Anatasa

La anatasa —también conocida como octaedrita— es una de las cinco formas minerales del óxido de titanio (IV) o dióxido de titanio (TiO2). El término anatasa procede del griego anatasis (“extensión”), en alusión a la longitud de las caras piramidales, más largas en relación a sus bases que las de otros minerales tetragonales.

Propiedades Físicas y Químicas

La anatasa puede contener como principales impurezas hierro, estaño, vanadio y niobio. Es insoluble en ácidos, por lo que se puede limpiar con ácidos diluidos.

CategoríaMinerales óxidos
Clase4.DD.05 (Strunz)
Fórmula químicaTiO2
ColorMarrón, añil, negro, verdoso, lila claro, gris
RayaDe blanco a amarillo pálido
LustreAdamantino, metálico
TransparenciaTransparente, translúcido
Sistema cristalinoTetragonal – Ditetragonal Dipiramidal
ExfoliaciónPerfecta según {001} y {011}
FracturaSub-concoidea
Dureza5,5 a 6 en la escala de Mohs

Albita

La albita es un mineral del grupo de los Silicatos, subgrupo Tectosilicatos y dentro de ellos pertenece a los feldespatos denominados plagioclasas. Es un aluminosilicato de sodio, que puede llevar calcio o potasio sustituyendo al sodio en la red cristalina, pero por definición de albita debe tener mucho más sodio (más de 90%) que calcio y potasio juntos (menos de 10%).

Presenta un aspecto de cristales bien formados blancos, casi siempre maclados. La macla de cristales aplanados juntos crea el efecto de estriaciones en la superficie del cristal, siendo tan característica que se designa como macla de albita.

Propiedades Físicas y Químicas

ColorBlanco, y rara vez azulado, gris o rosa.
RayaBlanca
LustreVítreo
TransparenciaTransparente o translúcido
Sistema cristalinoTriclínico, pinacoidal
Hábito cristalinoGranular, comúnmente estriado. A veces masivo
MaclaMuy típica
ExfoliaciónPerfecta
FracturaFractura perlada, irregular a concoidal
Dureza6 a 6,5 (escala de Mohs)
Densidad2,61 g/cm3
SolubilidadEn ácido fluorhídrico. Insoluble en otros ácidos

Piroxenos

Los piroxenos son un importante grupo de silicatos que forman parte de muchas rocas ígneas y metamórficas[1]. Su nombre proviene de las palabras “piro” y “xeno” del griego antiguo que significan “fuego” y “extraño”[2]. Este nombre se lo dio René Just Haüy debido a que consideraba su ocurrencia en lavas como algo ajeno.

Características Físicas y Químicas

Tienen una estructura común que consiste en cadenas simples de tetraedros de sílice. Su fórmula general es XY(Si,Al)2O6, donde “X” representa calcio, sodio, hierro2+, manganeso, litio o magnesio, e “Y” representa iones de menor tamaño como el cromo, aluminio, hierro2+, hierro3+, magnesio, manganeso o titanio[2]. Entre los diferentes piroxenos, según su química, existe una gran cantidad de miscibilidad[3]. Las variedades ricas en hierro, magnesio y calcio son las más comunes[2].

De brillo vítreo, son inalterables por el ácido clorhídrico. Los piroxenos con hierro son oscuros; los que carecen de este elemento suelen ser blancuzcos, grises o de color verde claro. Los piroxenos suelen ocurrir en forma prismática o como pequeñas agujas[4]. En su apariencia y química tienen un parecido a los anfíboles, pero los piroxenos se diferencian por carecer de hidroxilo (OH) en su estructura cristalina y carecer del sitio “A” de los anfíboles, por lo cual no pueden acomodar grandes elementos alcalinos[2][3]. Otra diferencia más fácil de detectar es que los piroxenos tienen un plano de exfoliación aproximadamente en 93° y 87°[2], mientras que el anfíbol los tiene a los 56° y 124°[5].

