El Sector Agrario en España: Factores, Usos y Paisajes Regionales
Las actividades agrarias, fundamentalmente la agricultura y la ganadería, fueron pilares en las sociedades tradicionales. Sin embargo, en la actualidad, este sector productivo representa menos del 5% del Producto Interior Bruto (PIB) y de la población activa en España.
Factores Determinantes del Espacio Agrario
Factores Naturales
- El Relieve: La topografía influye directamente en la facilidad o dificultad de la práctica agrícola.
- La Altitud: Modifica las condiciones de humedad y temperatura. En España, solo el 11% de la superficie se encuentra a menos de 200 metros de altitud, correspondiendo una gran proporción a la Meseta. A mayor altitud, la actividad agraria disminuye debido a factores como la estabilidad del suelo y las condiciones climáticas adversas.
- El Suelo: Es el soporte y la base de nutrición de los cultivos y aprovechamientos agrarios. Por ello, su calidad es crucial. Los suelos más productivos se localizan en los valles y las terrazas fluviales. En contraste, los suelos raquíticos de montaña y los salinos de las marismas son menos fértiles.
- El Clima: Condiciona los tipos de paisajes agrarios, manifestándose a través de las temperaturas, precipitaciones y demás elementos climáticos.
- La Vegetación: En ocasiones, se ha conservado el sustrato herbáceo (no el arbóreo) para el aprovechamiento ganadero, o se realiza un uso conjunto e integrado de suelos, pastos y arbolado, dando lugar a paisajes como las dehesas.
Factores Humanos
El espacio agrario también ha recibido una notable influencia histórica. La Conquista y repoblación cristiana dieron lugar a dos procesos con claras repercusiones en el agro español:
- El uso y ordenación de la tierra, basados en la coexistencia de aprovechamientos cerealistas y ganaderos.
- El sistema de posesión de la tierra, responsable de grandes desigualdades en sociedades pasadas, y que estuvo vigente hasta mediados del siglo XIX.
Factores Sociales y Económicos
- La Propiedad: Consiste en el derecho a gozar, disponer libremente y aprovechar la tierra, con las únicas limitaciones establecidas por la ley. En España, la propiedad dominante es la privada, caracterizada por un elevado número de pequeños propietarios con poca tierra y, en el otro extremo, un reducido número de grandes propietarios que concentran vastas extensiones.
- El Régimen de Explotación de la Tierra: Este régimen se basa en la forma en que se utiliza la tierra y se caracteriza por la dicotomía entre los latifundios (grandes propiedades) y los minifundios (pequeñas propiedades).
- El Régimen de Tenencia de la Tierra: En este régimen, existen dos formas principales de trabajar la tierra:
- Explotación Directa: El propietario de la tierra es quien la gestiona, pudiendo trabajarla él mismo o contratar a personal.
- Explotación Indirecta: El propietario no trabaja la tierra directamente, sino que cede su uso a otra persona mediante contratos de arrendamiento o aparcería.
Usos y Aprovechamientos Agrarios
Los principales aprovechamientos agrarios en España son la agricultura, la ganadería y la explotación forestal. Por ejemplo, en Galicia, Madrid y Barcelona, la ganadería predomina debido a la abundancia de pastos naturales, mientras que en otras zonas de Madrid y Cataluña se observa un equilibrio entre la agricultura y la ganadería.
Aprovechamientos Agrícolas
Los principales sistemas de cultivo son el regadío, que implica un aporte artificial de agua, predominante en zonas del Mediterráneo, y el secano, característico de las zonas del interior. Asimismo, se pueden distinguir otras clasificaciones:
- Agricultura de mercado (orientada a la venta) y de subsistencia (para autoconsumo).
- Monocultivo (una sola especie) y policultivo (varias especies).
- Agricultura intensiva (alta producción por unidad de superficie) o extensiva (baja producción por unidad de superficie).
Los principales tipos de cultivo son los leñosos y los herbáceos:
- En los cultivos leñosos, predominan los frutales en regadío, mientras que en secano destacan el olivar y el viñedo.
- En los cultivos herbáceos, las patatas y hortalizas son comunes en regadío, y los cereales y legumbres en secano.
