La Revolución Rusa: De Lenin al Ascenso de Stalin
1.3 Lenin y la Formación del Bolchevismo
Lenin fue el principal pensador revolucionario. En 1902 había publicado el libro ¿Qué hacer?. Su teoría del partido lo concebía como un instrumento para la lucha política clandestina contra la autocracia zarista. El partido estaba formado por militantes-soldados selectos que asumirían el papel de vanguardia de las masas para dirigir la lucha contra el capitalismo y la burguesía. Debía ser un núcleo reducido de líderes jerárquicamente organizados, capaces de dirigir el movimiento popular. Su objetivo era la conquista del poder político para llevar a cabo un programa de revolución social colectivista e igualitaria.
Lenin se desviaba así de la tradición marxista europea, que combinaba la lucha política-electoral y la lucha sindical-laboral. Para él, la clase obrera, por sí misma, solo era capaz de articular sindicatos defensivos, incapaces de conquistar el poder político. De ahí la necesidad de ser guiada por un partido de revolucionarios profesionales inspirados por una doctrina política «verdaderamente» marxista (el «leninismo»). En 1903, recién fundado el Partido Obrero Socialdemócrata Ruso, surgieron dos corrientes: los bolcheviques, dirigidos por Lenin, y los mencheviques, que no tenían una dirección definida.
1.4 La Revolución de 1905
En 1905, varios factores se combinaron. Ante todo, la derrota militar ante Japón supuso una humillación para el zar y su ejército, y una demostración del creciente atraso de Rusia, lo que generó descontento en los sectores burgueses y en los núcleos obreros. Los campesinos exigían mejoras en sus condiciones de vida y mayores posibilidades de acceso a la propiedad de la tierra.
El detonante fue una masiva manifestación obrera que, un domingo de enero de 1905, se dirigió al Palacio de Invierno en San Petersburgo. Sus demandas incluían la jornada laboral de ocho horas, subidas salariales y la democratización del Estado. El evento, conocido como el Domingo Sangriento, puso al régimen al borde del abismo. Para detener la escalada revolucionaria, el zar prometió a la oposición la concesión de libertades civiles y la convocatoria de una Duma que elaboraría una Constitución de estilo liberal democrático. Esto llevó a que se abandonaran las movilizaciones. Pero las promesas de Nicolás II no se cumplieron, a pesar de que se hicieron algunas reformas administrativas e incluso se convocaron elecciones a una Duma. En vísperas de la Gran Guerra, la camarilla más influyente, dirigida por Rasputín, concitaba la hostilidad creciente de la nobleza, la burocracia y la oposición política.
2.1 Rusia en la Gran Guerra
La participación rusa en la Primera Guerra Mundial fue decisiva para la caída del régimen zarista. Entre 1914 y 1917, varios procesos fueron minando la capacidad de acción e incluso la legitimidad del Gobierno ruso ante su propia población:
- El reclutamiento masivo de campesinos para formar ejércitos mal preparados y abastecidos.
- La desarticulación productiva.
- La sucesión de derrotas humillantes, que causaban millares de prisioneros y enormes pérdidas humanas.
- La expansión del hambre y la miseria en los campos y en las ciudades.
El descontento popular se transformó en una movilización general de las clases, incluyendo a la burguesía, contra la incompetencia del zar y de las autoridades.
2.2 La Revolución de Febrero de 1917
El primer golpe revolucionario ocurrió en Petrogrado, en febrero de 1917, con una manifestación espontánea de mujeres y obreros que exigían alimentos. El Gobierno envió al ejército para reprimirla. Muchos soldados y oficiales se negaron. El 27 de febrero, la mayoría de las tropas de la ciudad se unieron a las protestas y forzaron la dimisión del Gobierno.
El vacío de poder fue cubierto por un grupo de diputados liberales de la Duma, que establecieron un Gobierno provisional, presidido por Lvov, mientras el sóviet de Petrogrado asumía funciones administrativas. Nicolás II abdicó. El gran duque Miguel renunció al trono, llamando al sometimiento al Gobierno provisional y a la elección de una Asamblea Constituyente. El colapso del Estado había forzado la caída del zar y su reemplazo por una república liberal democrática.
