La Guerra Civil Española (1936-1939)

El Estallido de la Guerra: La Sublevación Militar

El 17 de julio de 1936, en Melilla, se inició la sublevación militar contra la República, con la participación de figuras clave como el coronel Yagüe, jefe de la Legión. El alzamiento se extendió rápidamente al resto del protectorado marroquí. Entre el 17 y el 18 de julio, la mayoría de las guarniciones militares del resto de España se unieron al golpe de Estado. El Gobierno de la República tardó en reaccionar y en dos días los sublevados ya se habían hecho fuertes en varias zonas de España. El 19 de julio, Casares Quiroga fue sustituido como jefe del Gobierno por José Giral, quien decidió entregar armas a las milicias de los sindicatos y de los partidos del Frente Popular.

La Guardia Civil, en varias ciudades, inclinó su apoyo de un bando a otro. La sublevación triunfó prácticamente en toda la España interior y en las zonas agrarias donde predominaban la gran propiedad o los pequeños propietarios muy conservadores. Por el contrario, el alzamiento fracasó donde las fuerzas obreras y de izquierda tenían mayor peso: en las zonas industriales de Cataluña y el País Vasco, Asturias, Madrid, entre otras.

La Internacionalización del Conflicto

La «Guerra de España», nombre con el que se la conoció internacionalmente, fue un acontecimiento que apasionó y dividió a los gobernantes. Los nacionales fueron apoyados por Alemania, Italia y Portugal. Los republicanos recibieron ayuda de la Unión Soviética y las Brigadas Internacionales.

Los países con regímenes democráticos optaron por la neutralidad para no romper el equilibrio entre los regímenes democráticos y fascistas y evitar una guerra en Europa. Francia impulsó la creación de un Comité de No Intervención para vigilar que los bandos españoles no recibieran ayuda internacional, aunque no lo consiguió. La política de No Intervención fue una injusticia para la República y una de las causas de su derrota.

La Organización de los Bandos en Conflicto

Tras el inicio de la Guerra Civil Española, el bando nacional organizó una Junta de Defensa Nacional en Burgos y estableció un régimen autoritario con Francisco Franco como líder desde octubre de 1936. Implantaron censura, militarización y disolvieron partidos políticos y sindicatos. En el bando republicano, reinaba el caos: el poder estaba en manos de comités revolucionarios, no del Gobierno central, y se intentó coordinar la defensa mediante una Junta. Ambos bandos cometieron actos violentos desde el comienzo del conflicto.

Fases Militares Clave de la Guerra

La Batalla de Madrid (1936)

Después de cruzar el Estrecho en julio de 1936, las tropas de África tenían como objetivo el avance hacia Madrid para tomar la capital. Franco, convertido en jefe del ejército del sur tras la muerte de Sanjurjo, decidió desviarse para ocupar Toledo y poner fin al cerco del Alcázar. El Gobierno republicano trasladó su sede a Valencia. La resistencia del pueblo de Madrid y la ayuda de las Brigadas Internacionales y de la Unión Soviética (rusos), detuvieron el ataque directo a la ciudad. La resistencia de Madrid puso fin a la fase de guerra de columnas.

La Campaña del Norte (1936-1937)

Al no poder tomar Madrid, los nacionales intentaron aislarla mediante las batallas del Jarama y Guadalajara. Franco no pudo derrotar a sus adversarios, a pesar de la ayuda italiana; esta fue la primera victoria importante del bando republicano. Entonces optó por atacar el frente norte para controlar sus industrias y recursos.

Con el apoyo de la aviación alemana (Legión Cóndor) y nuevas tácticas de guerra total, se bombardeó a la población civil de Durango y Guernica. El general Mola murió en un accidente aéreo en junio de 1937. Las ofensivas republicanas de Brunete y Belchite intentaron distraer a Franco, pero fracasaron y no evitaron que los nacionales tomaran Santander y después Asturias.

De Teruel a la Batalla del Ebro (1937-1938)

Tras un mes de preparación, la República atacó Teruel, pero sufrió otra derrota. Franco avanzó por Aragón, conquistando toda la zona y dejando a Cataluña aislada. La única esperanza republicana era reconectar sus territorios. El avance franquista al Mediterráneo provocó una grave crisis en el Gobierno. El 24 de julio de 1938, los republicanos lanzaron una gran ofensiva cruzando el Ebro. Franco respondió concentrando fuerzas y, tras combates intensos, en octubre los nacionales vencieron. La Batalla del Ebro dejó 100.000 muertos y agotó definitivamente al ejército republicano.

