El Espectro de los Trastornos del Estado de Ánimo: Historia y Criterios Clínicos
Antecedentes Históricos de los Trastornos del Estado de Ánimo
Hipócrates y la Teoría de los Cuatro Humores
En el siglo V a.C., Hipócrates, considerado el padre de la medicina, propuso la Teoría de los Cuatro Humores. Creía que todo lo existente en el mundo estaba compuesto por unos pocos elementos combinados entre sí. Para Hipócrates, el cuerpo humano estaba formado por cuatro sustancias básicas, también denominadas humores, cuya proporción determinaba la salud y el temperamento:
- Sangre: Asociada al elemento AIRE.
- Flema: Asociada al elemento AGUA.
- Bilis Amarilla: Asociada al elemento FUEGO.
- Bilis Negra: Asociada al elemento TIERRA.
Galeno y la Teoría de los Cuatro Temperamentos
Posteriormente, Galeno, basándose en las ideas de Hipócrates, desarrolló la Teoría de los Cuatro Temperamentos. Partió de la premisa de que todo está constituido por la mezcla de cuatro elementos y que cada uno de ellos corresponde a uno de los humores del cuerpo humano, influyendo en la personalidad:
- Sanguíneo: Personas con un humor muy variable, optimistas y sociables.
- Melancólico: Personas tristes, soñadoras y reflexivas.
- Colérico: Son especialmente enérgicas, proactivas e independientes.
- Flemático: Caracterizado por un modo de comportarse sereno y tranquilo.
Evolución del Concepto: De Kraepelin a Leonhard
- En 1902, Emil Kraepelin introdujo el término “maníaco-depresivo” en el campo de la psiquiatría, sentando las bases para la clasificación moderna de los trastornos del estado de ánimo.
- En la década de 1950, Karl Leonhard utilizó el término “bipolar” y señaló la diferencia crucial entre la depresión unipolar y el trastorno bipolar, contribuyendo a una comprensión más precisa de estas condiciones.
El Afecto y los Trastornos del Humor
Definición de Afecto
La palabra afecto es un sinónimo de humor o estado de ánimo. Los trastornos afectivos reciben este nombre porque su principal característica es una alteración significativa del humor, manifestándose principalmente como depresión o manía.
¿Qué son los Trastornos del Humor?
Los trastornos del humor (o trastornos del estado de ánimo) se refieren a cualquier estado emocional prolongado que influye de manera sustancial en la personalidad y en el funcionamiento vital de la persona. Se sitúan dentro de un espectro continuo de respuestas emocionales:
- Respuestas Adaptadas: Emociones saludables y funcionales.
- Respuestas Inadaptadas: Emociones que interfieren negativamente en la vida normal, incluyendo:
- Sensibilidad Emocional
- Reacción de duelo no complicada
- Represión de las emociones
- Reacción de duelo retrasada
- Depresión
- Manía
Manifestaciones Clave: Depresión y Manía
Cuando las emociones se vuelven inadaptadas e interfieren en la vida normal, pueden manifestarse como:
- Depresión: Un estado emocional que se caracteriza por sentimientos persistentes de tristeza, desilusión, desesperanza, pérdida de interés o placer, y una disminución general de la energía.
- Manía: Un estado emocional en el que se observa un ánimo exaltado, expansivo o irritable, junto con pérdida de la identidad, hiperactividad, pensamientos y actos de grandiosidad, y una disminución de la necesidad de sueño.
Clasificación de los Trastornos del Estado de Ánimo
Trastornos Unipolares
Se caracterizan por la presencia de episodios depresivos sin episodios maníacos o hipomaníacos previos. Incluyen:
- Depresión Mayor: Episodios de tristeza profunda y persistente.
- Distimia (Trastorno Depresivo Persistente): Un estado de ánimo deprimido crónico, aunque menos severo que la depresión mayor.
- Hipomanía: Síntomas similares a la manía pero con menor intensidad y duración, que no causan un deterioro significativo en el funcionamiento social o laboral.
Trastornos Bipolares
Se caracterizan por la alternancia de episodios maníacos, hipomaníacos y/o depresivos. Los principales tipos son:
- Trastorno Bipolar I: Se define por la ocurrencia de al menos un episodio maníaco. Antes o después del episodio maníaco pueden haber existido episodios hipomaníacos o de depresión mayor.
- Trastorno Bipolar II: Se caracteriza por la presencia de al menos un episodio hipomaníaco y al menos un episodio de depresión mayor, sin haber experimentado nunca un episodio maníaco completo.
- Ciclotimia: Un trastorno crónico del estado de ánimo que implica numerosas fluctuaciones hipomaníacas y depresivas que no cumplen los criterios para un episodio maníaco, hipomaníaco o depresivo mayor.
