Alfonso XIII y la Crisis de la Restauración (1902-1931)

1. Inestabilidad política y Ley de Jurisdicciones (1902-1907)

Tras la llegada al trono de Alfonso XIII en 1902, los partidos dinásticos sufrieron crisis internas por la falta de liderazgo tras la muerte de Cánovas y Sagasta. Pese a ello, el turno de partidos continuó con cinco gobiernos conservadores (1902-1905) y seis liberales (1905-1907).

En 1905 estalló una crisis entre militares y catalanistas cuando oficiales asaltaron las publicaciones Cu-Cut! y La Veu de Catalunya, acusándolas de atacar al ejército. En respuesta, en 1906 se aprobó la Ley de Jurisdicciones, que permitía a tribunales militares juzgar las ofensas contra el ejército y la patria. Esta ley fue duramente criticada por nacionalistas, republicanos y el movimiento obrero.

2. Intentos de regeneración política y la Semana Trágica

2.1. Maura y el regeneracionismo conservador (1907-1909)

Antonio Maura, líder conservador, impulsó una “revolución desde arriba” para evitar una revolución social. Sus reformas incluyeron:

  • Ley de Reforma Electoral (1907) para reducir el fraude.
  • Proyecto de administración local para acabar con el caciquismo y fomentar la autonomía (no aprobado).
  • Políticas económicas de intervención estatal y protección industrial.
  • Medidas sociales como el Instituto Nacional de Previsión (1908), la legalización de la huelga y el descanso dominical.

2.2. Marruecos y la Semana Trágica de 1909

España buscó recuperar prestigio tras el desastre del 98 con su expansión en Marruecos. En la Conferencia de Algeciras (1906) obtuvo el control del Rif, un territorio hostil que requirió intervención militar. En 1909, el asesinato de trabajadores españoles en el Rif desató un conflicto que obligó al gobierno a movilizar reservistas.

La protesta contra la guerra llevó a una huelga general en Barcelona (26 de julio), que degeneró en la Semana Trágica: barricadas, enfrentamientos y ataques a iglesias. El gobierno respondió con represión militar y condenó a muerte a 17 personas, entre ellas el pedagogo anarquista Francisco Ferrer Guardia, lo que causó un escándalo internacional. La presión forzó la dimisión de Maura.

2.3. Canalejas y el regeneracionismo liberal (1909-1912)

José Canalejas intentó democratizar el sistema con medidas como:

  • Separación Iglesia-Estado y enseñanza laica (Ley del Candado, 1910).
  • Reformas sociales: reducción de jornada laboral, seguridad social obligatoria y regulación de la huelga.
  • Servicio militar obligatorio sin distinciones.
  • Ley de Mancomunidades (1912), que otorgó autonomía a Cataluña.

El asesinato de Canalejas en 1912 frenó sus reformas, y los conservadores volvieron al poder.

3. Los partidos antidinásticos y el movimiento obrero

El republicanismo se renovó con ideas liberales y sociales. En 1903 se creó la Unión Republicana, pero divergencias internas la dividieron en:

  • Republicanos moderados (Salmerón, Melquíades Álvarez), que apostaban por la vía parlamentaria.
  • Republicanos radicales (Lerroux), con un discurso populista, anticlerical y anticatalanista.

El nacionalismo catalán, liderado por la Lliga Regionalista de Cambó y Prat de la Riba, cobró fuerza tras la Ley de Jurisdicciones (1906). Solidaridad Catalana, un frente unido del catalanismo, logró 41 de 44 escaños en Cataluña en 1907, pero se debilitó tras la Semana Trágica. La Mancomunidad de Cataluña (1914) consolidó la autonomía catalana.

El nacionalismo vasco, tras la muerte de Sabino Arana (1903), se dividió entre un sector radical y otro moderado que buscaba autonomía dentro del sistema.

El movimiento obrero, aunque débil, creció con la influencia del sindicalismo revolucionario francés. En 1907 se fundó Solidaridad Obrera y en 1910 la CNT, que promovía la huelga general como estrategia. El PSOE y la UGT, aún minoritarios, se fortalecieron tras la Semana Trágica. En 1910, Pablo Iglesias fue elegido diputado gracias a la alianza republicano-socialista.

4. Conclusión

La crisis de 1898 evidenció la necesidad de regeneración del sistema político de la Restauración. Maura y Canalejas intentaron reformas, pero fueron frustradas por la guerra de Marruecos, la Semana Trágica y el asesinato de Canalejas. La Ley de Jurisdicciones consolidó la influencia del ejército en la política, debilitando la subordinación militar al poder civil, clave del éxito de la Restauración. El republicanismo seguía dividido, mientras que el nacionalismo catalán ganaba peso con Solidaridad Catalana y la Mancomunidad. El movimiento obrero, aún débil por el atraso industrial, comenzó a fortalecerse con la Primera Guerra Mundial, lo que cambiaría el panorama social y político en los años siguientes.

