Comprensión de la Diversidad Funcional Sensorial: Visión y Audición
Las personas con diversidad funcional sensorial son aquellas que muestran dificultades o la imposibilidad para recibir o procesar los estímulos sensoriales, es decir, para completar el proceso perceptivo. Si bien esta definición afecta a todos los sistemas sensoriales, en la práctica se consideran solo los que afectan a la visión y a la audición, por ser las dos vías a través de las cuales recogemos la mayoría de información del entorno.
Tipos de Diversidad Funcional Sensorial
Se consideran tres tipos principales de diversidad funcional sensorial:
- Diversidad Funcional Visual (DFV): Afecta la capacidad de ver.
- Diversidad Funcional Auditiva (DFA): Afecta la capacidad de oír.
- Personas con Sordoceguera: Presentan una combinación de ambas.
Origen de los Problemas Sensoriales
El origen de estos problemas se encuentra a dos niveles:
- Nivel Sensorial: Si el problema se debe a un mal funcionamiento de los órganos de los sentidos o de sus receptores sensoriales.
- Nivel Neurológico: Las dificultades son debidas a problemas en el procesamiento de la información, por ejemplo, un accidente que haya afectado a la zona cerebral encargada de esta función.
A pesar de que la diversidad funcional sensorial puede afectar la independencia de la persona, en general no suele incapacitarla para desenvolverse funcionalmente en su vida, siempre y cuando disponga de los apoyos personales, técnicos y del tratamiento oportuno.
La Diversidad Funcional Visual (DFV)
Engloba a aquellas personas con alguna disminución patente de la capacidad de la visión, ya sea una limitación total o bien que muestran algún resto visual.
Manifestaciones de la Diversidad Funcional Visual
Esta falta de funcionalidad se manifiesta en varios niveles:
- Con limitaciones en el acceso a la información.
- Con dificultades para desarrollar las actividades de la vida diaria con independencia.
- Con restricción en el acceso a la participación en diferentes entornos (educación, trabajo y ocio).
Para atenuar estas dificultades, será necesario contar con los apoyos específicos adecuados. Antes de profundizar en ello, es necesario disponer de más información sobre la visión y la caracterización de la diversidad funcional visual.
Visión y Capacidad Visual
La capacidad visual es el resultado de la combinación de un conjunto de variables que se refieren al sistema visual, a la propia persona y al contexto en el que esta vive:
- Sistema visual de la persona: Está formado por el conjunto de estructuras y órganos que hacen posible la visión. Incluye los ojos (encargados de percibir la información que les llega), las estructuras cerebrales (que procesan dicha información) y las vías nerviosas (que conectan ambos elementos).
- Variables individuales: Comprende características personales, como el nivel cognitivo, la fatiga, la motivación o la distracción.
- Variables ambientales: El medio también influye en la visión. Algunas de las variables más destacadas en este ámbito son las condiciones de iluminación, el contraste y el color.
Si consideramos los parámetros que determinan la capacidad visual, nos centraremos básicamente en dos de ellos:
- Agudeza visual: Es la capacidad del sistema visual para discriminar entre los diferentes estímulos visuales que se le presentan a una cierta distancia.
- Campo visual: Hace referencia al ángulo que forman los límites máximos de visión de un ojo, tanto en el eje arriba/abajo como en el eje derecha/izquierda, es decir, a todo el espacio visual que el ojo puede percibir simultáneamente sin efectuar movimiento.
Caracterización de la Diversidad Funcional Visual
Puesto que la diversidad funcional visual se manifiesta como una disminución patente en la capacidad de la visión, el grado de afectación vendrá dado por el resto visual (grado de visión) que la persona conserve. Así, diferenciamos entre:
- Personas con ceguera: Bajo este concepto, se encuadra a las personas que no tienen resto visual (no perciben luz) o que tienen un resto visual que no les resulta funcional (no pueden localizar su procedencia).
- Personas con restos visuales: Esta descripción engloba a las que mantienen algún resto visual, por pequeño que sea.
Según la función afectada, podemos distinguir dos colectivos:
- Personas con déficit en agudeza visual: Tienen seriamente disminuida la capacidad para identificar visualmente detalles.
- Personas con déficit en el campo de visión: Sufren una reducción severa del campo visual.
El grado de visión del amplio grupo de personas que mantienen ciertos restos visuales dependerá del porcentaje del resto que conservan, que puede comportar desde la ceguera parcial (en la que se conserva menos de un 20 %) hasta la debilidad visual o baja visión.
