El Congreso de Múnich de 1962: La Oposición Democrática al Franquismo y la Aspiración Europea de España
El Congreso de Múnich de 1962: Un Hito de la Oposición Democrática al Franquismo
Este documento histórico es la Resolución aprobada el 8 de junio de 1962 por el Congreso del Movimiento Europeo de Múnich a propuesta de los 118 delegados españoles. Es un texto de carácter político, una fuente primaria y con carácter público. Fue escrito por los delegados españoles del Congreso de Múnich, tanto de la oposición del interior como del exilio. Este texto se enmarca en la década de los años sesenta (dentro del segundo franquismo), época en la que España se convierte en un país industrializado gracias a una política económica desarrollista.
Demandas Clave de la Resolución de Múnich
Las ideas fundamentales del texto son:
- Denuncia que España es un país en el que no existe democracia porque sus instituciones no son representativas (segundo párrafo).
- También denuncia que no se garantizan derechos, la existencia de la censura y el hecho de que no haya libertad de expresión (tercer párrafo).
- Además, los delegados piden la aceptación de las distintas comunidades, ya que la II República había concedido Estatutos de Autonomía (cuarto párrafo).
- Que se legalicen los sindicatos y se reconozca el derecho a la huelga (quinto párrafo). Cabe recordar que los sindicatos no eran legales durante el Franquismo –solo existía el Sindicato Único, vertical y entregado a la Falange.
- En España, la oposición al Régimen estaba perseguida (solo existía un único partido político, FET y de las JONS) y por eso, se pide que se legalicen corrientes de opinión y partidos políticos (sexto párrafo).
- Por último, el Congreso tiene la esperanza de que exista un cambio político pacífico (último párrafo) y que, si se cumplen las bases anteriores, España podrá ser admitida en la CEE.
Contexto Histórico: España bajo el Franquismo en los Años Sesenta
Desde su triunfo en la Guerra Civil (18 de julio de 1936 – 1 de abril de 1939), Franco gobernó España hasta su muerte. Lo hizo, como se ve en el texto, de modo dictatorial sobre un país arruinado por tres años de guerra. El aislamiento de los años cuarenta (posguerra) fue dando paso gradualmente a un mayor reconocimiento externo durante los años cincuenta.
Tras la creación de la estructura del régimen franquista durante las dos primeras décadas, comenzó en los años sesenta una etapa de desarrollo económico que garantizó la supervivencia del Régimen. Como dice el texto, se endureció la represión frente a una oposición cada vez más activa, y se ejerció una descomunal manipulación de los medios de comunicación.
Transición al Segundo Franquismo y Desarrollo Económico
Los años 1956-1959 supusieron un punto de inflexión entre el primer y el segundo franquismo. El ámbito económico estuvo protagonizado por el agotamiento del modelo autárquico y por el contexto internacional de los años cincuenta (la “Guerra Fría” favoreció la aceptación del régimen franquista –opuesto al comunismo– por los países occidentales). El ámbito político de los últimos años de la década de los cincuenta estuvo marcado por la descolonización de Marruecos, la creciente oposición en las universidades y la aprobación de la Ley de Principios del Movimiento Nacional. Esta Ley Fundamental suponía la incorporación institucional de la doctrina falangista y el reconocimiento de la FET y de las JONS como único partido (siendo ilegales el resto, como se aprecia en el texto).
Entre 1962 y 1975, tres Planes de Desarrollo de duración cuatrienal transformaron la España rural y agraria del primer franquismo en la décima potencia industrial del mundo. El bienestar creciente se reflejaba en el desarrollo de la industria del automóvil y del sector de los electrodomésticos. La rápida industrialización de España exigió una cuantiosa importación de bienes de equipo y tecnología. Los principales beneficiarios del milagro económico fueron la banca y los grandes grupos industriales. Sin embargo, surgieron desequilibrios territoriales que desencadenaron desequilibrios en el ámbito económico y en el nivel de desarrollo.
En 1963 se aprueba la Ley de Bases de la Seguridad Social. Con ella, un creciente número de españoles accedería a pensiones de jubilación y se extendió la cobertura sanitaria.
Como se observa en el texto, a pesar de la férrea censura y la manipulación de los medios, el Gobierno no pudo impedir cierta apertura intelectual. Las necesidades de la economía obligaron a reformar los planes de enseñanza, lo que contribuyó a un aumento significativo de la población alfabetizada y universitaria.
Reconocimiento Internacional y la Cuestión Europea
Los años sesenta supusieron el reconocimiento definitivo del régimen franquista en el exterior. Nuevos pactos con EE. UU., con los países árabes, el respaldo de la ONU sobre la cuestión de Gibraltar y la concesión de la independencia a Guinea Ecuatorial fueron acontecimientos clave en esta época. Pero, sin duda, un tema esencial para los gobiernos de los tecnócratas era la relación de España con la Comunidad Económica Europea (CEE). Nunca le sería concedida la admisión en la CEE al régimen franquista, a causa de las características políticas del régimen.
Crecimiento de la Oposición
Al compás del desarrollo económico y cultural, crecieron los deseos de cambio manifestados, como se ve en el texto, en un despliegue más amplio de la oposición. En 1962, en el Congreso de que se trata, Múnich, participan 118 delegados de la oposición, tanto del exilio como del interior. Denuncian la naturaleza antidemocrática del régimen.
La protesta contra el régimen en los años sesenta incluía a las jerarquías de la Iglesia, los intelectuales, la universidad, el mundo del trabajo, las clases medias y un sector de la burguesía que empezaba a creer que con Franco resultaba completamente imposible la modernización de España.
Importancia y Consecuencias del Congreso de Múnich
Este texto tiene una gran importancia ya que tanto democristianos como monárquicos y republicanos se unen para denunciar la naturaleza antidemocrática del régimen y para exigir una serie de cambios hacia la democratización del Estado, en un momento en el que el régimen acababa de tramitar el ingreso de España en la CEE. Salvador de Madariaga, por el exilio, y José María Gil Robles, por el interior, dirigieron el trabajo de sendas comisiones que elaboraron este comunicado final. El PCE no participó en este Congreso, pero aun así, el Franquismo descalificó el “contubernio masónico-comunista” de Múnich y los delegados del interior fueron represaliados a su regreso a España.