Síntomas Clave de un Episodio Maníaco
Un episodio maníaco se caracteriza por una constelación de síntomas que afectan diversas áreas:
- Afecto: Eufórico, irritable, expansivo.
- Pensamiento: Fuga de ideas, taquipsiquia (pensamiento acelerado), ideas megalomaníacas (de grandeza).
- Psicomotricidad: Hiperactividad, inquietud, agitación.
- Lenguaje: Verborrea (habla excesiva y rápida).
- Conductas: Arriesgadas, impulsivas, y poca necesidad de sueño.
Criterios Diagnósticos del Trastorno Bipolar I (Según DSM-5)
Episodio Maníaco
Para un diagnóstico de Trastorno Bipolar I, es necesario que se cumplan los siguientes criterios para un episodio maníaco. Antes o después del episodio maníaco pueden haber existido episodios hipomaníacos o episodios de depresión mayor.
Criterio A: Alteración del Estado de Ánimo y Actividad
Un período bien definido de estado de ánimo anormalmente y persistentemente elevado, expansivo o irritable, y un aumento anormal y persistente de la actividad o la energía dirigida a un objetivo, que dura como mínimo una semana y está presente la mayor parte del día, casi todos los días (o cualquier duración si se necesita hospitalización).
Criterio B: Síntomas Adicionales
Durante el período de alteración del estado de ánimo y aumento de la energía o actividad, existen tres (o más) de los síntomas siguientes (cuatro si el estado de ánimo es sólo irritable) en un grado significativo y representan un cambio notorio del comportamiento habitual:
- Aumento de la autoestima o sentimiento de grandeza.
- Disminución de la necesidad de dormir (p. ej., se siente descansado después de sólo tres horas de sueño).
- Más hablador de lo habitual o presión para mantener la conversación.
- Fuga de ideas o experiencia subjetiva de que los pensamientos van a gran velocidad.
- Facilidad de distracción (es decir, la atención cambia demasiado fácilmente a estímulos externos poco importantes o irrelevantes), según se informa o se observa.
- Aumento de la actividad dirigida a un objetivo (social, en el trabajo o la escuela, o sexual) o agitación psicomotora (es decir, actividad sin ningún propósito no dirigida a un objetivo).
- Participación excesiva en actividades que tienen muchas posibilidades de consecuencias dolorosas (p. ej., dedicarse de forma desenfrenada a compras, juergas, indiscreciones sexuales o inversiones de dinero imprudentes).
Criterio C: Deterioro Funcional o Necesidad de Hospitalización
La alteración del estado del ánimo es suficientemente grave para causar un deterioro importante en el funcionamiento social o laboral, para necesitar hospitalización con el fin de evitar el daño a sí mismo o a otros, o porque existen características psicóticas.
Criterio D: Exclusión de Sustancias o Afecciones Médicas
El episodio no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia (p. ej., una droga, un medicamento, otro tratamiento) o a otra afección médica.
Episodio de Depresión Mayor
Para un diagnóstico de Trastorno Bipolar I (o Bipolar II), es común que se presenten episodios de depresión mayor. Los criterios son:
Criterio A: Síntomas y Duración
Cinco (o más) de los síntomas siguientes han estado presentes durante el mismo período de dos semanas y representan un cambio del funcionamiento anterior; al menos uno de los síntomas es (1) estado de ánimo deprimido o (2) pérdida de interés o de placer.
- Estado de ánimo deprimido la mayor parte del día, casi todos los días, según se desprende de la información subjetiva (p. ej., se siente triste, vacío o sin esperanza) o de la observación por parte de otras personas (p. ej., se le ve lloroso). (Nota: En niños y adolescentes, el estado de ánimo puede ser irritable.)
- Disminución importante del interés o el placer por todas o casi todas las actividades la mayor parte del día, casi todos los días (como se desprende de la información subjetiva o de la observación).
- Pérdida importante de peso sin hacer dieta o aumento de peso (p. ej., modificación de más del 5% del peso corporal en un mes) o disminución o aumento del apetito casi todos los días.
- Insomnio o hipersomnia casi todos los días.
- Agitación o retraso psicomotor casi todos los días (observable por parte de otros; no simplemente la sensación subjetiva de inquietud o enlentecimiento).
- Fatiga o pérdida de la energía casi todos los días.
- Sentimientos de inutilidad o de culpabilidad excesiva o inapropiada (que puede ser delirante) casi todos los días (no simplemente el autorreproche o culpa por estar enfermo).
- Disminución de la capacidad para pensar o concentrarse, o de tomar decisiones, casi todos los días (a partir del relato subjetivo o de la observación por parte de otras personas).