El Régimen de Primo de Rivera y la Transición a la República
La Dictadura de Primo de Rivera: Causas, Desarrollo y Consecuencias
La crisis de 1898 impulsó un deseo de cambio en el sistema de la Restauración. A pesar de que los primeros años de Alfonso XIII mostraron un espíritu reformista, los proyectos regeneracionistas fracasaron. La evidente crisis de la Restauración en 1923, marcada por la inestabilidad política, social, colonial y militar desde 1917, culminó en el golpe de Estado de Primo de Rivera. El fracaso de su dictadura arrastró a la monarquía y allanó el camino para la proclamación de la República el 14 de abril de 1931.
El Desastre de Annual y el Fin del Sistema Parlamentario
En 1921, en Marruecos, el general Dámaso Berenguer ordenó al general Silvestre la ocupación de la zona del Rif. Sin embargo, las tropas españolas fueron derrotadas por el líder rifeño Abd el-Krim en el conocido desastre de Annual, donde fallecieron más de 10.000 hombres. Esta tragedia tuvo profundas consecuencias políticas y fue una de las causas del fin del régimen parlamentario. La exigencia de responsabilidades llevó a la creación del Expediente Picasso. Los socialistas, liderados por García Prieto, atribuyeron la responsabilidad al rey. A pesar de los intentos por calmar la situación con un programa democratizador, se formó una comisión de responsabilidades políticas. Antes de que el informe Picasso llegara a las Cortes, se produjo el golpe de Estado, instaurando la dictadura militar.
El Golpe de Estado y sus Causas
El 13 de septiembre de 1923, Miguel Primo de Rivera lideró un pronunciamiento militar contra el gobierno constitucional. El profundo malestar del ejército, la indecisión gubernamental y la falta de confianza del rey Alfonso XIII en el sistema de la Restauración, agravados por sucesos como la Semana Trágica de 1909 y el asesinato de Canalejas, facilitaron que el golpe militar apenas encontrara oposición. El golpe contó con el apoyo de sectores empresariales temerosos del movimiento obrero tras la Revolución Bolchevique. Además, las democracias occidentales atravesaban una crisis, evidenciada por el crack bursátil de Nueva York en 1929. La opinión pública acogió el golpe favorablemente o se mostró pasiva. Primo de Rivera presentó la dictadura como un régimen transitorio destinado a solucionar los graves problemas de la sociedad española: erradicar la vieja política, el caciquismo, el desgobierno, la subversión social y la amenaza de los nacionalismos. El rey Alfonso XIII le encargó la formación de un nuevo gobierno, otorgándole los cargos de presidente y ministro único.
Etapas de la Dictadura de Primo de Rivera
El Directorio Militar (1923-1925)
Durante esta fase, Primo de Rivera suspendió la Constitución de 1876, disolvió las Cortes, implantó la censura de prensa, prohibió las actividades de partidos políticos y sindicatos, y cesó a las autoridades civiles locales. Se logró una paz social mediante la imposición del orden público con duras medidas represivas contra la CNT y el PCE, y se reprimió cualquier manifestación nacionalista. Los gobernadores civiles fueron sustituidos por militares. En 1924 se creó la Unión Patriótica, partido oficial de la dictadura, con el objetivo de reemplazar a los partidos tradicionales corruptos. Este partido sirvió para la propaganda de la dictadura y su ideología, que incluía el rechazo a la democracia liberal, el antinacionalismo y la defensa del catolicismo, adoptando el lema carlista “Dios, Patria y Rey”. Los cargos municipales se cubrían entre sus afiliados.
El Directorio Civil (1925-1930)
A partir de 1925, Primo de Rivera inició una nueva etapa política con la convocatoria de una Asamblea legislativa, la redacción de una nueva constitución y la consolidación del partido único, la Unión Patriótica. En 1927, se convocó una Asamblea Nacional Consultiva, integrada por miembros de la Unión Patriótica, con el encargo de redactar una nueva constitución. Sin embargo, el proyecto no obtuvo el consenso necesario y nunca entró en vigor. En esta fase, Miguel Primo de Rivera asumió el mando de las operaciones militares en Marruecos para finalizar el conflicto en el norte de África. A partir de 1925, España colaboró con Francia, logrando la victoria definitiva sobre los rebeldes rifeños en el desembarco de Alhucemas. La guerra de Marruecos concluyó, y la victoria otorgó a Primo de Rivera una considerable popularidad.
