El Génesis: El Libro de los Orígenes

El Génesis, o libro de los Orígenes, nos ofrece la primera formulación del pacto divino y sus antecedentes, narrando el origen del mundo y del hombre.

Capítulo 1: Primer Relato de la Creación del Universo

Este capítulo plantea la obra creadora de Dios en un orden decreciente, desde lo más imperfecto a lo perfecto (en relación con la divinidad), hasta culminar en el hombre. El ser humano es la corona y rey de toda la creación, por haber sido creado “a imagen y semejanza” de Dios (con respecto a lo espiritual y no a lo físico).

Al principio, solo existía el caos y las tinieblas (la imagen de Dios no tenía una forma humana). El proceso de creación comienza a través de la palabra divina.

Los Días de la Creación

  1. Primer día: Dios crea la luz, que es la luz de la aurora y no la del sol, ya que en la época en que aparece el Génesis se creía que eran distintas fuentes de luz. De este modo, se crea el día y la noche.
  2. Segundo día: Dios crea el cielo y separa el mar de la lluvia.
  3. Tercer día: Dios crea la tierra y el mar, y también las plantas, hierbas y árboles frutales.
  4. Cuarto día: Dios crea el sol, la luna y las estrellas, determinando así el día, la noche, las estaciones y los años.
  5. Quinto día: Dios crea los peces y las aves.
  6. Sexto día: Dios crea los animales terrestres y, finalmente, al hombre y a la mujer.

Al comienzo del segundo capítulo, se relata que el séptimo día es bendecido por Dios por haber terminado su obra creadora, y en él descansó.

Capítulo 2: Segundo Relato de la Creación

A partir del versículo 4 del Capítulo 2, comienza el relato Yahvista de la creación y la Caída. De esta forma, la imagen de Dios, que antes resultaba un poco abstracta, se manifiesta aquí mucho más próxima y comunicativa.

La perspectiva es menos amplia y el orden en la producción de los seres es diferente: mientras que en el primer relato fue primero el caos, luego las plantas, los animales y el hombre; aquí es primero el hombre, luego las plantas, los animales y la mujer.

El autor toma el polvo de la tierra para crear al hombre porque tradicionalmente se decía que el hombre era hecho del polvo y que al polvo volvía.

Lo que se busca no es solo un entretenimiento, sino también una compañía, un complemento eterno; por lo tanto, Dios crea a la mujer.

Dios crea a los animales y se los da al hombre para que les ponga nombre (como entretenimiento), pero también para que pueda señorear sobre ellos, ya que en la Tierra no existía otro ser viviente más que él. El hecho de que Dios le presente los animales y los cree para él, muestra la jerarquía y superioridad del hombre, quien es el rey de todo ese mundo creado para él. Este hombre se diferencia del animal por el “hálito de vida”, es decir, porque posee espíritu y, por lo tanto, puede ejercer dominio y señorear sobre ellos.

La creación de la mujer busca ser un complemento, una ayuda semejante al hombre. Es creada de una costilla que Dios toma del hombre, lo que significa que no es creada del polvo, sino de la carne del propio hombre; por lo tanto, también tendrá “hálito de vida”. Esta creación es un antropomorfismo que nos indica la relación y atracción mutuas entre el hombre y la mujer. Aquí queda instituida la unión en matrimonio como monógama e indisoluble.

El hombre y la mujer estaban en un estado de pureza espiritual, no eran conscientes de su desnudez y por eso no se avergonzaban, porque no tenían prejuicios.

Proceso de Creación del Segundo Relato:

  1. Se dan por ya creados el cielo y la tierra.
  2. Posteriormente, Dios crea al hombre del polvo de la tierra, insuflándole en su nariz un aliento de vida.
  3. Luego crea los árboles frutales, destacando el “Árbol de la Vida” y el “Árbol de la Ciencia del Bien y del Mal”, plantados en el Jardín del Edén.
  4. Este jardín tiene una ubicación geográfica precisa, ya que está rodeado de cuatro ríos: Pisón, Guijón, Tigris y Éufrates (estos dos últimos son geográficamente conocidos).
  5. Luego crea los animales domésticos, aves y campestres.
  6. Finalmente, de la costilla de Adán, crea a la mujer, a la que llama “varona” porque del varón fue tomada.

