Figuras Clave del Teatro Español del Siglo XX
Federico García Lorca
Federico García Lorca nació en Fuente Vaqueros (Granada) en 1898. Estudió Derecho y música, y en 1919 se trasladó a Madrid, donde se integró en la Residencia de Estudiantes. Allí se relacionó con grandes figuras de la Generación del 27. En 1929 viajó a Nueva York, experiencia que marcó su sensibilidad artística, y en 1933 fundó el grupo teatral La Barraca. Fue asesinado en 1936 al estallar la Guerra Civil, víctima de sus ideas progresistas y su apoyo a la República.
Características de su Teatro
El teatro de Lorca se caracteriza por su hondo lirismo, el uso de imágenes simbólicas y la presencia constante de lo poético en el lenguaje. Su temática gira en torno al conflicto entre los deseos individuales y las normas sociales, la libertad frente a la represión, especialmente en contextos rurales y desde una perspectiva femenina. Lorca ofrece una visión universal del ser humano frustrado por las convenciones impuestas.
Obra Dramática
Su obra dramática puede dividirse en tres grandes bloques:
- El teatro menor (farsas)
- El teatro de ensayo (influido por el surrealismo)
- Los dramas rurales
Entre las farsas destacan La zapatera prodigiosa y Doña Rosita la soltera, con personajes que expresan su frustración amorosa. En el teatro de ensayo, Lorca rompe con el tiempo y el espacio tradicionales en obras como El público o Así que pasen cinco años. Finalmente, su teatro mayor lo forman Bodas de sangre, Yerma y La casa de Bernarda Alba, que constituyen la cumbre de su producción dramática.
La casa de Bernarda Alba
La casa de Bernarda Alba, escrita en 1936 poco antes de su muerte, se considera su obra más elaborada y sobria. Ambientada en el campo andaluz, representa con enorme fuerza simbólica el enfrentamiento entre el deseo y la autoridad. Bernarda, tras enviudar por segunda vez, impone a sus cinco hijas un luto estricto y el encierro en casa, lo que provoca un conflicto creciente, especialmente cuando Pepe el Romano, pretendiente de la mayor, se convierte en objeto de deseo de la menor, Adela.
Simbolismo y Personajes
La obra se desarrolla en un espacio cerrado, la casa, que simboliza la represión, la ausencia de libertad, la sofocación de la vida. En contraste, el mundo exterior, al que apenas se accede, representa el deseo, la pasión y la libertad, aunque también la amenaza del “qué dirán” y de la moral tradicional. El simbolismo es constante: el calor asfixiante, el agua deseada y nunca presente, el bastón de Bernarda como símbolo de autoridad, o el caballo garañón, reflejo de la tensión sexual reprimida.
Los personajes femeninos encarnan distintas reacciones frente a la represión. Bernarda es la autoridad absoluta, convencida de su superioridad social y obsesionada con las apariencias. Adela representa la rebeldía vital y erótica, y su destino trágico encarna la imposibilidad de vivir libremente en ese entorno. Mª Josefa, madre de Bernarda, desde su locura expresa poéticamente el anhelo de libertad y maternidad. La Poncia, criada de la casa, a pesar de conocer los secretos y tensiones, se limita a observar con resignación. Las demás hijas, con mayor o menor sumisión, también muestran deseo de escapar, aunque sin la fuerza de Adela.
Estructura y Estilo
La estructura de la obra está cuidadosamente trazada: los tres actos no se dividen en escenas, lo que da continuidad a la acción. Lorca incrementa la tensión de forma progresiva, hasta desembocar en un desenlace inevitable. El estilo es directo, con un diálogo que mezcla realismo y poesía, sentencias y silencios cargados de sentido. El realismo poético de la obra convierte lo cotidiano en simbólico y lo sencillo en profundo.