La Política Económica
La dictadura se benefició de la favorable coyuntura internacional de los años veinte, lo que propició un período de crecimiento económico. Se impulsaron las infraestructuras y la industria en sectores como la siderurgia, metalurgia, construcción y energía eléctrica. El éxito se atribuye al alto grado de intervencionismo estatal:
- Elevación de tarifas arancelarias y apoyo a la iniciativa privada.
- Creación de monopolios estatales como CAMPSA, Tabacalera o Telefónica e Iberia.
- Intensa labor en obras públicas, incluyendo la construcción de carreteras, ferrocarriles y pantanos.
No obstante, se produjo inflación y aumentó el déficit público.
La Política Social
Se creó la Organización Corporativa Nacional, compuesta por comités paritarios de cada oficio, formados por patronos y obreros. Su objetivo era resolver pacíficamente los conflictos mediante la negociación, contando con el apoyo de la UGT. Surgieron los Comités Paritarios, integrados por sindicatos y patronos, encargados de solucionar conflictos de forma consensuada o con intervención gubernamental. El protagonismo de la UGT facilitó la extensión de la Seguridad Social, el seguro de maternidad y el subsidio a familias numerosas. También se promovió la construcción de viviendas asequibles para mejorar las condiciones de vida de las clases trabajadoras.
Creciente Oposición y Final de la Dictadura
A partir de 1926, la dictadura comenzó a perder apoyos, y las críticas aumentaron desde diversos sectores:
- Republicanos: Agrupados en torno a la Alianza Republicana.
- Anarquistas: Dentro de la CNT, divididos entre quienes abogaban por el diálogo y quienes promovían la insurrección violenta, fundando la Federación Anarquista Ibérica (FAI).
- Comunistas, algunos sectores del ejército y los socialistas (PSOE).
- Intelectuales como Unamuno, Ortega y Gasset y Blasco Ibáñez.
La Caída de la Monarquía (1930-1931)
En 1930, falto de apoyos, Primo de Rivera presentó su dimisión. Alfonso XIII encargó la formación de gobierno al general Dámaso Berenguer con el objetivo de retornar a la normalidad constitucional. Sin embargo, la sociedad española había evolucionado y ya no aceptaba el control de la monarquía caciquil. Este período fue denominado la Dictablanda, término acuñado por Ortega y Gasset. En 1930, los partidos republicanos firmaron el Pacto de San Sebastián, cuyo principal objetivo era proclamar la República, sumándose posteriormente los socialistas. Se constituyó un Comité Revolucionario liderado por Alcalá Zamora. En febrero de 1931, Berenguer dimitió y fue sustituido por un gobierno presidido por el almirante Aznar, quien convocó elecciones municipales para el 12 de abril de 1931. Republicanos y socialistas unieron fuerzas, considerando las elecciones un plebiscito sobre la monarquía. El triunfo de esta coalición se interpretó como un rechazo a la monarquía, dando paso a la proclamación de la República el 14 de abril.
Conclusión
La Dictadura de Primo de Rivera representó un retorno a la política del siglo XIX, donde el ejército asumió el protagonismo político. Primo de Rivera logró éxitos notables, como el crecimiento económico, la pacificación social y la resolución del conflicto en Marruecos. Sin embargo, truncó el intento de establecer un sistema democrático puro que superara el pactismo de los partidos dinásticos y el sistema pseudo democrático de la Restauración. La dictadura no logró atraer a amplios sectores de la vida nacional ni detener el deterioro político y social, lo que condujo, a corto plazo, al fin de la monarquía y, a medio plazo, a la Guerra Civil de 1936.