Sin embargo, esta situación no conllevó la estabilidad porque la adversa marcha de la guerra y las crecientes tensiones internas crearon en Rusia una dualidad de poderes. Por un lado, estaba el Gobierno constitucional, que pasó a estar dirigido por el abogado Aleksandr Kerenski, del ala moderada del Partido Social Revolucionario, y que gobernaba en coalición con los cadetes y mencheviques. Estos partidos representaban a los sectores burgueses e intelectuales. Por otro lado, los organismos administrativos municipales, conocidos como sóviets, estaban constituidos por las masas obreras de las ciudades, los campesinos y los soldados combatientes. Los sóviets eran especialmente fuertes en Moscú y, sobre todo, en Petrogrado.
Lenin regresó a Rusia de su exilio en Suiza en abril de 1917, después de que Alemania le permitiera atravesar su territorio. Lenin anunció la voluntad de tomar el poder e instaurar la «dictadura del proletariado» como etapa transitoria. Aunque los bolcheviques eran todavía muy pocos, Lenin consiguió articular un programa de tres exigencias:
- Paz para poner fin a la guerra.
- Pan para remediar la crisis de abastecimientos alimentarios, regulando el mercado y estatalizando las fábricas.
- Tierra para dar la propiedad plena a los campesinos, arrebatándosela a la corona, a la nobleza y a la Iglesia ortodoxa.
Lenin consiguió ofrecer una alternativa que superara la parálisis generada por la dualidad de poderes vigente. Su consigna era «¡Todo el poder a los sóviets!». En el «Congreso General de los Sóviets de todas las Rusias», los bolcheviques contaban con 105 delegados sobre un total de 802, siendo la mayoría miembros del Partido Social Revolucionario y mencheviques.
Definiciones Clave
- Koljós: Forma de agricultura colectiva impuesta por el gobierno soviético en la década de 1930.
- Sovjós: Granja colectiva perteneciente al Estado.
- Aleksándra Kolontái: Se afilió al Partido Obrero Socialdemócrata Ruso. Participó activamente en las revoluciones de 1905 y 1917, y llegó a formar parte del Comité Central del Partido Comunista. Quería mejorar las condiciones de vida de las mujeres y ampliar su libertad y sus derechos. Apoyó las ideas de la Oposición Obrera, una corriente dentro del partido que defendía un mayor poder para los sindicatos. Posteriormente, pasó a formar parte del cuerpo diplomático, lo que le salvaría la vida durante las purgas estalinistas. Murió en Moscú en 1952.
2.3 La Revolución de Octubre de 1917
En septiembre, Kornilov intentó dar un golpe de Estado, que fracasó. Hubo un segundo golpe revolucionario el 25 de octubre. Las milicias armadas bolcheviques, con apoyo de los marinos, asaltaron el Palacio de Invierno de Petrogrado. Al mismo tiempo, patrullas bolcheviques ocuparon todos los puntos estratégicos de la ciudad.
Los bolcheviques tenían muy pocos seguidores. Eran fuertes en las grandes ciudades y en las áreas industrializadas, pero muy débiles en las provincias y entre el campesinado. Esa situación quedó expuesta por los resultados de las elecciones a la Asamblea Constituyente: los bolcheviques recibieron el apoyo de menos de una cuarta parte, mientras que los socialistas revolucionarios ganaron las elecciones.
Lenin no estuvo dispuesto a compartir el poder logrado por la fuerza o a negociar una redistribución de competencias con los vencedores en las urnas. Apenas inaugurada la Asamblea Constituyente, ordenó su disolución y confirmó que el único poder en Rusia habría de ser el Gobierno bolchevique, bautizado como «Consejo de Comisarios del Pueblo», que presidía él mismo. No había lugar en la nueva Rusia para «el viejo parlamentarismo burgués». Se inauguraba así una dura represión contra los enemigos del régimen. Los bolcheviques constituirían la «dictadura del proletariado».
