Introducción a la Etnoarqueología: Orígenes y Evolución

Con la llegada de la arqueología procesual, figuras como Binford, junto con Yellen y Gould, sentaron las bases metodológicas de la Etnoarqueología dentro de este paradigma. Transformaron la subdisciplina en una de las productoras más importantes de modelos, contribuyendo significativamente a la «Teoría de Rango Medio».

La Etnoarqueología contemporánea surge como resultado directo de la valoración de estudios actualizados y del optimismo en su potencial para explicar el registro arqueológico. A partir de finales de los años 70 y comienzos de los 80, comenzaron los estudios específicos sobre sociedades vivas, efectuados por arqueólogos. De esta forma, se planteó la búsqueda de principios generales que conectaran el comportamiento humano con la cultura material y la obtención de conclusiones que no dependieran exclusivamente del campo teórico de la antropología sociocultural.

Hitos Temporales en el Desarrollo Etnoarqueológico

  • Años 70: Marcados por el optimismo inicial de la arqueología procesual.
  • Años 80: La etnoarqueología amplía su enfoque y comienza a desarrollarse desde el postprocesualismo, intentando discernir los correlatos materiales de los aspectos cognitivos, sociales e ideológicos. Desde este marco, la Etnoarqueología no se interesa por “explicar” (en un sentido procesual), sino que trata de interpretar el significado para la sociedad que la produjo.
  • Años 90: Se multiplican los estudios etnoarqueológicos y abordan el estudio de todo tipo de sociedades. Las preguntas se diversifican y se comienzan a montar proyectos etnoarqueológicos de largo alcance. En esta década se evidencian las dos posturas anteriores, ya que, si bien se populariza el enfoque postprocesual, aún existe un gran número de etnoarqueólogos que consideran la producción de leyes como objetivos posibles y necesarios.

Sin embargo, el creciente interés en la etnoarqueología se enfrenta a desafíos como la disminución de sociedades tradicionales y, por ende, un menor rango de variación de fuentes análogas. La occidentalización disminuye la posibilidad de disponer de fuentes análogas contemporáneas.

Definición y Utilidad de la Etnoarqueología

Definición de Etnoarqueología según Politis (2002)

Politis (2002) propone una definición flexible y abierta, mencionando que: «La etnoarqueología es una subdisciplina de la arqueología y de la antropología social que obtiene información sistemática acerca de la dimensión material de la conducta humana, tanto en el orden ideacional como en el fenomenológico (en el sentido de Goodenough, 1964). Es una generadora de referentes analógicos para la interpretación arqueológica y es una fuente de producción y prueba de hipótesis y modelos acerca de cómo funcionan las sociedades.»

Utilidad de la Etnoarqueología para la Interpretación Arqueológica

La etnoarqueología tiene utilidad en tres campos principales para la interpretación arqueológica:

  1. Buscar relaciones recurrentes entre la conducta humana y la cultura material.
  2. Generar modelos y proponer sus derivados materiales contextualizados dentro de los órdenes social e ideacional, abordando sistemas más complejos.
  3. Contribuir a la reconceptualización de la cultura material, que, junto con la producción francesa en teoría social, se convirtió en un pilar fundamental para los enfoques modernos de la arqueología postprocesual.

Tendencias Actuales en los Estudios Etnoarqueológicos

Dentro de los estudios etnoarqueológicos se perfilan tres tendencias principales:

La Tendencia Analítica

  • Restringe los casos de estudio a los efectos físicos de conductas definidas dentro de sistemas con variables que puedan ser, en principio, mejor controladas.
  • Propone que el esfuerzo debe estar dirigido a incluir los casos particulares en modelos teóricos generales que sean universales.
  • Enfatiza los aspectos tecno-funcionales de la cultura material y las determinantes ecológicas de la conducta humana.
  • Fuertemente influida por el procesualismo, se incluye dentro de lo que Hodder (2002) ha denominado la tendencia analítica, con el trabajo de Binford (1978) como principal referente.
  • Cuenta con un enfoque ÉTIC.
  • Utilizada para estudiar tanto a cazadores-recolectores como a grupos pastoriles y agrícolas.

