La crítica de Hegel y la ideología alemana:

Para Marx, el ser humano no vive inmediatamente enfrentado a la realidad natural sino que su relación con la naturaleza está siempre mediada por el trabajo y el desarrollo técnico. Esto quiere decir que la realidad que el ser humano conoce es siempre una realidad cultural que varía a lo largo de la historia, precisamente porque el trabajo y la técnica son cosas que cambian históricamente. Por eso, la teoría de la realidad de Marx va a consistir más bien en una determinada concepción de la historia. La gran mayoría de los seguidores de Marx denominaron a esta concepción de la historia «materialismo histórico».

El materialismo histórico:

Frente al idealismo de Hegel, que mira la historia como una sucesión lógica de ideas o formas de pensar la realidad, Marx considera que la historia debe estudiarse atendiendo primero al modo como cada sociedad produce los bienes para su supervivencia a través del trabajo, es decir, estudiando los modos de producción. Un modo de producción es el sistema económico y social que existe en cada momento histórico (distinguiendo, por ejemplo, entre los modos de producción primitivo, esclavista, feudal o capitalista).

El concepto de ideología:

Con esta distinción, Marx está introduciendo un concepto fundamental desde el punto de vista del conocimiento: el concepto de ideología. Este concepto de Marx señala que la conciencia generada en cada momento histórico no es una fuente del todo fiable para entender la historia. Es mejor sospechar de esa conciencia y entenderla más como un efecto que como una causa de la evolución histórica.

El problema del ser humano en Marx: la alienación

Para Marx no existe una esencia humana, algo que defina por sí mismo al hombre. Como dijimos más arriba, el ser humano se hace a sí mismo a través de la cultura y la historia, transformando la naturaleza por medio del trabajo, por lo que «la esencia humana no es algo abstracto inherente a cada individuo; es, en su realidad, el conjunto de las relaciones sociales». De ahí que el trabajo constituya para Marx un elemento fundamental para comprender el ser humano, porque su forma de organizarlo determina su forma de estar en el mundo. Ahora bien, la realización personal del ser humano a través del trabajo solo se produce bajo determinadas condiciones y, como veremos, Marx se da cuenta de que, en las condiciones capitalistas de su época esta realización resulta imposible para la mayor parte de la población (los asalariados).

La alienación del ser humano

La alienación es la situación de la mayor parte de los seres humanos en condiciones capitalistas. Consiste en considerar como ajeno lo que es propio (alienación económica), pero también en interiorizar, como si fueran propios, discursos e ideas ajenas (alienación ideológica y religiosa).