábito de morderse las uñas, frecuente en la infancia, que puede causar heridas, infecciones y desgaste dental. Suele estar relacionado con el estrés o la ansiedad. Para tratarlo, se recomienda acudir a un médico o psicólogo para recibir orientación.
Trastornos de Eliminación
Enuresis
Es la pérdida involuntaria de orina en niños que ya deberían controlar el esfínter. Puede ser diurna, nocturna o ambas, aunque la nocturna es la más común. No se considera un problema hasta los 6 años y puede estar causada por factores emocionales, funcionales o simplemente un retraso en el control. Algunos niños orinan sin problema durante el día, pero no logran hacerlo de noche. Esto puede afectar su autoestima y vida social. Para ayudar, se recomienda reducir líquidos antes de dormir, llevar al niño al baño antes de acostarse, despertarlo durante la noche si es necesario y reforzar positivamente sus avances.
Encopresis
Es la falta de control del esfínter anal en niños mayores de 4 años, lo que provoca escapes involuntarios de heces, muchas veces por estreñimiento severo. Esto puede deberse a un mal aprendizaje del control, exigencias inadecuadas, estrés o problemas emocionales. Los niños pueden ensuciar la ropa, esconderlo o evitar actividades sociales. Como consecuencia, pueden desarrollar baja autoestima y aislamiento. Para tratarlo, es importante acudir al médico, quien evaluará si hay causas físicas o emocionales y recomendará una dieta adecuada, laxantes o apoyo psicológico si es necesario.
Adquisición de Hábitos Relacionados con la Higiene
Un hábito es una conducta aprendida que se repite de forma cotidiana, automática y que no necesita esfuerzo ni control externo. Todo lo relacionado con la higiene se convertirá en un hábito que el niño irá repitiendo a lo largo de su vida.
Fases para Adquirir un Hábito
Preparación
Donde el adulto analiza las habilidades y destrezas del niño respecto a ese hábito. Después, el adulto enseña al niño cómo se realiza para que lo imite y lo ponga en práctica.
Automatización
Durante esta fase, el niño va interiorizando lo que ha aprendido.
Consolidación
Consiste en la puesta en práctica de forma autónoma de todas las situaciones de higiene que el niño ha aprendido.
Conceptos Clave sobre Hábitos
Habilidad
Es la destreza para realizar una acción con éxito, considerando normas y valores culturales. Se relaciona con la capacidad física y técnica de una persona.
Hábito
Es una conducta aprendida que se realiza de forma adecuada y sin ayuda en el momento necesario. Es constante pero flexible, ya que se adapta a distintas situaciones. A diferencia de la habilidad, el hábito implica aplicar esa capacidad de manera automática cuando se requiera.
Rutina
Es la repetición automática de hábitos, sin necesidad de pensar en ellos. Se adquiere con el tiempo y la práctica, como andar en bicicleta o ducharse.
Autonomía
Es la capacidad de actuar sin depender de otros, tomando decisiones y resolviendo situaciones por cuenta propia. Refleja madurez y se desarrolla con la práctica de hábitos en un entorno que favorezca el aprendizaje.
Adquisición de Hábitos: Aspectos Clave
Aspectos a considerar para tener éxito en la adquisición de hábitos:
La Existencia de Capacidades Básicas
Antes de que un niño aprenda un hábito, es importante asegurarse de que tiene un desarrollo adecuado. Existen dos tipos de habilidades necesarias:
Habilidades de Ejecución
Relacionadas con la motricidad, la fuerza y los movimientos necesarios para realizar una acción correctamente.
Habilidades de Planificación
Son de tipo cognitivo y permiten al niño comprender, organizar y secuenciar los pasos de un hábito en el momento y lugar adecuados.
Espacios e Instrumentos
El entorno debe ser accesible y adaptado a la edad del niño para facilitar el aprendizaje de hábitos. Por ejemplo, para la alimentación, es importante contar con mobiliario adecuado (mesa, silla, cubiertos seguros) y crear un ambiente tranquilo. En la escuela, los espacios deben ser acogedores y organizados según la actividad:
- Alimentación: Área cómoda, sin prisas, con mobiliario adaptado.