El Final de la Guerra (1939)

En diciembre de 1938, los nacionales lanzaron una ofensiva sobre Cataluña y tomaron Barcelona el 26 de enero de 1939. En el bando republicano crecían las divisiones internas, y el 5 de marzo de 1939, el coronel Casado y Julián Besteiro dieron un golpe de Estado contra el Gobierno de Juan Negrín. Casado controló Madrid el 12 de marzo. El 26 de marzo, Franco lanzó la ofensiva final sobre varias ciudades. Rechazó negociar y exigió la rendición total. La guerra terminó el 1 de abril de 1939.

La Transición Española a la Democracia (1975-1982)

El Gobierno de Adolfo Suárez y la Ley para la Reforma Política

El 3 de julio de 1976, Adolfo Suárez fue designado por el Rey para desempeñar el cargo de presidente del Gobierno. Este nombramiento fue recibido con desconcierto por la opinión pública; nadie creía que un falangista pudiera sacar adelante la reforma.

El nuevo Gobierno era consciente de que no podía retrasar más el proceso de cambios. Poco a poco, el gabinete de Suárez fue cobrando protagonismo y credibilidad, y anunció la celebración de elecciones generales antes del 30 de julio de 1977.

Acompañando estas ideas, Suárez puso en marcha algunas medidas reformistas:

  • La aprobación de una amnistía para presos políticos (salvo los condenados por terrorismo).
  • La ampliación de la tolerancia pública que fomentó la libertad de expresión.
  • Negociaciones para legalizar sindicatos y partidos políticos.

El 15 de diciembre de 1976, se puso en marcha la Ley para la Reforma Política, que establecía la soberanía popular, la inviolabilidad de los derechos individuales y la creación de unas Cortes bicamerales.

Al mismo tiempo, para poder llevar adelante el cambio, el Gobierno de Suárez tuvo que aislar a la extrema derecha y controlar al Ejército, un punto central del franquismo. Por su parte, la extrema derecha (los ultras) y los grupos terroristas nacionalistas (ETA y GRAPO) emplearon la violencia como medio para detener los cambios.

Las fuerzas políticas, ante las medidas anunciadas por Suárez, iniciaron un proceso de reorganización: la derecha se unió en torno a Manuel Fraga formando Alianza Popular (AP); en el centro, los democristianos y liberales formaron el Partido Popular (PP); las fuerzas de oposición se unieron en la Plataforma de Organismos Democráticos (la Platajunta); y en la izquierda, el Partido Comunista de España (PCE) se consolidó.

Las Primeras Elecciones Democráticas y la Constitución de 1978

El 15 de junio de 1977 se celebraron las primeras elecciones democráticas en 40 años. Los resultados dieron la primacía a las dos opciones de centro-derecha (Unión de Centro Democrático – UCD) y centro-izquierda (Partido Socialista Obrero Español – PSOE), y dejaron como minorías significativas al PCE y a AP.

Se constituyeron nuevas Cortes, y pronto quedó manifiesto el deseo de todos los grupos de elaborar una nueva Constitución. Para ello, se formó la Comisión Constitucional, integrada por 17 miembros de los principales partidos políticos, encargados de redactar el texto. Finalmente, el proyecto fue aprobado el 31 de octubre de 1978.

Su rasgo más definitorio fue la voluntad de diseñar un marco válido para todas las opciones políticas y sociales, que permitiera una vida larga al régimen establecido en ella. Esta Constitución definió al Estado como social y democrático de derecho y estableció un sistema de monarquía parlamentaria. Se estableció la soberanía nacional, la división de poderes, Cortes bicamerales, la no confesionalidad del Estado y una declaración de deberes y derechos más amplia.

El poder judicial reside en los tribunales y se estableció un Tribunal Constitucional. Pero la principal novedad fue la configuración de un Estado casi federal, formado por nacionalidades y regiones, mediante la libre constitución de Comunidades Autónomas. Una vez aprobada la Constitución, Suárez convocó elecciones generales para el 1 de marzo de 1979 y elecciones municipales para el 1 de abril.

En las elecciones municipales, UCD obtuvo el mayor número de concejales, pero la alianza entre PSOE, PCE y nacionalistas otorgó la alcaldía al PSOE en la mayoría de ciudades. Suárez iniciaba esta nueva etapa constitucional con un partido en crisis (divisiones internas) y un país con una situación económica y social muy difícil. Esta situación provocó la dimisión de Suárez, a quien le sustituyó Leopoldo Calvo-Sotelo.

Sin embargo, el intento de golpe de Estado del general Tejero (23-F) provocó la ruptura definitiva de la UCD, por lo que se convocaron elecciones anticipadas en 1982. En estas elecciones, el PSOE de Felipe González consiguió mayoría absoluta, cerrando así el proceso de Transición.