Aprovechamientos Ganaderos
Los aprovechamientos ganaderos pueden ser extensivos o intensivos. La ganadería extensiva se centra en el ganado vacuno, especialmente en las zonas occidentales, donde también se crían cerdos. En las zonas del Mediterráneo, predominan las cabras y ovejas.
Aprovechamientos Forestales
Los aprovechamientos forestales tradicionalmente se basaban en la explotación de la madera y la resina, así como en actividades relacionadas como la caza y la recolección de frutos silvestres. Sin embargo, su importancia económica es cada vez menor.
Impacto de la Política Agraria Común (PAC) en España
Tras el ingreso de España en la Comunidad Económica Europea (CEE) en 1986, el sector agrario español quedó condicionado por la Política Agraria Común (PAC), establecida originalmente en 1962. Sus objetivos iniciales eran lograr el autoabastecimiento alimentario europeo y garantizar un nivel de vida adecuado para la población agraria.
Para ello, se concedieron ayudas para la modernización de las explotaciones a través del Fondo Europeo de Orientación y Garantía Agraria (FEOGA), se estableció un mercado común de productos agrarios y se garantizaron precios mínimos superiores a los del mercado mundial. Estas medidas impulsaron un aumento de la producción y de la renta agraria, pero generaron altos excedentes y un considerable gasto comunitario.
Estos problemas llevaron a una reforma de la PAC iniciada en 1985 y culminada en 1996. La nueva PAC introdujo una rebaja de los precios garantizados, desvinculó las subvenciones de la producción, fomentó las jubilaciones anticipadas y estableció cuotas de producción para reducir excedentes. Paralelamente, se buscó diversificar la economía rural.
La incidencia de la PAC en España ha sido notable:
- Ha impulsado un fuerte desarrollo de la exportación de productos del sur y levante peninsular, como el vino, el aceite, los cítricos y los productos hortofrutícolas.
- Ha permitido la modernización de las actividades agrarias y el desarrollo de otras actividades, así como de infraestructuras y equipamientos.
No obstante, el sistema de cuotas ha perjudicado significativamente a las actividades agrarias del norte peninsular, especialmente a la ganadería vacuna. Además, los programas de desarrollo no han logrado frenar la despoblación del medio rural, como evidencia el actual movimiento social de la “España vacía”.
Transformaciones y Nuevos Paisajes Rurales
A partir de la década de 1960, el medio rural español experimentó profundas transformaciones, impulsadas por varios factores clave:
- El Éxodo Rural: Supuso el masivo traslado de población desde el interior de España hacia las áreas urbanas.
- La Mecanización del Campo: Fue fundamental para el desarrollo del sector agrario. Paralelamente a la mecanización, la motorización del medio rural implicó un cambio en el estilo de vida y, en muchos casos, el abandono del campo como lugar de residencia permanente.
- La Ampliación del Regadío: Incrementó la productividad y diversificó los cultivos.
- La Aparición de una Nueva Sociedad Rural: Con cambios en las estructuras sociales y económicas.
Paisajes Agrarios Regionales de España
1. El Dominio Atlántico
La España atlántica se caracteriza por su relieve montañoso y un clima húmedo con temperaturas suaves, lo que favorece el desarrollo de una rica vegetación natural. Es el dominio de los bosques y los prados, que sustentan paisajes agrarios especializados en la ganadería y la explotación forestal. La producción ganadera, especialmente en Galicia, es la principal contribución a la producción agraria final.
Los paisajes agrarios atlánticos presentan una marcada fragmentación parcelaria, con predominio de la pequeña propiedad y regímenes de explotación directa. El hábitat es disperso, con numerosas aldeas y caseríos. Los aprovechamientos agrarios son variados, destacando los cultivos para alimentación humana (patatas, hortalizas) y animal (maíz), así como los forestales. Su verdadera especialización es la ganadería vacuna, siendo la producción de leche de gran importancia.
2. El Dominio Mediterráneo Interior
Esta zona presenta una gran diversidad paisajística bajo la influencia del clima mediterráneo. Los aprovechamientos agrícolas están dominados por los cultivos de secano, aunque en los últimos tiempos el regadío ha ganado mucha extensión.
