El Teatro Romano: Orígenes, Géneros y Legado de Plauto a Séneca
El Teatro Romano: Orígenes, Géneros y Legado de Plauto a Séneca
Introducción al Teatro Romano
El teatro fue uno de los géneros por excelencia en el mundo romano y también uno de los primeros de la literatura romana. De ahí que pronto alcanzara su madurez y que los autores más importantes de comedia sean de la época republicana.
El Origen del Teatro Romano
En Italia, antes de que se importara la literatura griega, ya existían formas populares de carácter dramático o teatral. Esas formas (la farsa atelana, los versos fesceninos…) fueron absorbidas por el teatro romano. A partir del siglo III a.C., coincidiendo con la expansión de Roma por el Mediterráneo y con la asimilación de la cultura griega, emerge una cultura nacional y el teatro se presenta como la forma más eficaz de difusión de esta nueva cultura. Con este fin, el Estado promueve festivales de carácter ritual o religioso en los que se representaban las primeras obras teatrales. Estas obras imitan originales griegos de los autores de la llamada “comedia nueva”. Las obras, por tanto, están ambientadas en Grecia, los personajes tienen nombres griegos y sus vestimentas son griegas.
La Comedia en la Época Republicana
La Comedia Palliata
Después de una etapa ininterrumpida de guerras, los problemas sociales, económicos y políticos se acrecientan. En este contexto, los partidarios de la cultura nacional y de las antiguas costumbres se enfrentan a los defensores de una cultura universal y de los ideales griegos. Plauto representa la vertiente antihelénica y en sus obras la sociedad griega asume todas las características negativas. Terencio, por su parte, propone una visión diferente de los griegos, como representantes de una cultura abierta.
La Comedia de Plauto: El Ejemplo de Anfitrión
Plauto introduce la comedia nueva en la tradición cómica itálica. De Plauto nos han llegado veintiuna comedias, y su originalidad se basa en:
- Los cantica: canciones en las que los personajes expresan sus sentimientos de forma lírica.
- La vis cómica: basada en la burla, el travestismo, los juegos de palabras, el reconocimiento final…
- Los personajes son caricaturescos. Son prototipos como el esclavo astuto, el viejo, el joven enamorado, la joven, el soldado fanfarrón…
- Su estilo y lenguaje imaginativos.
En las comedias de Plauto, el verdadero artífice de la acción es el esclavo que, con sus líos, trata de satisfacer los deseos del joven amo enamorado y espantar a quienes impiden que se junten con la joven a la que ama. La comedia concluye con la solución de todos los problemas y normalmente con una escena final de reconocimiento o con la liberación del esclavo.
El mecanismo del doble está en la base de Anfitrión, la única comedia de Plauto cuyos personajes son mitológicos. Por esa razón, Plauto advierte en el prólogo que la obra es una tragicomedia. El argumento es: Zeus, aprovechando la ausencia del rey Anfitrión, adopta su aspecto para seducir a la reina Alcmena, mientras Mercurio hace la guardia, adoptando el aspecto de Sosias (esclavo de Anfitrión). Cuando el verdadero Sosias llega para anunciar el regreso del rey, Mercurio se burla de él hasta el punto de hacerlo dudar de su propia identidad. De esta forma, los equívocos se multiplican hasta llegar al final de la obra, en el que el propio Júpiter cuenta a Anfitrión lo sucedido, le pide que perdone a su esposa y se retira al cielo.
La Comedia de Terencio: El Ejemplo de Los Adelfos
Terencio respira una atmósfera cultural muy distinta a la de Plauto, ya que recibe la influencia filohelénica. La novedad de su teatro consiste en la caracterización de los personajes y en el tratamiento de ciertos temas, como la amistad, las relaciones familiares, etc. La comedia de Terencio es menos movida que la plautina y sus personajes son más realistas. A esto va vinculado un uso más cercano al habla corriente. Los Adelfos es la obra maestra de Terencio. Se trata de una comedia de doble intriga cuyo argumento gira en torno a los problemas amorosos de dos jóvenes hermanos, pero cuyo tema de interés es el de las relaciones padre-hijo y el conflicto entre dos sistemas educativos diferentes: el tradicional y el liberal.
La Tragedia en la Época Imperial
Aunque sabemos que existieron tragediógrafos latinos en la época republicana, los escasos fragmentos conservados no nos permiten estudiar en profundidad este género, pero parece que ya desde esta época la tragedia romana manifestó una fuerte inclinación a la exageración y lo melodramático (pathos).
Lucio Anneo Séneca: El Ejemplo de Phaedra
Esta inclinación al pathos la encontramos en las tragedias de Séneca. Este conocido escritor nació en Córdoba en el 5 a.C. y eligió la carrera política como una forma de desarrollar su labor literaria. Durante el reinado de Claudio, fue acusado de adulterio y exiliado a Córcega. Allí desarrolló su labor literaria hasta que fue propuesto como preceptor del joven Nerón y permaneció en la corte imperial hasta su ruptura definitiva con el emperador y su posterior suicidio. Las tragedias de Séneca presentan la estructura típica: prólogo y episodios separados por el canto del coro. Séneca eligió mitos clásicos para poner en escena las pasiones que provocan enfrentamientos por el poder y luchas familiares. Un ejemplo es Phaedra, inspirada en el Hipólito de Eurípides, que cuenta la historia de una madrastra enamorada de su hijastro. A diferencia de la tragedia de Eurípides, en esta obra, la propia Fedra asiste a la destrucción de su hijastro por parte de Teseo y finalmente confiesa su crimen y se suicida. Es ella, por tanto, la responsable de lo que ocurre, mientras que en la obra de Eurípides la responsabilidad recae en Afrodita. Lo que demuestra que el personaje de Fedra es lo que ocurre cuando una persona se deja dominar por sus pasiones. Su predilección por las escenas macabras y el lenguaje sentencioso responde al gusto de la época imperial.