Corrientes Epistemológicas y la Evolución del Pensamiento Científico

El Neopositivismo y la Crítica de Karl Popper

El neopositivismo es el nombre asignado a la posición filosófica del Círculo de Viena (fundado en 1929) y a la filosofía científica que de él se deriva. Sus miembros buscaban construir una filosofía que estuviera a la altura de la ciencia contemporánea, actuando como auxiliar de la misma.

Consideraron a Einstein, Russell y Wittgenstein como representantes eminentes de la concepción científica del mundo, aunque estos nunca integraron formalmente el Círculo.

La transformación de la lógica en una lógica matemática asignó a la filosofía la tarea de clarificar problemas y afirmaciones mediante el análisis lógico de sus expresiones.

Las Proposiciones en Wittgenstein y el Neopositivismo

Wittgenstein, en su análisis lógico del lenguaje, considera dos tipos de proposiciones:

  • Atómicas: Describen un hecho o expresan que una cosa tiene una determinada cualidad. Son consideradas la entidad lingüística elemental que puede expresar verdad o falsedad. Estas no se pueden dividir en otras proposiciones.
  • Moleculares: Se constituyen a partir de las proposiciones atómicas, y su valor de verdad varía según las proposiciones atómicas que la componen.

La posibilidad de reducir una teoría a enunciados atómicos es lo que permitirá su verificación.

El neopositivismo se basa en la formulación de proposiciones empíricas, es decir, aquellas que refieren a fenómenos observables. Para que una proposición tenga sentido, debe ser verificable, lo que implica que cualquier afirmación pueda ser corroborada mediante un experimento o una observación. Las proposiciones pueden ser sensatas sin haber sido verificadas, ya que lo crucial es su verificabilidad.

En esta postura filosófica, el lenguaje de la ciencia es considerado el único sensato y significativo. Por ello, fundamentan su rechazo a la metafísica, considerándola un discurso carente de significación.

Karl Popper: Falsación y Demarcación

Karl Popper fue el gran opositor del Círculo de Viena. Él reemplazó el método inductivo por el hipotético-deductivo. Para el neopositivismo, la ciencia procede de forma inductiva, basándose en enunciados atómicos que pueden ser observados o sometidos a experimentación, y a partir de estos se generaliza a todos los casos.

El método hipotético-deductivo parte de la creación de una hipótesis que busca ser un enunciado simple, referido a hechos observables, con el fin de refutarla. La observación y la experimentación constituyen la parte empírica y se utilizan con el propósito de falsear la hipótesis.

Popper sustituye el principio de verificación por el de falsación; por lo tanto, sostiene que una teoría científica no es verificable, pero sí refutable.

Plantea que el problema central es la demarcación entre ciencia y pseudociencia. Mientras el neopositivismo asegura que se trata de un problema de significación de enunciados, para Popper consiste en encontrar un criterio desde donde proceder a realizar dicha demarcación. Este criterio es, para él, la refutabilidad o falsación de los enunciados.

Si bien en el neopositivismo las proposiciones parten del empirismo, Popper sostiene que anular la metafísica sería anular la ciencia, ya que las teorías metafísicas pueden ser disparadoras de nuevas teorías. Por lo tanto, no comparte el rechazo del Círculo hacia la metafísica.

Así, para Popper, los descubrimientos parten de la necesidad del científico de considerar alguna situación como un problema o de buscar una explicación a algo.

Otro aspecto a tener en cuenta es que reemplaza la probabilidad como criterio de verdad por la verosimilitud. Las teorías científicas, para Popper, solo serán verdaderas hasta que se demuestre lo contrario.

Los Obstáculos Epistemológicos de Gaston Bachelard

Cuando un sujeto busca construir un conocimiento acerca de un objeto, no lo hace de manera neutra, sino a partir de todos los conocimientos adquiridos a lo largo de su experiencia. Estos conocimientos previos actúan como una barrera que dificulta o impide la percepción de lo nuevo o lo extraño.

El conocimiento científico se construye al chocar con esos conocimientos anteriores que operan como prejuicios, a los que Gaston Bachelard denomina obstáculos epistemológicos.

Los obstáculos epistemológicos son entorpecimientos, confusiones, causas de estancamiento e incluso de retroceso e inercia, que aparecen en el proceso de conocer, impidiendo al sujeto avanzar en esa tarea. Son inherentes a esta actividad, porque al conocer, nunca se parte de cero; siempre existe algún conocimiento previo.

Cargamos con las concepciones, ideas y conocimientos cotidianos y prácticos de nuestra época, cultura y clase social, entre otros, que actúan como prejuicios al momento de acrecentar el conocimiento científico. No obstante, cada nuevo conocimiento se construye a partir de lo que ya conocemos o creemos conocer.

