Romanización de Hispania

Tras la conquista romana de la Península Ibérica (siglos III-I a.C.), se inició la romanización, un proceso de asimilación cultural y civilizatoria por parte de los pueblos prerromanos (celtas, íberos y celtíberos). Este territorio se denominó Hispania, origen del término ‘España’.

Los principales rasgos de la romanización fueron:

  • División provincial: Hispania fue dividida en tres provincias: Lusitania, Tarraconense y Bética.
  • Desarrollo urbano: Se fundaron nuevas ciudades como Emerita Augusta o Cesaraugusta, que, junto con las existentes, fomentaron un gran desarrollo urbano. Se utilizó a los “eméritos” (soldados veteranos) para que se asentaran en el territorio.
  • Explotación económica: Se explotaron los recursos económicos con un sistema de producción esclavista. Fueron especialmente importantes la extracción minera y la producción agrícola.
  • Patrimonio monumental: Se desarrolló un importante patrimonio monumental que dotó de servicios al territorio, incluyendo puentes, acueductos, teatros, anfiteatros, foros, murallas y calzadas.
  • Unificación lingüística: El latín fue la base de las lenguas hispánicas que surgieron posteriormente.
  • Cohesión social: La religión, el derecho romano y sus instituciones acabaron cohesionando a los habitantes de Hispania.
  • Centro intelectual: Hispania fue cuna de importantes intelectuales.

La Monarquía Visigoda en Hispania

A partir del siglo III d.C., se produjo la crisis en el Imperio Romano, lo que dio inicio a las invasiones germánicas. Roma pactó un acuerdo con los visigodos, un pueblo bárbaro ya romanizado, para que se asentaran en el sur de la Galia y protegieran Hispania. El Imperio Romano de Occidente cayó en 476, y los visigodos se fortalecieron. Tras ser expulsados de la Galia por los francos (Batalla de Vouillé, 507), crearon un reino visigodo en Hispania, estableciendo su capital en Toledo (576).

Sus rasgos principales fueron:

  • Estructura monárquica: La monarquía pasó de ser electiva a hereditaria, apoyada en el Aula Regia (órgano asesor de altos funcionarios) y los Concilios de Toledo (asambleas religiosas y civiles).
  • Unificación territorial y política: Ocuparon la antigua Hispania Romana. Leovigildo y su hijo Recaredo consiguieron dominar a vascones, cántabros y astures, y expulsar a los suevos y bizantinos.
  • Unificación social, religiosa y jurídica: Leovigildo promovió la igualdad entre hispanorromanos y visigodos, permitiendo los matrimonios mixtos. Recesvinto, por su parte, promovió una única ley, el Fuero Juzgo, que unificó las leyes del reino.
  • Germen del feudalismo: Se produjo el germen del feudalismo, con una nobleza fortalecida que ostentaba poder militar, propiedades de tierra y fidelidad al rey. Esto se acompañó de una economía agraria, autosuficiente y con poco desarrollo comercial y urbano.
  • Fin del reino: El final del reino visigodo llegó con la invasión musulmana de la península (711), que aprovechó las luchas internas por la sucesión al trono.

Al-Andalus: La Presencia Musulmana en la Península Ibérica

Al-Andalus fue el territorio de la Península Ibérica dominado por los musulmanes desde el siglo VIII hasta el XV. Su historia se divide en varias etapas:

  • Emirato Dependiente de Damasco (711-756): Tras la conquista musulmana, Al-Andalus quedó bajo el control del Califato Omeya de Damasco.
  • Emirato Independiente de Córdoba (756-929): Tras la caída omeya, Abderramán I huyó y fundó el Emirato Independiente de Córdoba, respetando la autoridad religiosa del Califato Abasí de Bagdad.
  • Califato de Córdoba (929-1031): Abderramán III proclamó el Califato de Córdoba, asumiendo la independencia política, militar y religiosa. Fue un periodo de esplendor político y cultural.
  • Reinos de Taifas (1031-1085): El califato entró en crisis y se fragmentó en pequeños reinos independientes que competían entre sí.
  • Dominación Almorávide y Almohade (1085-1212): Los almorávides, un grupo bereber del norte de África, unificaron temporalmente los reinos de taifas. Tras un segundo periodo de taifas, se produjo la invasión almohade, otro pueblo bereber, más radical y ortodoxo.
  • Reino Nazarí de Granada (1232-1492): Tras la Batalla de Las Navas de Tolosa, los musulmanes perdieron gran parte de su territorio y solo conservaron el Reino de Granada. Este resistió hasta 1492, cuando fue conquistado por los Reyes Católicos (RRCC), marcando el fin de la presencia musulmana en la península.

La Unión Dinástica y el Nacimiento del Estado Moderno (Reyes Católicos)

La monarquía de los Reyes Católicos (RRCC) (1479-1517) supuso el nacimiento del Estado Moderno y el fin de la monarquía feudal. Tenía los siguientes rasgos:

  • Unión dinástica de Castilla y Aragón: Con el matrimonio de Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón se produjo una unión de las casas reales, pero no una unidad territorial. Cada reino mantuvo sus instituciones, leyes, moneda y lengua.
  • Expansión territorial:
    • Control peninsular: Se controló toda la península, excepto Portugal: se anexionaron el Reino Nazarí de Granada y Navarra.
    • Expansión exterior: Se produjo una intensa expansión exterior: por el Atlántico (descubrimiento de América en 1492 y anexión de Canarias en 1496) y el Mediterráneo (Norte de África y Sur de Italia).
  • Alianzas políticas: Se reforzaron las alianzas políticas a través de los matrimonios de sus hijos con casas europeas.
  • Unidad cristiana: Se buscó la unidad cristiana, a través de la expulsión de los judíos y el establecimiento del Tribunal de la Inquisición para controlar a moriscos y conversos.
  • Monarquía autoritaria: Se estableció una monarquía autoritaria, limitando el poder de la nobleza y de las ciudades. Se creó una burocracia estatal a través de la Santa Hermandad, corregidores, virreyes, un ejército permanente y embajadores. Se reorganizó la hacienda pública y la justicia.