El Levantamiento Militar y el Inicio de la Guerra Civil Española

El Alzamiento Militar de Julio de 1936

El levantamiento militar, previsto para el 18 de julio, se inició en Melilla el 17 de julio y se extendió rápidamente por Marruecos. El general Franco, tras declarar el estado de guerra en Canarias, se trasladó a Marruecos para ponerse al mando del Ejército de África. Entre los días 18 y 20 de julio, el levantamiento militar se extendió por la península con resultados muy diversos.

El general Queipo de Llano se hizo con el poder en Sevilla, y el general Mola ocupó Navarra y logró dominar la mayor parte de Aragón, así como amplias zonas de Castilla y León, La Rioja, Galicia, Canarias, Mallorca y Extremadura.

En las grandes ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia y el puerto clave de Cartagena, así como en las zonas industriales (País Vasco y Cataluña), la sublevación militar fue abortada. En estos lugares, buena parte del ejército, la Guardia de Seguridad y Asalto se mantuvieron fieles a la República, a lo que se sumó la fuerte resistencia popular de milicianos.

La División de España en Dos Bandos

El país quedó dividido en dos zonas enfrentadas. Las principales ciudades, las zonas industriales y las reservas de oro del Banco de España quedaron en poder del Gobierno Republicano. Por otro lado, las zonas agrarias más conservadoras y de mayoría católica quedaron en manos de los militares sublevados.

Buena parte de la Marina y de la Aviación, así como la Guardia de Asalto y la Guardia Civil, se mantuvieron fieles a la República. Sin embargo, la llegada de aviones italianos y alemanes, mucho más modernos, supuso una desventaja significativa para el bando republicano.

Además, el decreto ordenando la desmovilización de los soldados y la distribución de armas a los miembros de las milicias populares tuvo un efecto contrario al esperado, lo que debilitó mucho a la República y sumió a muchos territorios en el caos.

El Bando Sublevado (Nacional)

Los sublevados se llamaron a sí mismos “los nacionales”. Contaron con el apoyo de las oligarquías tradicionales, pequeños propietarios agrarios, las clases medias católicas, partidos de derechas y organizaciones de extrema derecha (falangistas y tradicionalistas).

El Bando Republicano

Los republicanos contaban con la legitimidad del sistema legal y democrático frente al fascismo que se extendía por toda Europa. Este grupo estaba formado por un conjunto de fuerzas políticas y sociales muy heterogéneas, desde los republicanos reformistas hasta los sectores revolucionarios.

La Dimensión Internacional del Conflicto

El Contexto Geopolítico Internacional

La Guerra Civil Española se convirtió en un conflicto de dimensión internacional. Desde 1936, la tensión entre las grandes democracias europeas y los regímenes totalitarios (fascistas y nazis) alcanzó tal punto que provocó divisiones en la opinión pública.

Los sectores conservadores y la mayoría de los católicos percibieron la contienda como una lucha entre la civilización occidental y el comunismo ateo, mientras que para los sectores populares e intelectuales de la izquierda era una lucha por la libertad y contra el fascismo totalitario.

El Comité de No Intervención: Una Farsa

Francia impulsó, con el apoyo del Reino Unido, la política de no intervención. A finales de agosto de 1936, veintisiete países, incluidos Alemania, Italia y la URSS, firmaron el acuerdo de no intervención en España, que prohibía el envío de armas. Poco después se constituyó el Comité de No Intervención, conocido como Comité de Londres.

Pero en la práctica, fue una farsa que dejó a la República en clara desventaja, porque Alemania e Italia se lo saltaron desde el principio.

Apoyos Extranjeros en la Guerra Civil

Ayuda a la República

La República solo contó con el apoyo y la ayuda militar de la URSS de Stalin y, en menor medida, de Francia y México. La ayuda de la URSS en material bélico, pilotos, técnicos y consejeros políticos fue importantísima. La República financió la guerra con las reservas de oro del Banco de España.

De la intervención extranjera sobresalen las Brigadas Internacionales, formadas por voluntarios movidos por una solidaridad en defensa de la causa republicana frente a la amenaza del fascismo.

Ayuda a los Sublevados

Para Hitler, la guerra española iba a ser el campo de pruebas para su material militar y para las nuevas tácticas. A finales de julio de 1936, Hitler y Mussolini accedieron a las demandas de Franco para trasladar tropas del Protectorado español de Marruecos a la península y emprender el avance sobre Madrid.

Alemania envió unidades, fuerzas de defensa aérea y aviación organizadas en la llamada Legión Cóndor. Italia, por su parte, envió el Corpo Truppe Volontarie y la Aviazione Legionaria. Destacó también la ayuda de la dictadura del Estado Novo portugués, que organizó un grupo de voluntarios.

La ayuda militar de nazis y fascistas fue muy constante, considerable y decisiva para la victoria. También obtuvieron ayuda financiera tanto de capitalistas españoles como de compañías multinacionales angloamericanas, como Texaco, Ford y General Motors.