- Descanso: Lugar tranquilo, con cunas o colchonetas, separado de la zona de juego.
- Higiene y Vestido: Lavabos y baños a una altura accesible, con toallas individuales y ropa de cambio.
Relación Afectiva
Los hábitos se adquieren a través de la imitación y el juego, por lo que es fundamental que el niño tenga una relación afectiva positiva con el adulto que lo guía. Es importante que la autoridad se base en el respeto y la coherencia, sin caer en el autoritarismo. Un ambiente de confianza y normas claras ayuda al niño a sentirse seguro y motivado para aprender.
Cotidianidad
Los hábitos deben integrarse en la vida diaria del niño para que el aprendizaje sea natural y efectivo. La repetición de actividades y rutinas dentro de su entorno habitual genera seguridad y refuerza el aprendizaje.
Relación Familia-Escuela
Para que un hábito se consolide, es esencial que haya coherencia entre la educación en casa y en la escuela. Se deben establecer pautas comunes sobre cuándo y cómo enseñar cada hábito, utilizando estrategias similares. La comunicación entre ambos entornos puede darse a través de reuniones, entrevistas o agendas, permitiendo un seguimiento adecuado del progreso del niño.
Programación en la Adquisición de los Hábitos
El aprendizaje de hábitos requiere planificación y evaluación constante para asegurar que el proceso avanza correctamente y se alcanzan los objetivos. Un hábito se considera adquirido cuando el niño lo realiza de forma autónoma, sin que nadie se lo indique.
La Programación del Aprendizaje de Hábitos
Antes de enseñar un hábito, es importante reflexionar sobre:
- ¿Qué supone para el niño ese aprendizaje? (valorar el grado de dificultad)
- ¿En qué aspectos y acciones se descompone ese aprendizaje?
- ¿Cuál es el orden de ejecución que nos va a asegurar un mayor éxito en ese aprendizaje?
- ¿Cuánto tiempo va a ser necesario para la ejecución completa?
- ¿Cuántas veces al día se lleva a cabo este hábito?
- ¿Qué instrumentos o recursos hay que utilizar?
La programación debe tener objetivos, contenidos y criterios de evaluación. Por ejemplo:
- En el primer ciclo de infantil (0-3 años), el educador guía al niño en la realización de los hábitos. Se utiliza la imitación (aprendizaje social de Bandura), donde el niño observa y repite la conducta, con la ayuda del adulto en las primeras etapas.
- En el segundo ciclo (3-6 años), el niño comienza a aplicar lo aprendido de manera más estructurada. Se establece un horario más organizado y el niño comprende cuándo, dónde y por qué debe realizar cada hábito.
La Evaluación del Aprendizaje
Se realiza principalmente mediante la observación, tanto individual como grupal. Si un niño tiene más dificultades que los demás, se ajusta la metodología para ayudarle a avanzar. Un método sencillo para evaluar el progreso es el uso de caritas alegres, serias o tristes según el nivel de logro alcanzado.
Fases Durante la Programación de un Hábito
Preparación
Consiste en analizar las habilidades del niño, el entorno y los recursos necesarios para enseñar el hábito.
Aprendizaje
Es el momento en el que enseñamos al niño cómo realizar el hábito, observando sus dificultades y ayudándolo a corregir errores. Es clave motivar al niño a practicar de manera continua y repetida.
Automatización
El niño empieza a interiorizar el hábito y se le exige más autonomía para seguir practicándolo.
Consolidación
El niño aplica el hábito de forma autónoma sin necesidad de recordatorios, demostrando madurez en su habilidad y capacidad para adaptarse a nuevas situaciones. El educador debe evitar sobreproteger y dar refuerzos innecesarios.
Establecer un Espacio Temporal para la Adquisición del Hábito
- Debemos alternar períodos de vigilia con períodos de descanso y sueño. Y debemos alternar actividades de hábitos con actividades de juego y trabajo lúdico.