Causas de la Diversidad Funcional Visual
Los factores que pueden producir deficiencia en la visión son diversos, según la función que se ve afectada (agudeza visual, percepción de los colores, contraste) y según el origen de la lesión. Así, podemos clasificar las causas que originan la DFV en:
- Hereditarias: Se trata de enfermedades oculares transmitidas a través de los genes. Algunos ejemplos son la miopía degenerativa (deterioro progresivo de la agudeza visual) o el albinismo (carencia total o parcial del pigmento).
- Congénitas: Son enfermedades, trastornos o malformaciones que aparecen desde el nacimiento, generalmente a causa de alteraciones en el desarrollo embrionario. La anoftalmia (desarrollo insuficiente o ausencia de globo ocular) o la atrofia del nervio óptico son enfermedades de este tipo.
- Adquiridas: Se incluyen en este grupo las enfermedades específicas del sistema visual (por ejemplo, las cataratas o el desprendimiento de retina) o lesiones (traumatismos, quemaduras, cuerpos extraños) que puedan aparecer en cualquier fase del ciclo vital.
- Enfermedades ajenas al sistema visual: Pero que tienen efectos sobre él. La más importante es la diabetes, que se ha convertido en la primera causa de ceguera en los países desarrollados.
Desarrollo Evolutivo de las Personas con Diversidad Funcional Visual
El grado de afectación dependerá en cada caso de la combinación de una serie de factores:
- Del momento en que se produjo la pérdida visual.
- De si ha ocurrido de manera súbita o gradual.
- Del grado de visión funcional que retenga la persona.
- De la cantidad y la calidad de estimulación provista.
- De que esta se haya realizado lo más tempranamente posible.
La Diversidad Funcional Auditiva (DFA)
Incluye a todas las personas con una limitación ligera o absoluta en la capacidad de oír.
Audición y Capacidad Auditiva
Al igual que la visión, la capacidad auditiva depende de una serie de variables o factores que influyen en el proceso auditivo:
- El sistema auditivo: Los oídos (encargados de percibir los estímulos), las estructuras cerebrales (que procesan la información, la interpretan y le atribuyen significados) y las vías nerviosas (que transmiten la información en uno y otro sentido).
- La intensidad y la frecuencia: De los estímulos sonoros.
- La situación de la persona: Si está fatigada, motivada, cansada, etc.
- El contexto: El ruido, la lejanía del emisor, etc.
Los parámetros más importantes para valorar el nivel de audición son:
- La intensidad auditiva: La unidad que se usa para medirla es el decibelio (dB). La percepción humana de los sonidos va desde 0 dB (umbral de audición) hasta 120 dB (umbral del dolor).
- La frecuencia auditiva: Que se mide en hercios (Hz). El lenguaje hablado discurre en una frecuencia entre los 500 y los 2.000 Hz.
Caracterización de la Diversidad Funcional Auditiva
El colectivo de personas con diversidad funcional auditiva es muy heterogéneo. En esta variedad se incluyen factores relacionados tanto con el grado de sordera, el momento en el que se produce la pérdida o las causas que la provocan.
Según el grado de pérdida:
- Hipoacusia ligera: Pérdida de entre 20 y 40 dB. No hay alteraciones significativas en el desarrollo del lenguaje.
- Hipoacusia moderada: Pérdida de entre 40 y 70 dB. Supone un retraso en la adquisición del lenguaje y dificultades en la articulación.
- Hipoacusia severa: Pérdida entre 70 y 90 dB. En este umbral se sitúa la sordera. El desarrollo del lenguaje es pobre y resulta imprescindible la utilización del audífono.
- Hipoacusia profunda: Pérdida de más de 90 dB. Conlleva dificultades para la adquisición del lenguaje oral.
- Cofosis: Pérdida absoluta, más allá del umbral del dolor, superior a 100 dB. Es muy infrecuente.
Según el momento en el que se produce:
- Prelocutiva: Se presenta antes de la adquisición del lenguaje.
- Poslocutiva: Aparece cuando el lenguaje ya ha sido adquirido.
Según las causas que la provocan:
- Hereditaria: Están ligadas a una anomalía contenida en un gen de la persona y constituyen al menos el 50 % de los casos.
- Adquirida: En función del momento en el que aparece, podemos distinguir tres tipos:
- Prenatales: Se origina durante el embarazo.
- Neonatales: Se derivan del momento del nacimiento.
- Posnatales: Se dan después del nacimiento.
Factores Adicionales que Condicionan la Funcionalidad Auditiva
Además de las condiciones relacionadas con la patología de la audición, hay otros factores que condicionan la funcionalidad:
- Características individuales: edad, actitud, motivación, etc.
- El contexto familiar, educativo y social en el que se desenvuelve, en especial, la calidad de su red relacional y la calidad de las interacciones.
- El sistema de comunicación usado.