Explorando la Adolescencia: Desarrollo, Identidad y Transformación
Unidad I: El Desarrollo Adolescente y la Construcción de la Identidad
Aspectos Biológicos del Adolescente
¿Cómo soy?, ¿Para qué sirvo?, ¿Quién quiero ser? Este es el cuestionamiento básico que un adolescente se hace, siempre y cuando haya vivido normalmente las etapas anteriores de su desarrollo. El imperioso mandato de averiguar quién es y quién quiere ser lo lleva a ensayar la vida. De cómo se haga este ensayo dependen los terribles fracasos (en todos los sentidos) de los adolescentes, pero también los éxitos tempranos, cuyo impulso pueden aprovechar para reconocer sus potencialidades y cimentar un camino que les brinde seguridad. Cuando el adolescente se incluye en el mundo con este cuerpo ya maduro, la imagen que tiene de su cuerpo ha cambiado, también su identidad, y necesita entonces adquirir una ideología que le permita su adaptación al mundo y/o su acción sobre él para cambiarlo.
Búsqueda de la Identidad y del Sí Mismo
El sí mismo (self), según el autor, es el símbolo que cada individuo posee de su propio organismo. Este proceso se produce en todas las etapas del desarrollo, pero adquiere características especiales en la adolescencia. La consecuencia final de la adolescencia, señala el autor, sería el conocimiento del sí mismo como una entidad biológica, social y psicológica en el mundo; es decir, la comprensión de su ser en ese momento de la vida.
Otros aspectos que el autor aborda son:
- La identidad negativa
- Las identidades transitorias
- Las identidades ocasionales
- Las identidades circunstanciales
La Tendencia Grupal en la Adolescencia
El individuo en esta etapa de la vida, señala el autor, recurre como comportamiento defensivo a la búsqueda de uniformidad, lo que puede brindar seguridad y estima personal. De allí surge el espíritu de grupo al que el adolescente se muestra tan afecto. El fenómeno grupal adquiere una importancia trascendental, ya que gran parte de la dependencia que anteriormente se mantenía con la estructura familiar y, en especial, con los padres, se transfiere al grupo.
Necesidad de Intelectualizar y Fantasear
Este proceso de reajuste emocional, en el que se incrementa la intelectualización, lleva al adolescente a la preocupación por principios éticos, filosóficos y sociales. Esto no pocas veces implica formularse un plan de vida muy distinto al que se tenía hasta ese momento y también permite la teorización acerca de grandes reformas que pueden ocurrir en el mundo exterior.
Las Crisis Religiosas en la Adolescencia
Las crisis religiosas, considera el autor, no son un mero reflejo caprichoso de lo místico, como a veces suele aparecer a los ojos de los adultos, sino intentos de solución de la angustia que vive el yo en su búsqueda de identificaciones positivas y en el enfrentamiento con el fenómeno de la muerte definitiva de parte de su yo corporal. Además, el adolescente comienza a enfrentar la separación definitiva de los padres y también la aceptación de la posible muerte de estos.
La Desubicación Temporal Adolescente
Desde el punto de vista de la conducta observable, señala el autor, es posible decir que el adolescente vive con una cierta desubicación temporal; convierte el tiempo en presente y lo activa como un intento de manejarlo. En cuanto a su expresión conductual, el adolescente parecería vivir en un proceso primario con respecto a lo temporal. Las urgencias son enormes y, a veces, las postergaciones son aparentemente irracionales. Cuando el adolescente puede reconocer un pasado y formular proyectos de futuro, con capacidad de espera y elaboración en el presente, supera gran parte de la problemática de esta etapa.
La Evolución Sexual: Del Autoerotismo a la Heterosexualidad
En la evolución del autoerotismo a la heterosexualidad que se observa en el adolescente, se puede describir un oscilar permanente entre la actividad de tipo masturbatorio y los comienzos del ejercicio genital. Este último tiene características especiales en esta fase del desarrollo, donde predomina un contacto exploratorio y preparatorio, más que la verdadera genitalidad procreativa.
El enamoramiento apasionado es también un fenómeno que adquiere características singulares en la adolescencia y que presenta el aspecto de vínculos intensos pero frágiles en la relación interpersonal adolescente.
Actitud Social del Adolescente
La cultura modifica enormemente las características externas del adolescente en el proceso de su desarrollo, aunque las dinámicas intrínsecas del ser humano sigan siendo las mismas. Los patrones culturales son importantes para determinar ciertas pautas externas de manejo de la adolescencia, pero comprender la adolescencia en sí misma es esencial para que estas pautas culturales puedan ser modificadas y utilizadas adecuadamente, especialmente cuando el adolescente se ve afectado por la patología. El adolescente, señala el autor, con su pujanza, actividad y la fuerza reestructuradora de su personalidad, trata de modificar la sociedad.
Contradicciones Sucesivas de la Conducta Adolescente
La conducta del adolescente está dominada por la acción, que constituye la forma de expresión más típica en estos momentos de la vida, en los que incluso el pensamiento necesita materializarse en acción para poder ser controlado. El adolescente, plantea el autor, no puede mantener una línea de conducta rígida, permanente y absoluta, aunque muchas veces lo intenta y la busca.
La Separación Progresiva de los Padres
Uno de los duelos fundamentales que el adolescente debe elaborar es el duelo por los padres de la infancia. Por lo tanto, una de las tareas básicas concomitantes a la identidad del adolescente es la de ir separándose de los padres, lo que está favorecido por el determinismo que los cambios biológicos imponen en este momento cronológico del individuo.
Unidad II: La Formación de la Identidad Psicosexual y de Género
Presentación
Hombre, mujer, macho, hembra, masculino, femenino: son palabras de uso cotidiano en nuestro vocabulario, imágenes consolidadas y constantes en los medios de comunicación y en nuestras mentes como algo que damos por hecho. Son modelos específicos que aprendemos desde muy temprano en nuestra existencia, puesto que han sido construidos previamente y se nos heredan como otro aspecto más de ese bagaje cultural de la sociedad en la que nacimos.
Pero, siguiendo al autor de esta revisión bibliográfica, nos podemos preguntar: ¿quiénes somos realmente?, ¿dónde radican las diferencias entre lo masculino y lo femenino?, ¿cómo se desarrollan y se conforman estas conceptualizaciones? Es interesante observar que, a pesar del largo trayecto de la sexualidad humana a través de milenios, no es sino hasta apenas en el siglo XX cuando, al parecer, estamos descubriendo su complejidad al dedicarle estudios más serios y científicos. Estos serán el objetivo a revisar en esta Unidad, para finalmente otorgarle el lugar que le corresponde como una parte fundamental de nuestra esencia. Los resultados de estas investigaciones iluminan los nebulosos pasadizos y rincones de nuestra intimidad, y muestran aspectos desconocidos, encubiertos y enmohecidos. Esto es gracias a conocimientos más reales y sólidos que llenan esos huecos de desconocimiento y mitificaciones populares que cimentaron falsas conceptualizaciones del hombre y de la mujer.