- No debemos planificar las actividades de forma aislada.
- Debemos organizar para cada día las actividades de manera estable y pautada sin exigir que todo el grupo haga lo mismo al mismo tiempo.
- Las actividades permiten satisfacer necesidades básicas.
Hábitos de la Alimentación
El educador, para trabajar este hábito, tendrá que tener en cuenta lo siguiente:
- No debe tomar la iniciativa para acabar antes, ya que esto repercute de forma negativa en el niño.
- Realizar pequeños rituales (canciones, frases adecuadas…) con los que el niño identifique que va a comer. Además, debemos tomar con calma este momento.
- Saber en qué momento madurativo se encuentra el niño para conocer lo que puede y no comer, y no ceder a los chantajes.
- Tener en cuenta que el niño atraviesa cambios importantes en el tipo de alimento, en la forma de comer y en el lugar donde se realiza la comida. El educador debe tener paciencia en estos cambios.
Cinco Bloques de Adquisición del Hábito de Alimentación
Comportamiento en la Mesa
De 1 a 3 años, el niño debe comer sentado y aprender a comer solo, aunque con ayuda ocasional. Ya consume alimentos sin triturar y usa babero porque aún puede derramar comida. De 3 a 6 años, debe permanecer sentado hasta terminar, evitar distracciones y comportarse como un adulto, aunque aún pueda mancharse. También debe aprender a pedir las cosas por favor.
Autonomía en la Ingestión de Alimentos
De 1 a 3 años, pasa del biberón a vasos y aprende a comer solo, aunque a veces se moje. De 3 a 6 años, domina la masticación, mezcla su comida y no necesita ayuda para terminar.
Utilización de Cubiertos
De 1 a 3 años, aprende a usar bien el tenedor y la cuchara, pero no el cuchillo. De 3 a 6 años, usa el cuchillo con ayuda y maneja correctamente la cuchara y el vaso sin mojarse.
Preparación de Alimentos
De 1 a 3 años, solo coge alimentos accesibles, pero no los prepara y debe mantenerse fuera de la cocina. De 3 a 6 años, puede ayudar en tareas sencillas como pelar un plátano o untar mantequilla.
Participación en la Preparación del Entorno
De 1 a 3 años, puede poner y quitar objetos simples de la mesa y limpiar algunos utensilios con supervisión. De 3 a 6 años, ayuda a preparar la mesa y puede ser responsable de ponerla y quitarla, además de limpiar utensilios de comida.
Objetivos a Alcanzar (1 a 3 años)
- Utilizar la cuchara para alimentos semilíquidos o sólidos.
- Utilizar el tenedor y el vaso para beber.
- Dejar la mesa y el entorno limpio. Esperar el turno para ser servido.
- Comer de todo, masticar y deglutir bien. Pedir la cantidad de comida que va a consumir y ser capaz de llevar y traer platos y vasos a la mesa.
- Usar la servilleta y lavarse las manos antes y después de comer.
Objetivos a Alcanzar (3 a 6 años)
- Controlar las porciones de comida que se lleva a la boca y aprender a separar los obstáculos que hay en la comida (espinas, huesos…).
- Utilizar el tenedor y el cuchillo, pudiendo pelar alguna fruta.
- Servir comida a los demás y a sí mismo, poner y quitar la mesa solo.
- Diferenciar sabores y gustos, y los alimentos por su olor, color y presentación.
- Habrá aprendido a valorar todos los alimentos y podrá lavarse los dientes después de comer.
Hábitos de Descanso y Sueño
El descanso es esencial para la salud y el desarrollo infantil, ya que permite al sistema nervioso recuperar la energía y el desgaste sufrido en una actividad.
Los niños más pequeños necesitan más horas de sueño y pueden tener dificultades para dormir solos. Es importante que los adultos sean pacientes y creen una rutina adecuada para facilitar este hábito. Los principales problemas al dormir suelen estar relacionados con el miedo a separarse del adulto y con hábitos inadecuados, como horarios irregulares o condiciones poco favorables (luz, ruido, temperatura).