2.1. La Cuenca del Duero
Caracterizada por la pequeña y mediana propiedad sobre un parcelario muy fragmentado. Predomina la explotación cerealista (trigo, cebada) y la ganadería ovina, complementadas con cultivos de regadío como la remolacha, el maíz o la alfalfa.
2.2. El Área Castellano-Manchega
Se observa un aumento en el tamaño de las explotaciones agrarias y un notable grado de concentración del hábitat. Destacan tres grandes grupos de aprovechamientos:
- La ganadería ovina, base de la producción lanera y quesera tradicional.
- El cereal, que está en retroceso ante el avance del girasol.
- El viñedo, que confiere su fisonomía agraria característica a La Mancha.
2.3. El Oeste Peninsular
Los suelos silíceos, poco fértiles, producen cosechas moderadas. Sobre ellos se han desarrollado las explotaciones agrarias de dehesa, con un régimen extensivo (especialmente de encina). Predomina la gran propiedad, lo que ha convertido al oeste peninsular en uno de los principales enclaves del latifundismo español. En algunas zonas con suelos más ricos, aparecen cultivos cerealistas, plantas industriales y regadío, con la introducción de numerosos cultivos nuevos como hortalizas, arroz, tabaco, entre otros.
2.4. El Valle del Ebro
- En la cuenca alta, las características son propias de la España atlántica húmeda. En las áreas de regadío, se observa un gran aprovechamiento agrícola, con cultivos de huerta para consumo y para la industria, así como amplias zonas dedicadas a la vid, que producen los afamados vinos de Rioja.
- La depresión del Ebro y sus laderas, históricamente integradas funcionalmente por la trashumancia ganadera, son hoy espacios dedicados tanto a la ganadería como a la agricultura.
- En cuanto a la propiedad, coexisten diversos tamaños de explotaciones.
3. El Dominio Mediterráneo Litoral
Este dominio se caracteriza por el dinamismo del espacio agrario, la coexistencia de actividades no agrarias en el medio rural y un alto grado de intensidad en sus aprovechamientos, aunque presenta diferencias considerables a lo largo de su extensión.
- Cataluña: Posee un terrazgo de reducida extensión, con paisajes agrarios muy intensivos, especializados y claramente orientados al mercado. Se ha producido un fuerte retroceso de los cultivos de secano y un notable desarrollo de la ganadería estabulada e industrial, los cultivos hortofrutícolas y la vid.
- El Levante: Acoge un regadío de elevados rendimientos y es el asiento de la huerta tradicional, pieza clave en la ordenación del espacio rural. Junto a las producciones hortícolas, destacan los cítricos, los frutales y el arroz.
- Andalucía: Se distinguen los siguientes paisajes:
- Paisaje cinegético-forestal de las montañas, particularmente en Sierra Morena.
- Las campiñas béticas, que acogen amplias superficies de girasol y otras plantas industriales. Intensamente humanizadas, son asiento de grandes cortijos.
- El paisaje del olivar, sobre todo en el Subbético.
- Las hoyas y depresiones interiores, que acogen el regadío y un policultivo muy variado con cultivos tradicionales (cereales) y plantas industriales (tabaco, remolacha).
- El litoral, que alberga cultivos subtropicales y los “enarenados” bajo el gigantesco “mar de plástico”.
4. Canarias
El archipiélago canario posee una superficie agraria muy reducida debido a la naturaleza volcánica de las islas, apenas alcanzando el 20% de la superficie geográfica. La actividad se concentra en las zonas bajas y en las laderas, donde, gracias al esfuerzo humano, se han construido terrazas. Se ha desarrollado una agricultura de exportación basada en el plátano, la patata y el tomate. La agricultura insular ha coexistido con una notable cabaña de ganado caprino.
5. Otros Paisajes Agrarios
Todos los paisajes agrarios comparten su espacio con actividades no agrarias, como las turísticas y recreativas o las segundas residencias, transformándose estas zonas en rururbanas. Por otra parte, encontramos paisajes en crisis, aquellos que se han despoblado y se encuentran abandonados. Muchos paisajes afectados por crisis agrarias se han deteriorado, a pesar de sus grandes valores en cuanto a biodiversidad, morfología agraria o patrimonio cultural, que necesitan ser mantenidos (ej. La Dehesa).