Los conocimientos previos son obstáculos que debemos destruir o superar. Los obstáculos epistemológicos son de dos clases: una está constituida por conocimientos mal adquiridos, y la otra se relaciona con conocimientos que en su momento fueron correctamente elaborados.

Bachelard afirma que es necesario romper con estos obstáculos, concepto que denomina ruptura epistemológica. Los conocimientos precientífico y científico no son continuos; por lo tanto, la ruptura debe concretarse, destruyendo o superando.

Tipos de Obstáculos Epistemológicos

Algunos obstáculos epistemológicos son:

  • Experiencia básica o conocimientos previos: Los individuos, antes de iniciar cualquier estudio, poseen un conjunto de ideas muy propias acerca de cómo y por qué las cosas son como son. Estas ideas pueden ejercer una potente influencia que limite el proceso de aprendizaje.
  • Verbal: Se presenta cuando mediante una sola palabra o una imagen se quiere explicar un concepto. Se sustituye el concepto por una palabra que designa una de las utilidades o empleos de un vocablo.
  • Animista: Según este obstáculo, cualquier sujeto presta mayor atención y, por lo tanto, otorga una mayor valoración al concepto que conlleve la vida.
  • Conocimiento general: Es la explicación mediante el uso de generalizaciones. En la mayoría de los casos, puede caer en equivocaciones que se vuelven confusas.

La Crisis de Paradigmas según Thomas Kuhn

Antes de desarrollar todo lo concerniente a la crisis de paradigmas según Kuhn, es importante destacar qué es un paradigma. En términos de Kuhn, es:

«Toda la constelación de creencias, valores, técnicas, etc., que comparten los miembros de una comunidad dada. Por otra parte, denota una especie de elementos de tal constelación, las concretas soluciones de problemas que, empleadas como modelos o ejemplos, pueden reemplazar reglas explícitas como base de la solución de los problemas restantes de la ciencia normal.»

Este es el criterio de demarcación que Kuhn utiliza para diferenciar entre ciencia y pre-ciencia (por ejemplo: alquimia y química; astrología y astronomía). Parte de la base de que la pre-ciencia no es una ciencia en sí misma, ya que no posee un paradigma. Sin embargo, la química y la astronomía sí lo son, porque cuentan con una «comunidad científica» que comparte un paradigma que incluye una visión del mundo, principios filosóficos y técnicas comunes.

Estos paradigmas son las herramientas con las cuales el científico realiza su tarea y, por ello, en muchos casos llegan a ser incuestionables. Por tal motivo, el científico trabaja con problemas que muchas veces poseen una solución de antemano; esta solución también responde a ese mismo paradigma, como una pieza de rompecabezas.

Anomalías y el Proceso de Crisis Paradigmática

Pero, ¿qué sucede cuando la comunidad científica se encuentra con una anomalía? Una anomalía es un problema que se «resiste» a ser resuelto bajo la visión del paradigma vigente. Cuando la comunidad científica se encuentra con una pieza que no encaja en el rompecabezas, existen dos opciones: se busca solucionar el problema a toda costa o pasa desapercibido.

El conflicto comienza con la acumulación de piezas que no encajan, con la acumulación de enigmas, y es aquí donde se desarrolla una crisis casi insostenible para el paradigma.

Un claro ejemplo de esto surgió cuando la física clásica (newtoniana, con su «ley de gravitación universal»), que en aquel entonces respondía a todos los fenómenos conocidos por el hombre, empezó a ahondar en regiones microscópicas a nivel atómico y subatómico. En estas regiones, «las cosas no se comportaban como se creía»; comenzaron a surgir observaciones relacionadas con la «linealidad del tiempo» y la «espacialidad» que resultaban casi increíbles para quienes las contemplaban. Se comenzó a entender que, bajo las «gafas» de este paradigma, los enigmas universales (que buscaba responder a todos los fenómenos) no podían ser resueltos. Hoy existe la física moderna, íntimamente vinculada a fenómenos cuánticos y no mecánicos, para responder a fenómenos microscópicos.

Aquí podemos visualizar una crisis innegable que dio lugar a un nuevo paradigma. Sin embargo, antes que nada, es importante aclarar que se trata de un proceso completo que culmina en la aceptación de este nuevo paradigma a partir de la propuesta y discrepancia de diversas teorías nuevas, cuya pretensión es responder a dichas anomalías, dando lugar a la aceptación del paradigma que mejor se adecúe a la resolución de los problemas que el grupo de profesionales busca abordar.