- Para ayudar al niño, se deben establecer rutinas claras antes, durante y después del sueño, como llevarlo al baño, darle su chupete o peluche, mantener un ambiente tranquilo y despertarlo de forma gradual.
- El educador juega un papel clave al enseñar la importancia del descanso, ayudar al niño a relajarse, superar el miedo a la oscuridad y reconocer su propio ritmo de sueño. También debe observar su descanso y comunicar cualquier problema a la familia, ofreciendo estrategias para mejorar el proceso.
Niveles Mínimos a Trabajar
De 1 a 3 años
Los niños necesitan ayuda para dormir al principio, pero alrededor del año deben acostumbrarse a ir solos a la cama. Pueden usar chupete hasta los 2 años y medio. Para relajarse, es útil cantarles o contarles cuentos. Suelen dormir entre 12 y 14 horas. Deben despertarse de forma tranquila y atender sus necesidades. Si caminan, pueden buscar compañía si se despiertan en la noche. Si no duermen bien, pueden estar de mal humor.
Objetivos:
- Tener capacidad de identificar los símbolos que le ayuden a prepararse para ir a dormir.
- Participar en la actividad de desvestirse y ayudar a ponerse el pijama.
- Dormir solo, despertarse sin llorar, saludar o despedirse al acostarse y levantarse.
De 3 a 6 años
Duermen menos horas y la siesta desaparece poco a poco. Aprenden a irse a la cama sin ayuda y a dejar actividades interesantes para dormir. También pueden dormir en casas conocidas. A partir de los 12 años, pueden quedarse solos por la noche, y desde los 14, tolerar bien dormir menos una noche. Entre los 3 y 6 años, pueden despertarse solos y hacer alguna actividad sin un adulto.
Objetivos:
- Ser capaz de organizar el sitio donde vaya a dormir.
- Ser capaz de desvestirse, ponerse el pijama y dejar las cosas del descanso recogidas e incluso doblar y colocar la ropa que se quita.
- Haber aprendido a respetar el descanso de los demás y a levantarse solo, y cubrir alguna de sus necesidades (ir al baño solo, por ejemplo).
Hábitos de Higiene
Las necesidades de higiene en los niños deben ser experiencias agradables y afectivas con el adulto. Se dividen en higiene corporal y control de esfínteres.
Higiene Corporal
Incluye el hábito de vestirse y debe enseñarse de manera coordinada. El niño debe entender su importancia para la salud y la imagen personal, aprender las acciones necesarias y la frecuencia adecuada.
Control de Esfínteres
Se logra cuando el niño está maduro y motivado. Le ayuda a conocer su cuerpo y a controlar sus necesidades en el momento y lugar apropiados.
Aspectos para el Aprendizaje del Control de Esfínteres
- Respecto al control de orina y heces diurno, comenzaremos llamando la atención del niño sobre su propio cuerpo y la necesidad que tiene de comenzar a hacerlo en un orinal.
- Debemos estar pendientes de todos los gestos que indiquen que quiere hacer pis.
- Se deben tirar al retrete todas las deposiciones que el niño haga en el orinal en su presencia. Da igual si lo hace en el orinal o en el váter, hay que indicarle que debe tirar de la cadena.
- Hay que elogiarle y felicitarle cuando responda adecuadamente. Durante los primeros días, debemos llevar al niño al baño cada 2 o 3 horas.
- Debemos vestir al niño con ropa cómoda durante ese momento para que sea capaz de manejarse de forma autónoma.
- El control de la orina nocturna empieza después del diurno, idealmente desde los 3 años y en clima cálido. Para ayudar al niño, hay que reducir líquidos antes de dormir, llevarlo al baño antes de acostarse y, si es necesario, despertarlo por la noche. Si se moja, debe participar en las consecuencias. Requiere paciencia y constancia.
Objetivos para Adquirir Hábitos de Higiene
Objetivos de 1 a 3 años
- El niño debe pedir ayuda e informar de lo que está pasando. Debe iniciarse en el lavado de manos y cara cuando las tiene sucias.
