Historia de España: Del Franquismo al Estado Autonómico y sus Transformaciones Económicas
El Estado de las Autonomías y el Estatuto de Asturias
La Constitución española establece una organización territorial mixta: es un estado unitario porque la nación es indivisible, pero también descentralizado, ya que reconoce comunidades autónomas con amplias competencias y capacidad de autogestión. Para reducir desigualdades entre regiones, se aplica el principio de solidaridad mediante el Fondo de Compensación Interterritorial.
El Periodo Autonómico: El Caso de Asturias
El periodo autonómico comenzó con la Constitución de 1978, que permite a las regiones acceder a la autonomía por dos vías:
- Una vía rápida (art. 151), elegida por comunidades como Andalucía o Cataluña.
- Otra vía lenta (art. 143), seguida por la mayoría, incluida Asturias.
Cada comunidad tiene un Estatuto de Autonomía, que define su organización, competencias y relación con el Estado. Algunas competencias son exclusivas del Estado (defensa, relaciones internacionales…).
Las instituciones autonómicas son:
- El Parlamento (en Asturias, la Junta General del Principado de Asturias).
- El Gobierno autonómico (presidido por un presidente elegido por el Parlamento).
- El Tribunal Superior de Justicia.
También hay un Delegado del Gobierno que representa al Estado. En Asturias, el proceso autonómico arrancó con un Consejo Regional en Cangas de Onís. El Estatuto asturiano fue aprobado en 1982 (Ley Orgánica 7/1981) y modificado en varias ocasiones para ampliar competencias.
El Régimen Franquista: Organización Política y Economía
La Organización Política del Estado Franquista
La organización política del franquismo no surgió de una Constitución, sino que se fue formando progresivamente, adaptándose a las circunstancias. Desde 1936, Franco instauró un régimen autoritario basado en el rechazo de la democracia y la soberanía popular, con concentración de poderes en su figura como jefe del Estado, del Gobierno, del ejército y del único partido permitido: FET y de las JONS. El régimen se sustentó en siete Leyes Fundamentales, que sustituían a una constitución y consolidaban una dictadura centralista y represiva:
Las Leyes Fundamentales del Franquismo
Fuero del Trabajo (1938): eliminaba los sindicatos de clase e imponía sindicatos verticales controlados por el Estado.
Ley Constitutiva de las Cortes (1942): creaba unas Cortes no democráticas, con función consultiva, dentro del modelo de “Democracia Orgánica”.
Fuero de los Españoles (1945): recogía derechos y deberes, sin garantizar libertades reales.
Ley de Referéndum Nacional (1945): permitía consultas directas, sin pluralismo político.
Ley de Sucesión (1947): establecía a Franco como jefe vitalicio del Estado y declaraba a España como reino.
Ley de Principios del Movimiento Nacional (1958): reforzaba el ideario franquista (antiliberalismo, centralismo, nacionalcatolicismo).
Ley Orgánica del Estado (1967): consolidaba el poder absoluto de Franco.
Estas leyes legitimaban una dictadura sin libertades ni elecciones libres.
La Política Económica del Franquismo: Etapas
La Autarquía Económica (1939-1959)
Tras la Guerra Civil y en un contexto de aislamiento internacional, España adoptó una política económica autárquica, basada en el autoabastecimiento y el intervencionismo estatal, influenciada por el modelo fascista. La industria apenas creció en los años 40, la agricultura fue insuficiente y se impuso el racionamiento hasta 1952. Surgió el mercado negro o “estraperlo”.
El Estado creó el INI (Instituto Nacional de Industria, 1941) para impulsar sectores estratégicos con empresas públicas como ENSIDESA, ENDESA, SEAT o RENFE. Sin embargo, no hubo mejoras significativas hasta los acuerdos con EE.UU. en los años 50, que relajaron la autarquía y el proteccionismo, reactivando poco a poco la economía y provocando migraciones del campo a las grandes ciudades.
Las Transformaciones Económicas de España (1959-1973)
El Plan de Estabilización de 1959
Ante el fracaso de la autarquía y la crisis económica, Franco incorporó en 1957 a tecnócratas del Opus Dei al gobierno, como Ullastres y Navarro Rubio, quienes impulsaron una nueva política económica. En 1959, se lanzó el Plan de Estabilización, pactado con el FMI, para liberalizar y abrir la economía.
Las principales medidas fueron:
- Devaluación de la peseta.
- Eliminación de barreras arancelarias.
- Apertura a inversiones extranjeras.
Aunque los efectos iniciales fueron duros (paro, caída salarial, emigración), también se logró frenar la inflación, estabilizar precios y atraer capital extranjero, turismo y remesas.
La Etapa del «Desarrollismo» y el «Milagro Económico» Español (1959-1973)
Desde 1960, España vivió un fuerte crecimiento económico conocido como “milagro español” o desarrollismo, impulsado por el auge europeo y los Planes de Desarrollo (1964-1975) dirigidos por López Rodó. Estos planes buscaban coordinar al Estado y las empresas privadas para modernizar la economía. También se crearon polos de desarrollo para fomentar el crecimiento en regiones atrasadas.
Entre 1960 y 1973, el PIB creció un 7% anual, se duplicó la renta per cápita, aumentaron las inversiones extranjeras, la industrialización (metal, automóvil, química), y el turismo se disparó. Las remesas de emigrantes y el turismo generaron una entrada masiva de divisas.
Pero hubo problemas:
- Grandes desequilibrios regionales (España vaciada).
- Fuerte éxodo rural.
- Chabolismo urbano.
- Dependencia tecnológica por importaciones caras.
- Dependencia financiera del exterior (inversiones, remesas, turismo).
A pesar del crecimiento, parte de la población tuvo que emigrar por falta de empleo real.