Conclusión sobre Lorca
En suma, La casa de Bernarda Alba es una denuncia de la opresión social y patriarcal que limita el deseo, especialmente el femenino, y una obra universal sobre la lucha entre la libertad individual y las normas impuestas. Es un drama que alcanza una dimensión humana y atemporal.
Antonio Buero Vallejo
Antonio Buero Vallejo (1916-2000) es uno de los dramaturgos más importantes del teatro español del siglo XX. Nació en Guadalajara y se trasladó a Madrid para estudiar Bellas Artes, aunque pronto se volcó en la escritura teatral. Participó en la Guerra Civil como soldado del bando republicano y, al terminar esta, fue detenido y encarcelado. Durante su estancia en prisión coincidió con el poeta Miguel Hernández. Fue condenado a muerte, aunque en 1947 consiguió el indulto. A partir de ese momento, se dedicó de lleno al teatro, convirtiéndose en una figura clave en la renovación del teatro español de posguerra. A través de su obra, reflejó la realidad social de su época, desafiando la censura franquista con inteligencia y profundidad.
Características y Temas
El teatro de Buero Vallejo se caracteriza por la combinación de elementos existenciales y sociales. Sus obras giran en torno a las aspiraciones del ser humano —como la búsqueda de la verdad, la libertad o la felicidad— que chocan contra las limitaciones personales y el contexto histórico y social opresivo. Su enfoque puede entenderse desde un plano existencial, como una reflexión sobre el sentido de la vida, o desde una perspectiva social y política, como denuncia de las injusticias. Buero concibe el teatro como tragedia, pero con una función constructiva: pretende inquietar al espectador planteando conflictos sin resolverlos del todo, pero también curar, promoviendo una actitud activa de superación individual y colectiva.
Aspectos Técnicos
En lo técnico, sus obras combinan un lenguaje denso y profundo con una cuidada descripción del espacio escénico, que cobra un valor simbólico importante. Fue innovador en el uso de efectos de inmersión, recursos que buscan que el espectador comparta las limitaciones de los personajes: por ejemplo, si un personaje es ciego o sordo, el público lo percibirá a través de oscuridad en el escenario o silencio en las voces. Estos efectos permiten una implicación más emocional y reflexiva.
Obras Destacadas
Entre sus obras más destacadas se encuentra Historia de una escalera (1949), con la que inició su carrera teatral. En ella se muestra la frustración vital de varias familias humildes a lo largo de tres generaciones, todas ellas atrapadas en un ciclo repetido de sueños incumplidos. La escalera, símbolo de estancamiento y rutina, une a los personajes en una realidad que no cambia con el tiempo.
Otra obra fundamental es En la ardiente oscuridad (1950), ambientada en un centro para jóvenes ciegos. Aquí se plantea el conflicto entre la aceptación resignada de la realidad y la rebeldía trágica ante ella. En esta obra aparece por primera vez uno de sus efectos de inmersión, ya que el espectador experimenta simbólicamente la ceguera de los personajes.
El Drama Histórico y la Última Etapa
A partir de mediados de los años 50, Buero inicia una etapa centrada en el drama histórico, con el que sortea la censura al utilizar el pasado para hablar del presente. Ejemplos notables incluyen:
- Un soñador para un pueblo (1958): Retrata al ministro ilustrado Esquilache enfrentado a la resistencia de un país cerrado al cambio.
- Las Meninas (1960): Presenta al pintor Velázquez como símbolo del artista íntegro que intenta ser la conciencia de su época.
- El tragaluz (1967): Ambientada en un futuro ficticio, reconstruye el drama de una familia que vivió la posguerra desde perspectivas enfrentadas, invitando a reflexionar sobre la memoria y la culpa.
- El sueño de la razón (1970): Su protagonista es Goya, símbolo del intelectual comprometido que sufre la represión del absolutismo de Fernando VII.
- El concierto de San Ovidio: Donde los personajes ciegos representan a los oprimidos, víctimas de una sociedad sin escrúpulos.