- Debe colaborar en lavarse partes del cuerpo cuando está en la bañera y disfrutar del baño.
- Solicitar que le peinen, que le corten las uñas y el pelo, valorar el buen olor corporal y la buena presencia de los demás.
- Hacia el final de esta etapa también debe iniciarse en el aprendizaje de la higiene bucal.
Objetivos de 3 a 6 años
- Debe llegar a adquirir autonomía en el control de la orina diurna y nocturna, así como también en la manipulación de su ropa cuando va al baño e incluso conseguir aguantar más tiempo sus ganas.
- Tendrá que ser capaz de limpiarse cuando va al baño, de tirar de la cadena, de lavarse las manos cuando acaba.
- Debe también sonarse la nariz y usar el pañuelo.
- Utilizar la ducha y secarse solo después del baño, y también controlar el uso del jabón y dejar el espacio limpio.
- Debe saber cómo y cuándo debe lavarse la cara y las manos, peinarse y controlar lo que debe hacer en la higiene personal de sus dientes.
- A partir de los 6 años, el niño empezará a querer bañarse solo, a querer controlar sus uñas para mantenerlas limpias y a valorar la limpieza en el vestido y en el acicalado. Comienza a ver la importancia de dejar los espacios ordenados y limpios.
Hábitos de Vestido
El niño debe aprender tres bloques:
- Todas las acciones de vestirse y desnudarse y el grado de autonomía con el que lo realizan.
- El aspecto general con el que el niño se ve después de vestirse, teniendo en cuenta la elección de la ropa y la limpieza de esta.
- La limpieza, orden y colocación de la ropa cuando se la quita.
Consideraciones para el Hábito de Vestido
- Es una actividad que favorece el desarrollo afectivo, ya que promueve la comunicación. Por ello, debemos mostrarnos pacientes y ser repetitivos en la explicación de la actividad.
- La organización en el orden de las prendas es importante. Por ello, debemos dar tiempo al niño para que adquiera habilidad en algunos movimientos y, más tarde, pueda hacerlo solo.
- No podemos dejar que se vista y se desvista sin nuestra presencia, sobre todo en los primeros intentos.
- Una vez que el niño ha iniciado este hábito, debemos dejar que lo repita y que lo realice tanto en el ámbito escolar como familiar, enseñándole estrategias que ayuden al aprendizaje de este hábito.
Objetivos de 1 a 3 años
- El niño debe mostrar interés y participar en las actividades relacionadas con vestirse y desvestirse. Realizará los primeros intentos por abrocharse el velcro, ponerse los zapatos solo, bajarse y subirse los pantalones. Al final de esta etapa, colgará en el perchero algunas prendas y se dará cuenta de que va sucio, pidiendo que lo cambien de ropa.
- El niño será capaz de quitarse solo los zapatos, calcetines, abrigo y mandilón, y de saber en qué mano o pie van sus guantes y sus zapatos.
Objetivos de 3 a 6 años
- Al finalizar esta etapa, el niño podrá vestirse y desvestirse solo, dar la vuelta a la ropa y abrochar y desabrochar botones, cremalleras, empezando a hacer lazadas.
- Valorará su imagen y la ropa que lleva puesta, por lo que empezará a participar en la limpieza de algunos objetos. Por ejemplo, si tiene la toalla mojada, la colocará en algún sitio para que se seque. También empezará a colocar su bolsa o mochila con sus cosas e incluso participará con el adulto en la limpieza de sus zapatos.
- En algunos niños ya aparecen los primeros intentos de seleccionar las prendas que va a ponerse dependiendo de las actividades que vaya a realizar y del clima.
Hábitos de Relaciones Sociales
El bebé aprende a relacionarse gracias al adulto, quien debe fomentar su sociabilidad con pautas y explicaciones. La familia influye en su interés por socializar, ya que surgen emociones y primeros conflictos que deben gestionarse. Desde los 4 años, el juego en grupo es clave para aprender a interactuar y comprender a los demás, con ayuda del adulto cuando sea necesario.
