La geografía

Grecia se encuentra en el extremo sur de los Balcanes y acaba en la península del Peloponeso. El espacio geográfico que ocuparon los griegos en la antigüedad se puede dividir en 4 zonas:

Grecia continental

Formada por Macedonia, Tesalia, Fócida, Beocia, el Ática y la península del Peloponeso.

Grecia insular

Formadas por un conjunto de islas dispersas por el Mar Egeo: las Cícladas; las Espóradas, situadas a lo largo del Asia Menor; Ítaca; Salamina, Egina Eubea y Creta.

Grecia asiática

Constituye Asia Menor: Eolia y Jonia, con Troya, Focea y ciudades como Mileto, Éfeso y Halicarnaso.

Grecia colonial

Desde el Ponto Euxino (mar Negro) hasta Marsella, Ampurias y Rosas, pasando por el sur de Italia (Nápoles), Sicilia (Siracusa, Agrigento), Córcega, Albania y la Cirenaica (Libia).

Los primeros griegos y la Grecia arcaica

Las civilizaciones minoica y micénica

Los orígenes de la cultura griega se encuentran en Creta, donde se desarrolló una gran cultura: la civilización minoica (2500-1600 aC) o cretense. Esta civilización debía su prosperidad al comercio y al dominio del mar. Conocía la escritura (sistema silábico lineal A) y construyó palacios, como el de Cnosos. Hacia el año 1600 aC, los aqueos, procedentes de Europa central, irrumpieron en el continente griego y desarrollaron la cultura micénica (1600-1100 aC). Los micénicos se organizaron en pequeños reinos, gobernados cada uno de ellos por un rey con poderes absolutos. Conquistaron Troya hacia el año 1250 aC. Aprendieron la escritura (sistema silábico lineal B) y hablaban una forma arcaica que acabó siendo el griego clásico. Destacaron las ciudades de Tirintio y Micenas.

La edad oscura (1100-800 aC)

Entre el 1200 y el 1100 aC, los centros micénicos fueron incendiados y destruidos a causa de una nueva invasión de los dorios. El conocimiento del hierro les debió de facilitar el camino. La invasión dórica inicia un periodo conocido como edad media griega o edad oscura: desaparece el uso de la escritura y menguan las fuentes de conocimiento. En esta época se produjo la emigración de una parte de los aqueos hacia las islas y las costas del Asia Menor.

La época arcaica (800-500 aC)

La época arcaica fue una etapa de grandes crisis políticas y sociales, en que se consolidó la estructura de la polis o ciudad estado. El crecimiento demográfico, la escasez de tierras y la pobreza de la población (mayoritariamente campesina) llevaron a algunas polis a fundar colonias en otros lugares, al lado del mar Negro y la cuenca mediterránea. La aparición de la moneda, hacia el año 600 aC, facilitó la actividad comercial y propicio la aparición de una nueva clase, la de los comerciantes y los artesanos. Estos, junto con los campesinos, promovieron conflictos sociales con la aristocracia que los gobernaba. Dichos conflictos supusieron una progresiva pérdida de derechos y de poder de estas clases privilegiadas. Se crearon entonces dos figuras políticas: el legislador, persona con amplios poderes que hacía de mediadora y árbitro en las luchas sociales (Dracón y Solón de Atenas). El tirano, cuando las reformas legales no pudieron solucionar la crisis, el régimen oligárquico fue suplantado por las tiranías. El tirano acabo con el poder de los nobles, repartió tierras e impulsó la economía y la cultura de sus polis (Pisístrato de Atenas).

La Grecia clásica (500-336 aC)

Las Guerras Médicas

Las ciudades griegas de la Jonia (Asia Menor) se rebelaron contra el dominio persa y pidieron ayuda a los griegos del otro lado del mar Egeo. Ello dio lugar a las tres Guerras Médicas: Primera Guerra Médica (492-490 aC), Segunda Guerra Médica (480-478 aC) y Tercera Guerra Médica (468-449 aC).

La hegemonía de Atenas

La Liga de Delos: Con la finalidad de defenderse de futuros ataques persas, Atenas creó en 477 la Liga de Delos (alianza militar de las polis griegas). Al cabo de poco tiempo, está alianza se transformó en un imperio al servicio de los intereses de los atenienses, ya que estos obligaron a varias polis a integrarse en la Liga, reprimieron duramente cualquier deserción y promovieron regímenes democráticos. El imperialismo ateniense propició el alejamiento del peligro persa, y aportó seguridad en la navegación y unidad entre los griegos del Egeo (unidad monetaria, jurídica, política, cultural, lingüística…), pero también suprimió la autonomía de los aliados y entro en conflicto con los intereses espartanos.

El gobierno de Pericles

El triunfo griego sobre los persas había supuesto la consolidación de una visión racional del hombre consagrando el sistema democrático ateniense frente a la civilización teocrática del Oriente Próximo. Durante el mandato de Pericles (443-429 aC), Atenas se convirtió en una gran potencia política, económica y cultural, y por eso el siglo V aC se denomina «siglo de Pericles». Pericles introdujo reformas constitucionales mediante las cuales el pueblo asumió más responsabilidades en la asamblea y los tribunales populares. De esta manera, Atenas fortaleció su democracia y, a causa de su poder naval, mantuvo la supremacía sobre el resto de Grecia.