El Enfoque Hermenéutico

  • Orientado hacia el estudio de sistemas más complejos, donde las variables son más difíciles de controlar, pero que dan cuenta de fenómenos más diversos.
  • Intenta discernir, además de los aspectos tecnoeconómicos, los significados sociales e ideacionales de los objetos desde casos de estudio etnoarqueológicos.
  • Busca producir conocimiento sobre las relaciones generales entre el comportamiento humano y sus derivados materiales.
  • Es hermenéutico porque intenta elucidar el significado mediante la interpretación y apunta al entendimiento de un evento desde el punto de vista del actor, o desde “adentro” de una sociedad particular.
  • Cuenta con un enfoque ÉMIC.
  • Utilizado para estudiar sociedades cazadoras-recolectoras, abordando temas como los tabúes alimenticios y la existencia de lugares sagrados.
  • Fue fuertemente criticado por el neopositivismo.
  • Es un aspecto central de la arqueología contemporánea.

Ambas tendencias están ligadas a los efectos materiales de las conductas y a las propiedades de estos (densidad, variabilidad, distribución, etc.). Sin embargo, la primera intenta establecer relaciones no ambiguas y regularidades transculturales entre las conductas y sus derivados, mientras que la segunda apunta a establecer relaciones de tipo general e intenta entender bajo qué condiciones sociales se puede esperar cierto tipo de registro arqueológico.

El Enfoque Histórico-Cultural

  • Representado por un grupo de proyectos de investigación, sobre todo en Brasil, que busca obtener información etnoarqueológica para reconstruir los procesos históricos de grupos indígenas contemporáneos.
  • Busca entender los procesos de continuidad y cambio en contextos sociales específicos, mediante el uso complementario de la información etnográfica, etnohistórica y arqueológica.
  • Aunque el carácter histórico-cultural de este enfoque podría reducir su aplicabilidad, el potencial de estas investigaciones para la interpretación arqueológica es enorme.

Potencial y Desafíos de la Etnoarqueología

Desde cualquiera de las tres tendencias mencionadas, la Etnoarqueología aparece como uno de los programas más firmes para la construcción de un cuerpo conceptual y metodológico que permita interpretar y explicar el registro arqueológico a través de enunciados contrastables.

  • Desde la tendencia analítica, puede producir aportes sustantivos para la teoría de rango medio, generando modelos y recursos interpretativos que permitan la observación directa de sociedades contemporáneas.
  • Desde el enfoque hermenéutico, la etnoarqueología puede transformarse en una herramienta poderosa para abordar las dimensiones materiales de patrones de pensamiento diversos y para construir marcos interpretativos que sirvan para explorar lo social y lo ideacional en el registro arqueológico.
  • Desde la tendencia histórico-cultural, puede proveer correlatos detallados, ya que obtiene información etnográfica de “grano fino” y la articula con relatos locales.

Principios para el Diseño de Programas Etnoarqueológicos

El autor propone un diseño de programas de etnoarqueología para alcanzar el máximo de su potencial (que no solo se quede en lo tecnoeconómico), tomando en cuenta los siguientes principios:

  1. Las sociedades indígenas construyen su realidad de forma diferente a la occidental y con diferentes parámetros.
  2. Los artefactos arqueológicos son objetos polisémicos y un estudio de ellos debería intentar contemplar su funcionamiento en tantas dimensiones como sea posible.
  3. El entendimiento profundo de los significados de las conductas y de sus correlatos materiales es un aspecto de muy difícil acceso desde el registro arqueológico. Sin embargo, es posible entender cómo y bajo qué sistemas simbólicos (u órdenes ideacionales o cosmovisiones) están operando, mediante las representaciones icónicas, la tradición oral, la historia y la mitología indígena.

Desafíos de la Etnoarqueología Hermenéutica

La etnoarqueología hermenéutica presenta dos problemas principales:

  1. Los símbolos culturales son arbitrarios y el significado de los objetos y de los elementos naturales varía de una cultura a otra de manera aparentemente azarosa.
  2. El significado asociado a íconos y símbolos puede cambiar a través del tiempo o ser alterado por las transformaciones que sufre una sociedad y su contexto tanto natural como político-social.

Debido a esto, se menciona que recuperar el significado profundo de los símbolos o de objetos cotidianos que cuentan con una dimensión social o ideacional es ilusorio. Lo que sí se puede realizar es identificar algunas claves bajo las cuales operaron y detectar algunas variables socio-ideacionales que afectaron la vida de los artefactos mientras estaban circulando en la cultura viva.

La arqueología y etnoarqueología sudamericana ha descuidado los aspectos sociales e ideológicos, enfocándose casi exclusivamente en lo tecno-utilitario. Estos estudios son útiles, pero insuficientes si no se integran en modelos que consideren la dimensión histórica y social del comportamiento humano.