Objetivos de 1 a 3 años
- Conocer las funciones que realizan adultos diferentes a sus padres y que de alguna forma los están atendiendo.
- Respetar las normas que se establecen en el aula y hacer cosas con otros niños, colaborando y respetando normas en actividades y juegos.
- Serán capaces de aprender los nombres de otras personas, de responder cuando se les llama y de llamar ellos a otros, de participar en fiestas y celebraciones.
- Serán capaces de colaborar con otros niños en la resolución de conflictos.
Objetivos de 3 a 6 años
- Son capaces de autocontrolarse en situaciones y así prestan atención a otros, respetan el juego, el trabajo e incluso el descanso de los demás. Son capaces de jugar con otros niños, de respetar las opiniones y los gustos de otros y aprenden a esperar el turno.
- Son capaces de aceptar las negociaciones ante sus intereses, de respetar las normas de convivencia y las que se establecen en el juego, no utilizan rabietas ante la frustración y respetan y colaboran en tareas sencillas.
- Realizan actividades de grupo admitiendo a otras personas dentro de su grupo, compartirán juegos, materiales y la atención de los adultos.
- Ayudan a los que lo necesitan y participan cuando se les pide algo.
Conflictos y Trastornos en la Adquisición de Hábitos
Inseguridad y Miedo
La inseguridad y el miedo pueden dificultar la adquisición de hábitos. La inseguridad es la falta de confianza para desenvolverse en diferentes entornos, lo que impide que el niño actúe con la seguridad que su madurez permite. El adulto debe ayudarle a ganar confianza mediante retos progresivos. El miedo, en cambio, es una emoción natural ante un peligro real o imaginario. Solo es problemático si paraliza al niño e impide que avance en sus aprendizajes.
Culpa y Vergüenza
La culpa y la vergüenza están relacionadas. La vergüenza surge por la opinión de los demás y puede afectar la autoestima del niño, llevándolo a la timidez y la indecisión. La culpa aparece cuando el niño reconoce que ha hecho algo inadecuado.
Tensiones y Conflictos
Las tensiones y conflictos pueden dificultar la adquisición de hábitos. Un ambiente familiar y escolar tranquilo favorece la autonomía, mientras que horarios desorganizados, cambios bruscos o problemas familiares pueden generar estrés, nerviosismo y retrocesos en los aprendizajes del niño.
Organización: Espacios, Tiempo y Recursos (Rutinas)
Los educadores utilizamos las rutinas, ya que ayudan a desarrollar la autonomía en los niños. Son actividades diarias que se repiten de forma ordenada y están ligadas a sus necesidades. Gracias a ellas, el niño aprende a anticipar lo que ocurrirá después y a comprender la relación entre sus acciones y sus consecuencias.
Finalidad de las Rutinas
- Permiten estructurar el tiempo y organizar los horarios en las guarderías.
- Ordenan las actividades, la sucesión de las acciones y a través de ellas se crean relaciones de orden y causalidad.
- Permiten al niño ir interiorizando las normas, dándole seguridad y creando a través de ellas la formación de hábitos.
- Fomentan la autonomía, aumentan la autoestima en el niño y facilitan el desarrollo cognitivo, social y afectivo a través de la comunicación que surge con el entorno cuando se realizan, consiguiendo un desarrollo integral de la persona.
Recursos
Los educadores eligen los materiales más adecuados para cada etapa del aprendizaje, permitiendo que los niños manipulen, practiquen y experimenten con ellos para desarrollar su autonomía. La elección de estos materiales debe adaptarse a las necesidades individuales de cada niño.
Existen materiales básicos, como papel, telas, pinturas, arcilla y cartón, que sirven como base para crear otros recursos. También hay materiales de apoyo, como tijeras, pegamento, punzones, instrumentos musicales y elementos de higiene, que ayudan a reforzar hábitos de autonomía.
Además, materiales como libros, juegos y herramientas digitales (ordenadores, reproductores de música y películas) son fundamentales para estimular la creatividad y la imaginación en la escuela infantil.