La Transición Española a la Democracia: Hitos Clave (1975-1978)
La Transición Española: De la Dictadura a la Democracia (1975-1978)
El Inicio del Cambio: Juan Carlos I y la Estrategia de Consenso
Tras la muerte del general Franco, accedió a la Jefatura del Estado Juan Carlos I, lo que supuso la restauración de la dinastía borbónica. A partir de entonces, comenzó en España una etapa clave: la reimplantación de la democracia basada en un espíritu de consenso. Aunque pocos creían en noviembre de 1975 que el Rey Juan Carlos I, formado por el propio Franco, sería el impulsor del cambio político, así ocurrió. Compartía con su padre, Don Juan, el deseo de establecer una monarquía democrática, parlamentaria y constitucional. La estrategia adoptada consistió en una serie de reformas desde la legalidad franquista que llevaran al país hacia un régimen democrático sin ruptura.
No contó inicialmente con el apoyo de los sectores franquistas más conservadores, conocidos como “el búnker”, ni con el respaldo de la izquierda, que exigía una ruptura democrática inmediata, similar a la que supuso la proclamación de la Segunda República. Sin embargo, la firmeza del Rey y el desarrollo de los acontecimientos en 1976 y 1977 propiciaron la consolidación del consenso entre las distintas posturas.
Primeros Obstáculos: El Gobierno de Arias Navarro
Inicialmente, el Rey mantuvo como presidente del Gobierno a Carlos Arias Navarro, presionado por la derecha inmovilista. Aunque su gabinete incluía algunos reformistas, como Manuel Fraga, José María de Areilza o Leopoldo Calvo-Sotelo, no introdujo los cambios que el Rey había prometido. Su propuesta de reforma era superficial, excluía al Partido Comunista y no contemplaba elecciones democráticas. Esta falta de avances generó una gran inestabilidad y, finalmente, en julio de 1976, Arias Navarro dimitió.
La Era Suárez: Desmantelando el Franquismo
Como sucesor, el Rey nombró a Adolfo Suárez, un político joven y poco conocido. Su elección sorprendió a muchos, que dudaban de su capacidad para liderar una transformación democrática. Sin embargo, Suárez y su equipo, con el respaldo del Rey, desmontaron en pocos meses el aparato franquista y dieron paso al sistema democrático.
La Ley para la Reforma Política y la Legalización del PCE
Uno de los primeros hitos de su gobierno fue la Ley para la Reforma Política (LRP), aprobada por las Cortes franquistas en noviembre de 1976 y ratificada por referéndum en diciembre del mismo año. Esta ley establecía un sistema bicameral y la convocatoria de elecciones generales libres. En este contexto, el Partido Comunista de España (PCE) fue finalmente legalizado, permitiendo una participación electoral plenamente representativa.
Las Elecciones de 1977: El Voto por la Moderación
Las elecciones del 15 de junio de 1977 se desarrollaron pacíficamente, con una alta participación. La Unión de Centro Democrático (UCD), partido liderado por Suárez, obtuvo el 34% de los votos. Le siguió el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) con un 28%, mientras que el Partido Comunista de España (PCE) apenas logró un 9%. La derecha más conservadora, agrupada en Alianza Popular (AP), obtuvo un 8%, y la derecha antidemocrática desapareció del panorama político. Los resultados mostraron una apuesta ciudadana por la moderación y otorgaron a Suárez el liderazgo del siguiente reto: elaborar una Constitución democrática.
El Segundo Gobierno de Suárez: Desafíos Económicos y Constitucionales
Con su segundo gobierno, Suárez formó un equipo en el que destacaban figuras clave como el General Manuel Gutiérrez Mellado, Enrique Fuentes Quintana y Francisco Fernández Ordóñez. Se enfrentaron a dos grandes desafíos: la crisis económica y la creación de un nuevo marco constitucional.
Los Pactos de la Moncloa: Estabilidad Económica
Para hacer frente a la crisis económica, en octubre de 1977 se firmaron los Pactos de la Moncloa, acuerdos entre gobierno, oposición y sindicatos que incluían medidas para frenar la inflación, reducir el paro y reformar la fiscalidad.
La Constitución de 1978: Pilar de la Nueva Democracia
En el ámbito político, se elaboró una nueva Constitución mediante una comisión parlamentaria representativa de todas las fuerzas. El texto fue aprobado por amplia mayoría en las Cortes y sometido a referéndum el 6 de diciembre de 1978, recibiendo el apoyo de casi el 88% del electorado. La nueva Constitución reconocía derechos fundamentales, establecía una monarquía parlamentaria, un Estado aconfesional y el modelo autonómico frente al centralismo anterior.
Consolidación Democrática: Hacia una Nueva Etapa
Con la convocatoria de elecciones en marzo de 1979, concluyó el periodo constituyente y se inició la nueva etapa legislativa bajo el marco democrático aprobado por los ciudadanos.