Según su simetría, los piroxenos se subdividen en ortopiroxenos y clinopiroxenos. Los primeros son ortorrómbicos y los segundos monoclínicos[3].

Tipos de Suelo

Suelo Arenoso

El suelo arenoso es ligero y filtra el agua rápidamente. Tiene baja materia orgánica, por lo que no es muy fértil. Es de color gris. Estos suelos se secan muy pronto y requieren riego frecuente, ya que no almacenan el agua. En un suelo arenoso, es más difícil para una planta aguantar la sequía, aunque esto depende de la especie.

Su tamaño de partícula varía de 0.05 a 2.0 mm. No retienen bien los nutrientes minerales que necesitan las plantas; la lluvia y el riego los lavan de la zona de las raíces, perdiéndose en profundidad. Por lo tanto, el suelo arenoso es pobre en nutrientes minerales.

Como aspectos positivos, las raíces disfrutan de una buena aireación por la mayor porosidad existente. El drenaje también suele ser muy bueno, lo que los hace adecuados para plantas que necesitan un buen drenaje, siempre que no les falte el agua.

La característica principal de este tipo de textura es su gran porosidad, cuyo efecto inmediato es la percolación, es decir, la filtración de las aguas de lluvia o riego hasta la capa freática (capa impermeable en que el agua se acumula y no profundiza más). Los suelos con textura arenosa presentan una elevada porosidad, siendo poco deseables para la práctica agrícola por su baja fertilidad al filtrar la solución con los nutrientes esenciales.

En los suelos de arena fina se dan habitualmente los fenómenos de “costra” en la superficie. Estos suelos pueden ser corregidos añadiendo arcilla y tierra de bosque hasta conseguir una retención de agua adecuada al tipo de plantas que se deseen cultivar.

Suelo Arcilloso

Un suelo arcilloso es un terreno pesado que no filtra casi el agua. Es pegajoso, plástico en estado húmedo y posee muchos nutrientes y materia orgánica. Es de color rojizo. Su tamaño de partícula es menor de 0.002 mm.

Los suelos arcillosos suelen tener un mal drenaje, es decir, se encharcan, incluso durante días, si hay exceso de riego o llueve mucho. Una característica muy positiva es que almacenan muchos nutrientes minerales; tienen “grandes bolsillos”.

Es una textura arcillosa cuando el contenido en arcilla es superior al 25%. Las partículas de arcilla son visibles solo al microscopio, y al mojarlas forman una masa viscosa que puede moldearse. Se trata de los suelos menos porosos, pues pueden contener gránulos de tamaño inferior incluso a los 0,002 mm. Esto significa una capacidad impermeable o de retención del agua muy alta, provocando encharcamientos.

Los suelos arcillosos son muy pesados, se agrietan y compactan cuando se secan; en términos de aprovechamiento agrícola, y salvo excepciones, forman suelos poco deseables que necesitan acondicionamiento previo. Estos suelos se corrigen añadiendo arena y tierra virgen de bosque; si la textura es demasiado arcillosa, puede ser necesario en ocasiones un sistema de drenaje suplementario.

Suelo Limoso

Un suelo limoso es estéril, pedregoso y filtra el agua con rapidez. La materia orgánica que contiene se descompone muy rápido. Es de color oscuro. Su tamaño de partícula varía de 0.002 a 0.05 mm.

Suelen presentarse frente a los lechos de los ríos y son muy fértiles. Entre las plantas que se pueden cultivar en este tipo de suelo se encuentran: el arroz y la lechuga.

Suelo Franco

Es una textura franca cuando contiene menos del 25% de arcilla. Se trata de los suelos más adecuados en términos generales para la práctica de la agricultura.

De todas formas, la textura franca agrupa variadas composiciones entre un extremo y otro de este tipo, según contenga más o menos arena, arcilla o limo y, por tanto, puede ser más o menos adecuada dependiendo de la especie vegetal de que se trate. En estos casos, debe atenderse a las características del tipo de especie que deseamos cultivar para conocer qué tipo de suelo franco es el más adecuado.