Su obra La doble historia del doctor Valmy (1964), que aborda directamente la represión policial, fue censurada durante años.
En su última etapa, a partir de los años 70, el componente político se hace aún más explícito y sus innovaciones técnicas se intensifican: mezcla de realidad y ficción, ruptura del orden cronológico o múltiples espacios escénicos. La fundación (1974), probablemente su obra más lograda, un preso político, Tomás, comienza viviendo una ilusión mental que poco a poco se desmorona hasta aceptar la dura realidad de su encierro. Esta obra reflexiona sobre la evasión, el compromiso y la libertad. También son representativas La llegada de los dioses (1971), donde un joven se niega simbólicamente a ver la injusticia que lo rodea, y La detonación (1977), que narra la desesperación de Larra antes de su suicidio, entendida como consecuencia de una sociedad opresiva.
Conclusión sobre Buero Vallejo
A lo largo de su vida, Buero Vallejo fue un referente del teatro comprometido. Supo renovar la tragedia desde un enfoque humano y social, y utilizó el escenario como espacio de denuncia, reflexión y esperanza.
Ramón María del Valle-Inclán
A comienzos del siglo XX, el teatro europeo vivió una profunda renovación en temas, formas y expresión. Autores como Chéjov o Wilde marcaron esta nueva etapa. En cambio, en España, la escena teatral no vivió una transformación similar. Aquí predominaban dos corrientes: un teatro comercial, heredero del drama del siglo XIX, y otro más innovador, pero sin el favor del gran público. Dentro de esta segunda línea se sitúan autores como Unamuno, Lorca y Valle-Inclán.
Biografía
Ramón María del Valle-Inclán nació en Pontevedra. A lo largo de su vida viajó a México, residió entre Galicia y Madrid y fue corresponsal de guerra en Francia durante la Primera Guerra Mundial. También dirigió la Academia de Bellas Artes en Roma y murió en Santiago. Fue un autor muy crítico con el sistema político de la Restauración y apoyó la proclamación de la Segunda República, aunque desde una perspectiva carlista, idealizando el pasado.
Aportación al Teatro
Valle-Inclán es una figura clave del teatro español del siglo XX y uno de los autores más originales del teatro europeo. Tras iniciarse con obras poéticas como Cenizas o El marqués de Bradomín, desarrolló dos grandes líneas teatrales: el teatro mítico ambientado en Galicia y las farsas ambientadas en el siglo XVIII.
Obras Principales
Entre sus comedias míticas destaca la trilogía Comedias bárbaras, formada por Águila de bastón, Romance de lobos y Cara de plata. El protagonista, Montenegro, representa a un héroe dominado por impulsos irracionales. La última obra se centra en sus pecados principales: soberbia, lujuria y sacrilegio.
Dentro de este ciclo también destaca Divinas palabras, obra casi esperpéntica que retrata una Galicia rural y miserable, marcada por la corrupción moral y social. En sus farsas, Valle-Inclán critica con dureza los valores tradicionales de la sociedad española. Sobresalen La marquesa Rosalinda y Farsa y licencia de la reina castiza, donde combina lo grotesco y lo cómico para cuestionar la realidad.
El Esperpento
Sin embargo, su mayor aportación es el esperpento, una nueva forma teatral en la que la deformación de la realidad sirve para reflejar su esencia absurda. Este estilo rompe con el realismo tradicional y se alinea con las vanguardias europeas. A través del esperpento, Valle-Inclán ofrece una visión crítica y provocadora de la sociedad española.
Luces de bohemia (1920) es su esperpento más logrado. Su protagonista, Max Estrella, un poeta ciego, representa la dignidad del héroe clásico enfrentado a una sociedad degradada. La obra combina sátira social y política con una profunda reflexión sobre la tragedia del hombre moderno, privado incluso de la posibilidad de luchar. Otros esperpentos son Los cuernos de don Friolera, Las galas del difunto y La hija del capitán, reunidos en la trilogía Martes de Carnaval.