La Dictadura de Primo de Rivera y la Caída de la Monarquía

1. Causas, desarrollo y apoyos del golpe de Estado de Primo de Rivera

El golpe de Estado de Primo de Rivera en 1923 fue consecuencia del fracaso del sistema bipartidista, la crisis económica y social, el protagonismo del Ejército en la política, el auge del nacionalismo periférico y el contexto internacional favorable a los regímenes autoritarios. La derrota de Annual (1921) fue el detonante final, ya que el intento de depurar responsabilidades afectó a la imagen del rey Alfonso XIII.

El 13 de septiembre de 1923, Primo de Rivera tomó el poder justificando su acción por la inestabilidad social y política. Contó con el apoyo del rey, del Ejército, de la burguesía industrial catalana, de la Iglesia y de gran parte de la prensa. La oposición inicial fue escasa, ya que los republicanos no se movilizaron y los socialistas se mantuvieron a la expectativa, mientras que anarquistas y comunistas fueron los únicos en protestar sin éxito.

2. Características y evolución de la Dictadura

2.1. El Directorio Militar (1923-1925)

Primo de Rivera estableció una dictadura militar, suspendió la Constitución, disolvió las Cortes, prohibió partidos y sindicatos e impuso una dura represión contra anarquistas y comunistas. También prohibió el catalán en el ámbito oficial y eliminó la Mancomunidad de Cataluña. Sustituyó los ayuntamientos por juntas municipales y creó el somatén para mantener el orden.

Buscó consolidar su régimen con la creación de la Unión Patriótica, un partido único sin un programa claro. En el plano militar, logró pacificar Marruecos tras la exitosa intervención conjunta de España y Francia en Alhucemas (1925), que puso fin a la resistencia de Abd-el-Krim.

2.2. El Directorio Civil (1925-1930)

Con el Directorio Civil, Primo de Rivera intentó institucionalizar el régimen. En 1927 convocó una Asamblea Nacional Consultiva, sin capacidad legislativa, para elaborar una nueva Constitución, que nunca llegó a aprobarse.

Económicamente, aprovechó la bonanza de los años 20 con una política intervencionista y nacionalista, fomentando la industria con altos aranceles y creando monopolios estatales como Telefónica y CAMPSA. Impulsó grandes obras públicas, como carreteras, ferrocarriles y embalses, aunque a costa de un fuerte endeudamiento del Estado.

Socialmente, la represión sindical y un reformismo paternalista lograron reducir los conflictos laborales. Se promovieron viviendas baratas, servicios sanitarios y se creó la Organización Corporativa Nacional (1926) para mediar entre empresarios y obreros.

3. La oposición a la dictadura

A partir de 1926, la oposición aumentó. Un conflicto con los oficiales de artillería debilitó el apoyo del Ejército. Ese mismo año fracasó la “Sanjuanada”, un intento de golpe militar contra la dictadura.

El republicanismo se reorganizó con la Alianza Republicana y la Derecha Liberal Republicana. Intelectuales como Unamuno, Ortega y Gasset y Blasco Ibáñez criticaron el régimen, mientras que los estudiantes se movilizaron con la Federación Universitaria Española (FUE). También crecieron los movimientos nacionalistas en Cataluña y Galicia.

En 1927, los sectores más radicales de la CNT fundaron la FAI, promoviendo la insurrección revolucionaria. El PSOE tardó más en oponerse al régimen, pero acabó sumándose a la oposición.

4. La caída de la monarquía

La crisis económica mundial de 1929 agravó la situación de la dictadura. Sin apoyos, Primo de Rivera dimitió en enero de 1930. Alfonso XIII intentó restaurar la normalidad constitucional con el general Berenguer, pero su gobierno, conocido como la “dictablanda“, fracasó.

En agosto de 1930, el Pacto de San Sebastián unió a republicanos, socialistas y nacionalistas en un plan para instaurar la República. Aunque los levantamientos militares de diciembre fracasaron, el descontento se intensificó.

En febrero de 1931, el gobierno de Aznar convocó elecciones municipales, interpretadas como un plebiscito sobre la monarquía. La victoria republicana en las ciudades llevó a la proclamación de la Segunda República el 14 de abril de 1931, obligando al rey a exiliarse.

5. Conclusiones

El golpe de Primo de Rivera buscó resolver la crisis del sistema de la Restauración, pero su dictadura solo pudo mantenerse mientras la economía fue favorable. Con la crisis de 1929, la oposición se reorganizó y el fin de la dictadura arrastró a la monarquía, que había sido su principal apoyo.