Las Grandes Reformas de la Segunda República Española (1931-1933)

1. Las Reformas del Bienio Reformista (1931-1933)

1.1. La Reforma Militar

La reforma militar tenía como objetivo modernizar y democratizar el ejército. Constaba de varios decretos:

  • El Decreto de Jurisdicciones: que suprimía la Ley de Jurisdicciones, una ley represiva para la oficialidad, y privaba a los tribunales militares de juzgar aspectos que no afectaran a la vida castrense.
  • El Decreto de Retiro: permitía el pase a la reserva, con el mismo sueldo de su empleo activo, a quienes rehusaran hacer la promesa de fidelidad a la República. Aunque el número de oficiales retirados fue menor de lo esperado.
  • Decretos sobre la regulación de los ascensos: Manuel Azaña cedió al gobierno la potestad de ascender a generales y mandos principales, primando la formación y capacitación frente a la antigüedad. Esto produjo una reacción negativa por parte de los afectados, como los generales Goded, Cabanellas, Pozas, Orgaz o Franco.
  • Supresión de la Academia Militar General de Zaragoza, cuyo director era Franco.

1.2. La Reforma Agraria

La más esperada de todas las reformas, que buscaba mejorar la vida de la población campesina en un país con una economía básicamente agrícola. En regiones como Andalucía o Extremadura, el 50% de la tierra estaba en manos de un reducido grupo de propietarios.

La Ley de Reforma Agraria de 1932 fue un conjunto de medidas destinadas a estimular el desarrollo agrario, eliminar el latifundismo y el desigual reparto de la propiedad, y crear una clase de pequeños propietarios que modernizaran la agricultura, aprovecharan las tierras y disminuyeran el paro agrario. Establecía la expropiación, sin indemnización, de las tierras de los Grandes de España y, con indemnización, de las grandes fincas no cultivadas directamente por los propietarios, las tierras deficientemente cultivadas y las no regadas en zonas de regadío. La aplicación de la ley fue encomendada al IRA (Instituto de Reforma Agraria), que recibía las tierras expropiadas y las distribuía entre los campesinos, quienes decidían el régimen de explotación.

Sin embargo, el alcance de la reforma agraria fue muy limitado por varios motivos: falta de fondos para llevarla a cabo, tibieza por parte del gobierno de izquierdas por el miedo a la oposición de grupos de poder, la propia oposición de los terratenientes (que hicieron boicot y utilizaron la frase “¿No queréis República? ¡Comed República!”), la paralización durante el bienio conservador y la lentitud de su aplicación. Esto decepcionó al campesinado y un sector se orientó hacia posturas más revolucionarias.

1.3. Reformas Laborales

Desde el Ministerio de Trabajo, Francisco Largo Caballero (PSOE) impulsó diversas medidas para mejorar la situación de los campesinos y de los trabajadores en general:

  • Decreto de Términos Municipales: obligaba a los grandes propietarios a contratar a jornaleros de su propio término municipal.
  • Decreto de Laboreo Forzoso: obligaba a los propietarios a mantener el cultivo de sus tierras para no dejar de dar trabajo a los campesinos.
  • Ley de Jurados Mixtos: extendió el poder de arbitraje de estos jurados entre empresarios y obreros a todos los ámbitos, incluido el agrario.
  • Jornada de ocho horas para los campesinos y aumento de los salarios. Se promovió la creación de seguros sociales (prestaciones para pensionistas, seguro médico para mujeres en periodo de maternidad, indemnización por accidente de trabajo) y se prohibieron los desahucios. Se estableció la semana laboral de 40 horas y se protegió el derecho a la huelga.

Con estas medidas, muchos trabajadores mejoraron sus salarios y ganaron poder y respeto ante los patronos. Sin embargo, la conflictividad laboral continuó por diversas causas: la crisis de 1929, la resistencia de los patronos a aceptar las decisiones de los jurados mixtos o la oposición de la oligarquía rural a las leyes vinculadas al campo.