La hegemonía de Esparta y las guerras del Peloponeso

El enfrentamiento entre la Liga de Delos (Atenas y sus aliados) y la Liga del Peloponeso (Esparta y sus aliados), que se conoce con el nombre de guerras del Peloponeso, fue el más largo y cruento que sufrieron los griegos. Lo provocaron: causas políticas, como el hecho de que Atenas y Esparta tuvieran programas políticos opuestos. Atenas favorecía la democracia y al mismo tiempo el imperialismo sobre los miembros de la Liga de Delos, mientras que en Esparta era partidaria de los terratenientes aristócratas y de respetar la autonomía de los aliados; y causas económicas, por la competencia comercial entre Atenas y sus dos rivales, Corinto y Mégara, aliadas de Esparta.

La hegemonía de Tebas

En Atenas y otras ciudades hubo revueltas antiespartanas. La Liga Beocia, encabezada por Tebas y dirigida por Pelópidas y Epaminondas, venció al poderoso ejército espartano en la batalla de Leuctra (371 aC). La hegemonía de Tebas desapareció con la muerte de Epaminondas en la batalla de Mantinea (362 aC). Atenas consiguió recuperarse, pero los griegos acabaron cayendo en manos del pueblo macedonio.

La sociedad en la Grecia clásica

Durante los siglos V y IV aC, Grecia clásica era un mosaico de ciudades estado independientes (polis), con estructuras sociales propias, pero con una división fundamental entre hombres libres y esclavos. Las mujeres ocupaban una posición relegada, comparable de alguna manera a la de los menores de edad. Atenas y esparta fueron las 2 polis de la Grecia clásica que tuvieron un papel histórico mas relevante, aunque cada una desarrolló un modelo diferente de organización social y política.

La Grecia posclasica

Alejandro Magno

El rey Filipo II de Macedonio convirtió su reino en la nueva potencia de Grecia. La batalla de Queronea (338 aC) le permitió anexionarse Atenas y Tebas. Después, su hijo Alejandro (356-323 aC) consolidó el modelo macedonio. Alejandro Magno fue educado por Aristóteles. Leía a Homero, a los poetas líricos y a los autores trágicos. De esta manera, Alejandro adquirió una cultura clásica que hacía de él un perfecto noble griego. Su madre lo había convencido de que descendía de Heracles por parte de padre y de Aquiles por parte de ella. Cuando tenía 18 años participó en la batalla de Queronea y aplastó a los tebanos al mando de la caballería macedonia. A la muerte de Filipo (336 aC) sucedió a su padre cuando solo tenía 20 años. Tebas y Atenas pensaron que se podrían librar de la tutela macedónica a causa de la juventud del muchacho y fomentaron una revuelta mientras Alejandro estaba combatiendo a las tribus bárbaras del norte de su reino. Alejandro puso sitio a Tebas e hizo arrasar la ciudad (335 aC). Esta victoria sangrienta apagó los intentos de rebelión de las otras ciudades griegas, que se pusieron de su parte. La batalla de Granico (334 aC) le abrió las puertas de Asia Menor. A través de Capadocia, bajo a Cilicia y aplastó a los persas en Issos (333 aC). Se apoderó de Siria y asedió Tiro durante 7 meses, y Gaza durante 2 (332 aC). Egipto lo acogió como liberador y le concedió honores divinos. Al llegar al oasis de Amon, los sacerdotes le confirmaron su origen divino.

La expansión del imperio macedonio

En el año 332 aC, fundó Alejandría, pero un año más tarde ya abandonó Egipto. La victoria de Gaugamela (331 aC) le dio el control de Babilonia, Susa y Persepolis, ciudad que incendió para vengarse de la destrucción de la acrópolis por parte de los persas 150 años atrás. Los satrapas Bessos y Barsaentes asesinaron a Dario. Alejandro aún necesitó 2 años para aplastar las últimas muestras de resistencia persa. En Asia central, Alejandro se dirigió al río Jaxartes y fundó cerca de él una nueva Alejandría (Escate). La conquista (329-327 aC) de las regiones de Bactria y Sogdiana fue difícil y Alejandro reprimió cruelmente la rebelión. En 326 aC bajó al valle del Indo. Derrotó al rey Poros en la batalla del río Hidaspes (326 aC). Destruyó la capital de la tribu de los malis e hizo crucificar a los bramanes que habían alzado al pueblo. Pero cerca del río Hifasis su ejército, agotado, se rebeló. Alejandro se vio obligado a volver. El ejército de Alejandro volvió a Susa (324 aC), donde se casó con la hija de Dario y ordenó casamientos mixtos entre los soldados macedonios y mujeres de pueblos conquistados. En el año 324, Alejandro llevó a cabo una campaña contra los coseos (bandoleros de las montañas de Zargos), y volvió a Babilonia en el 323 aC para preparar su campaña de conquista de Arabia. Sin embargo, cayó enfermo y al cabo de pocos meses murió.