3.1 Los Primeros Pasos del Régimen Soviético
Los bolcheviques implantaron una dictadura de partido, aunque se disfrazase de dictadura del proletariado. El golpe de Estado, en octubre de 1917, y la disolución de la Asamblea, en febrero de 1918, inauguraron una nueva fase en la historia de Rusia. A partir de entonces, se adoptó el nombre de Partido Comunista como denominación oficial de la organización revolucionaria.
La configuración del nuevo régimen soviético se hizo en un contexto de guerra civil contra los llamados rusos blancos, apoyados por las potencias aliadas. Estas potencias les facilitaron ayuda logística y financiera, y enviaron sus propias unidades militares contra el nuevo Gobierno. Los focos de resistencia contrarrevolucionaria fueron especialmente fuertes en Ucrania. Estaban integrados por antiguos zaristas y liberales-demócratas, que convivían, mal que bien, en sus filas.
El Ejército Rojo, organizado por León Trotski, movilizó casi medio millón de soldados y se reveló como un instrumento capaz de lograr la victoria militar sobre los rusos blancos y sus aliados occidentales. En julio de 1918, Lenin ordenó el fusilamiento en Ekaterimburgo del zar Nicolás y de su familia, y promovió la negociación con Alemania de un acuerdo de paz que implicó grandes renuncias. La paz firmada en Brest-Litovsk en marzo de 1918 amputaba a Rusia de una gran parte de sus territorios europeos, pero permitía ofrecer a la exasperada población la esperanza de la reconstrucción.
En marzo de 1919 se creó en Moscú la III Internacional o Komintern. La organización buscaba ser la dirección del movimiento comunista internacional, promovido por los bolcheviques con el objetivo de obtener apoyos en la izquierda mundial. A pesar de éxitos parciales en Alemania y Hungría en 1919, la iniciativa no consiguió extender el modelo revolucionario ruso. La III Internacional era una organización bajo una misma dirección política, y los partidos integrantes eran secciones nacionales. Se provocó así una división del movimiento obrero. Las discrepancias entre comunistas y socialistas se manifestaron enseguida en todo el mundo.
3.2 Del «Comunismo de Guerra» a la NEP
Entre 1918 y 1921, en el contexto de la guerra civil, Lenin procedió a edificar un régimen totalitario que fue el primer Estado de Partido Único de la historia. Bajo el «comunismo de guerra», se nacionalizaron las industrias, el comercio, el transporte, los servicios, las instituciones educativas e incluso, inicialmente, la propiedad de la tierra. Los efectos fueron desastrosos: un mínimo de cinco millones de personas murieron de hambre y frío, y la cosecha de cereales cayó drásticamente.
La evidencia del fracaso fue tal que Lenin promovió el fin de la política de «comunismo de guerra» en 1921 y su sustitución por la NEP (Nueva Política Económica), que permitía al campesinado retomar el control de sus granjas y comercializar su cosecha. Entre 1921 y 1928, ese retorno controlado a la economía de mercado en la agricultura y en el pequeño comercio consiguió recuperar los niveles de producción agraria e industrial anteriores a la guerra y abastecer así a las ciudades. El Estado seguía reservándose el control del crédito y de los sectores clave de la economía. La revitalización de la economía fue inmediata.
A pesar de la aparición de un campesinado próspero y de una burguesía comercial pujante, el régimen soviético procedió a construir una sociedad supuestamente gobernada por los obreros y los campesinos. Pero Lenin también apreció muy pronto las crecientes tendencias burocráticas provocadas por la confusión entre el partido único jerarquizado, las instituciones del Estado y las organizaciones sociales, que tendían a la creación de una dictadura personal, como así acabó ocurriendo con su sucesor: Iósif Stalin.
3.3 La Sucesión de Lenin
El ascenso de los apparatchik propició la elección de Stalin como secretario general del partido en abril de 1922, justo cuando la salud de Lenin empezaba a quebrarse. Un mes después, Lenin sufrió una apoplejía. Expresaba temores sobre «el camarada Stalin», quien «ha concentrado un poder inmenso». Tampoco le parecía atractiva su única alternativa, Trotski, quien era «más capaz», pero tenía «una excesiva confianza en sí mismo».