1.4. Reforma Educativa

Uno de los principales objetivos de la República fue que el Estado fuese garante del derecho a la educación, extendido a toda la población. Se centró sobre todo en la enseñanza primaria. Se propuso acabar con el analfabetismo y llevar la cultura a todos los rincones del país: en ese momento, el 33% de la población era analfabeta y la mitad de la población infantil estaba sin escolarizar.

Se elaboró un ambicioso programa para construir 27.000 escuelas e institutos y se formó a maestros (en el primer año se construyeron 7.000 escuelas y se crearon más de 7.000 plazas de maestros). Se pretendía un modelo de escuela coeducativa, pública, gratuita y laica, donde el Estado sustituyera a la Iglesia en la educación. Para mejorar el nivel cultural de la población y hacer de la cultura un derecho para la mayoría, se promovieron campañas culturales destinadas a los sectores más humildes.

En 1931 se crearon las Misiones Pedagógicas, un proyecto con el fin de difundir la cultura en las zonas rurales, llevando elementos que casi nunca llegaban: bibliotecas, cine, coros, teatro, conferencias, obras de arte, etc., llegando a 5.522 lugares en toda España. En ellas participaron con entusiasmo grupos ambulantes de estudiantes, profesores e intelectuales como Federico García Lorca, Rafael Alberti, Pedro Salinas, Miguel Hernández, Carmen Conde o Luis Buñuel, componentes de la Generación del 27, quienes se sintieron plenamente identificados con el ideal republicano. Destacó el Teatro Itinerante (la compañía teatral universitaria “La Barraca”, creada e impulsada por Federico García Lorca, y “El Búho”).

1.5. Reforma Autonómica

Se intentó solucionar el viejo problema de la estructura territorial de España. La construcción de una España de autonomías era una cuestión pendiente y un derecho reconocido en la Constitución. El “Estado integral” introducido en la Constitución permitía que territorios con sentimientos nacionalistas tuvieran organización propia y accedieran a la autonomía. Cataluña fue la primera en iniciar el proceso, presentando un Estatuto de Autonomía que fue aprobado en 1932.

La aprobación contó con una fuerte oposición en las Cortes y en la prensa de derechas, y despertó recelos en los militares respecto a la unidad de España. En el País Vasco, el PNV y los carlistas elaboraron el Estatuto de Estella, rechazado por ser poco democrático y demasiado confesional. El País Vasco no alcanzó la autonomía hasta 1936, poco después del estallido de la Guerra Civil. Otros proyectos nunca serían aprobados, como los de Galicia o Andalucía, que deberían esperar al final de la dictadura para ver la luz.

1.6. Ley de Congregaciones

Regulaba las órdenes religiosas para que no pudieran enriquecerse y las consideraba como asociaciones (eliminando las ayudas del Estado a la Iglesia). Se permitieron los matrimonios civiles, se aprobó el divorcio y se secularizaron los cementerios. La Iglesia católica se erigió como estandarte de la oposición republicana, lo que causó, en su contra, un gran sentimiento anticlerical entre las clases populares que se manifestó, en ocasiones, en movimientos y acciones anticlericales contra bienes e inmuebles eclesiásticos, considerados símbolos del poder conservador y contrarios a las reformas sociales.

2. Oposición y Fin del Bienio Reformista

Las reformas que se comenzaron a llevar a cabo polarizaron la vida política española, ya que o parecían excesivas o insuficientes. A mediados de 1933 se produjo una doble oposición a la República: desde la derecha y desde la izquierda.

La derecha se reorganizó: la Iglesia, parte del ejército, propietarios de tierras, organizaciones patronales, etc. Aparecieron numerosas organizaciones: Acción Española (de corte intelectual, con figuras como José María Pemán o Ramiro de Maeztu), la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA), Renovación Española, Comunión Tradicionalista o las JONS (Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista), de carácter fascista y nacionalsocialista, que conspiraron contra la República. Para ello, usaron el viejo mecanismo del pronunciamiento. Sanjurjo se sublevó el 10 de agosto de 1932 en Sevilla…