Recepción y Legado
Durante su vida, la mayoría de sus obras no fueron representadas. Se consideraban irrepresentables por romper con las convenciones teatrales del momento. Valle-Inclán creó un teatro libre, sin someterse a los gustos del público ni a los intereses comerciales. A partir de los años 60, sus obras comenzaron a representarse con éxito, reconociéndose por fin su papel como uno de los grandes renovadores del teatro español.
Miguel Mihura
Miguel Mihura nació en Madrid en 1905 y murió en 1979. Desde pequeño estuvo vinculado al mundo teatral, ya que su padre era actor. Esta influencia marcó profundamente su trayectoria artística. En 1941 fundó La Codorniz, una revista de humor que dirigió hasta 1946 y que se convirtió en un referente en la posguerra española. Además, trabajó como guionista cinematográfico, colaborando con directores importantes como Luis García Berlanga. Aunque su teatro no fue bien comprendido en sus inicios, con el tiempo se convirtió en una figura esencial en la renovación de la comedia española.
Estilo y Temas
El estilo de Miguel Mihura se caracteriza por un humor muy personal, que se acerca al teatro del absurdo por su manera de cuestionar los tópicos sociales y las convenciones establecidas. Él mismo afirmaba que usaba el humor como una forma de esconder su pesimismo y desencanto. Su concepción de la vida está marcada por el conflicto entre el individuo y una sociedad que impone normas que dificultan la felicidad. A través de situaciones cómicas y personajes extravagantes, Mihura critica la rigidez de la vida burguesa, mostrando un mundo donde lo absurdo y lo melancólico se entrelazan.
Obra Clave: Tres sombreros de copa
Su obra más importante es Tres sombreros de copa, escrita en 1932 pero estrenada en 1952, debido a su carácter innovador, que no encajaba con los gustos del público de la época. En esta obra se narra la historia de Dionisio, un joven que pasa la noche anterior a su boda en un hotel de provincias, donde conoce a Paula, una muchacha alegre y vital que le muestra un estilo de vida completamente opuesto al que le espera. Dionisio se debate entre seguir sus deseos o cumplir con las expectativas sociales, y finalmente renuncia al cambio.
La obra destaca por su humor absurdo, los personajes caricaturescos y los diálogos vivos. A través de detalles simbólicos como los sombreros, se refleja la vacilación del protagonista y su incapacidad de romper con lo establecido. La acción transcurre en una sola noche y en un único espacio —la habitación de Dionisio— aunque se alude a otros lugares. El lenguaje es coloquial, con frases cortas, interjecciones, repeticiones, juegos de palabras, y también referencias culturales y literarias. Este estilo combina un humor ligero con una crítica social profunda, y es precisamente esta mezcla lo que convierte a Mihura en un autor original dentro del teatro español.
Evolución Posterior
Tras Tres sombreros de copa, Mihura suavizó su estilo para adaptarse al gusto del público. Ejemplo de ello son obras como Maribel y la extraña familia (1959), donde una prostituta intenta integrarse en una familia convencional que sorprendentemente la acepta, o Ninette y un señor de Murcia (1965), que narra el romance entre un hombre tradicional y una joven francesa independiente. Estas obras mantienen el humor característico de Mihura, pero con un enfoque más amable y cercano al teatro comercial.
Conclusión sobre Mihura
En conclusión, Miguel Mihura fue un innovador dentro del teatro español del siglo XX, cuyo uso del humor como herramienta crítica lo sitúa como precursor del teatro del absurdo en España. Su obra más representativa, Tres sombreros de copa, supone una ruptura con la comedia tradicional al presentar un universo grotesco y melancólico que refleja la lucha del individuo contra las normas sociales. Con el tiempo, su teatro evolucionó hacia formas más convencionales, pero sin perder su sello personal. Por todo ello, Mihura es una figura clave para entender la evolución de la comedia contemporánea.