La Divina Comedia de Dante Alighieri

Caronte y Aqueronte: Figuras Míticas

Caronte: Es el barquero del Hades (mitología griega). Su deber es transportar las almas en su barca hasta el otro lado del río Aqueronte para que puedan entrar al Inframundo. Su barca es lo único que no se hunde en el río.

Aqueronte: Fue un dios al que Zeus castigó, enviándolo al Hades en forma de río que tomó su mismo nombre, por haber proporcionado agua a los Titanes que estaban en guerra contra los dioses del Olimpo.

Generalidades de la Divina Comedia

¿Cómo está compuesta?

Cada una de sus partes, o cánticas (Infierno, Purgatorio y Paraíso), está dividida en cantos. Cada cántica consta de treinta y tres cantos, y sumando el canto introductorio, totalizan 100 cantos. Cada canto fue compuesto por estrofas de tres versos endecasílabos o terza rima, un formato que se atribuye a su invención (tercetos).

Los tres animales y los pecados capitales que representan:

  • La Onza: Se trata de un felino grácil, una pantera. Representa la sensualidad juvenil y la lujuria. Este animal, en cierto modo, es domesticable, por lo que Dante ve la posibilidad de hacerle frente, pero termina retrocediendo tanto como quiso avanzar.
  • El León: Representa el pecado de la soberbia y la ambición. También simboliza las intenciones de Francia por tomar Florencia (perteneciente a Italia). A Dante le produce tanto pavor que le impide avanzar.
  • La Loba: Posee un hambre insaciable. Representa la Avaricia y ha causado miseria a mucha gente. Este último animal le hace perder a Dante toda posibilidad de seguir su camino, pues las fieras anteriores podían ser dominadas, pero la loba no.

El Canto III de la Divina Comedia

Este canto comienza en el vestíbulo del Infierno, donde se castiga a los indiferentes. Es allí donde se ordena abandonar toda esperanza, a través de una inscripción en la puerta de entrada al Inframundo. Desde un principio, se implanta la sensación de oscuridad y sufrimiento por medio de imágenes visuales y auditivas que continuarán en todos los círculos.

Estructura del Canto III:

  • La inscripción de la puerta.
  • Los castigos a los indiferentes.
  • El río Aqueronte y Caronte.
  • El primer desvanecimiento de Dante.

Apenas Virgilio terminó de hablar, la tierra tembló y cayó un relámpago rojo, lo que provocó que Dante cayera desvanecido. La comparación “Me caí como el hombre que se duerme” ilustra que perdió totalmente el conocimiento, como una persona que duerme profundamente.

La Inscripción de la Puerta del Infierno

La inscripción aparece al comienzo del canto de manera abrupta, situándonos en la perspectiva de Dante-personaje, ya que ningún otro personaje la describe de buenas a primeras. Es, literalmente, lo que Dante-personaje ve grabado en la puerta.

Hay una personificación en la entrada a través de la inscripción, que funciona como un aviso que la puerta nos da. Puede interpretarse de dos maneras: una es que, al cruzar la puerta, se llega a “la ciudad doliente”, “al eterno sufrimiento” (al Infierno). Por otro lado, puede decirse que la inscripción fue hecha por Lucifer, porque al caer del cielo se creó el Infierno, y es él quien condenó a todas las almas pecadoras a ir al Infierno por su traición a Dios. La anáfora de la primera estrofa, “Por mí”, se refiere a Lucifer.

Esto también se evidencia en la frase: “Antes de mí no fue cosa creada” (el primer verso del tercer terceto).