A su muerte, el Estado sería bautizado desde diciembre de 1922 como Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). La lucha política se articuló en torno a Trotski, brillante estratega militar, y Stalin, quien había ocupado la secretaría general por sus dotes administrativas. Sus puntos de divergencia eran:
- Papel internacional de la revolución: Trotski defendía la internacionalización de la revolución, mientras Stalin abogaba por la construcción del socialismo en un solo país.
- La NEP: Trotski criticaba la continuidad de la NEP, mientras Stalin la defendía para aumentar la producción agrícola y superar la hambruna, aunque sometida al control vigente de la burocracia.
- Vida interna del Partido Comunista: Trotski alertaba sobre el riesgo de burocratización y la necesidad de depurar de arribistas el interior del partido, mientras Stalin defendía el papel de la burocracia.
4.1 El Poder Personal de Stalin
Stalin: El nuevo zar rojo. La concentración de todo el poder político en manos de Stalin era la culminación del proceso de configuración de un régimen totalitario que pretendía controlar toda la vida social del país a través del Partido Comunista. Consideraba «enemigos del pueblo» a todos los que escaparan de su esfera de acción, ya fueran «trotskistas», «contrarrevolucionarios» o «espías».
Stalin ocupaba todos los cargos de poder: secretario general del PCUS, presidente de su Comité Ejecutivo y de su Comité Central. El papel crucial del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) dentro del Estado hizo que fuera objeto de varias purgas. Además de la expulsión de trotskistas, en 1933 se expulsó a más de medio millón de afiliados por presunta deslealtad. Las purgas más notorias ocurrieron entre 1936 y 1938, cuando los «procesos de Moscú» condenaron a muerte a miles de dirigentes políticos y altos mandos militares que habían sido miembros del Partido Comunista.
Fuera del partido, empleó la violencia más extrema para imponer su política. El «terror» se convirtió en un arma para anular resistencias, doblegar voluntades y promover medidas radicales que nunca hubieran sido aceptadas de manera voluntaria. La NKVD (Comisariado Popular para Asuntos Internos) tuvo a su cargo las tareas represivas y la dirección del llamado Gulag: una red nacional de campos de trabajo y reclusión extendidos por toda la geografía soviética. Durante el mandato de Stalin, la NKVD fue responsable de la ejecución de 780.000 personas, y los campos del Gulag acogieron a 1,3 millones de prisioneros hasta 1939.
Definiciones Adicionales
- Domingo Sangriento: Evento ocurrido el 22 de enero de 1905, cuando manifestantes pacíficos en San Petersburgo, Rusia, fueron atacados por las fuerzas del gobierno zarista, resultando en cientos de muertos y heridos. Este suceso marcó el inicio de la Revolución Rusa de 1905.
- Duma: Nombre del parlamento ruso antes de la Revolución Rusa de 1917. Fue establecido por el zar Nicolás II en respuesta a las demandas de reforma política.
- Kulak: Término que se refería a los campesinos considerados acomodados o prósperos, a menudo acusados de explotar a los campesinos más pobres. Fueron objeto de represión y expropiación durante las políticas de colectivización agrícola.
- Sóviet: En la Revolución de 1905 surgieron los sóviets, organizaciones de carácter asambleario popular y ámbito local impulsadas por delegados obreros. El triunfo de la Revolución de Octubre se debió en buena medida al apoyo masivo de los sóviets, especialmente bajo la dirección de Lenin.
- Gulag: Sistema de campos de trabajo forzado en la Unión Soviética, utilizado principalmente para la represión política y el trabajo esclavo en condiciones muy duras.
Países de Europa
- España – Madrid
- Francia – París
- Alemania – Berlín
- Italia – Roma
- Reino Unido – Londres
- Portugal – Lisboa
- Países Bajos – Ámsterdam
- Bélgica – Bruselas
- Suecia – Estocolmo
- Suiza – Berna
- Austria – Viena
- Noruega – Oslo
- Dinamarca – Copenhague
- Grecia – Atenas
- Polonia – Varsovia