El Enigma de Tartessos: Civilización Perdida del Suroeste Ibérico
Ubicación y Orígenes de Tartessos
La civilización de Tartessos se ubicó en el suroeste de la Península Ibérica. Su desarrollo se sitúa cronológicamente entre el último cuarto del siglo IX y finales del siglo VI a.C., coincidiendo con la presencia colonial fenicia y griega. La sociedad experimentó un proceso de complejidad creciente entre los siglos XI y VIII a.C., con una notable diversificación de actividades como la agricultura, la ganadería, la pesca, la minería y la artesanía. Las viviendas eran de planta redonda u oval, y se observó un aumento en la sofisticación de la cerámica. Destacan también las estelas antropomorfas del siglo IX a.C., cuya importancia simbólica aún es objeto de debate. Se intensificaron los contactos con el Mediterráneo, especialmente con culturas como la de Cerdeña, lo que originó explicaciones míticas. En el siglo VIII a.C. se renovaron las técnicas mineras, sobre todo en Río Tinto, probablemente por influencia fenicia, incluso antes de la colonización formal. Aunque su organización interna no se conoce con certeza, se cree que la sociedad estaba dominada por una élite guerrera.
Fuentes Históricas sobre Tartessos
El conocimiento de Tartessos proviene de fuentes bíblicas, griegas y romanas, aunque muchas de ellas se adentran en el terreno de lo legendario. No se ha hallado documentación interna escrita que explique directamente su funcionamiento. El concepto de “estado de Tartessos” era más bien un concepto geográfico, coincidiendo con las zonas donde se asentaron los fenicios. Existían asentamientos especializados: agrícolas, ganaderos, mineros, pesqueros o artesanos. Estaban interconectados por vías fluviales y cañadas. Los asentamientos mineros eran los más importantes, ya que los fenicios buscaban principalmente metales. La capital fue Gadir, y todo el sistema se organizaba en función de las necesidades comerciales fenicias.
El Periodo Orientalizante Tartésico (Finales del Siglo IX a.C.)
Este periodo comienza con la llegada de los fenicios, lo que propició los siguientes cambios:
- Un notable crecimiento de los poblados, adquiriendo un gran valor económico.
- Ubicación estratégica de los asentamientos para el control del comercio (destacan Carmona, Marchena, Huelva, Setefilla, entre otros).
- Diversificación y especialización de los asentamientos: poblados agrícolas, metalúrgicos, pesqueros, ganaderos, etc.
- Establecimiento de rutas de tránsito de metales, muchas de las cuales coinciden con las actuales cañadas ganaderas.
- Influencia fenicia muy marcada en los centros metalúrgicos, lo que aún genera debate sobre el origen fenicio o indígena de muchos materiales hallados.
Estructura Social y Política de Tartessos
Existía una jerarquización social con una red de asentamientos y una capital donde, hipotéticamente, residía un rey. Se han encontrado necrópolis con ajuares funerarios suntuosos, lo que indica la existencia de élites privilegiadas. También existían comunidades aldeanas organizadas por lazos familiares. Las élites crecieron en poder gracias al contacto con los fenicios. Figuras legendarias como Gerión y Argantonio se mencionan como “reyes”, aunque en realidad se les considera jefes protourbanos, ya que no existía una cultura urbana consolidada en el sentido estricto.
La Escritura Tartésica o del Suroeste
Algunos autores no identifican esta escritura directamente con la cultura tartésica en sí. Deriva del alfabeto fenicio, adaptado por las culturas indígenas locales. Es un sistema semisilábico que consta de 51 signos. Se han hallado pocos restos de esta escritura en la zona central de Tartessos. Podría estar relacionada con las estelas del suroeste, pero no existen evidencias claras de su uso en la cuenca del Guadalquivir.
Cultura Material Tartésica
Destacan los importantes yacimientos de Cancho Roano y Tejada la Vieja. Este último presenta rasgos más fenicios que indígenas. El tesoro del Carambolo es uno de los hallazgos arqueológicos más importantes. Los ajuares funerarios y los túmulos muestran una clara influencia oriental. Muchos elementos hallados son de origen fenicio, aunque no se sabe con certeza si fueron utilizados por colonizadores o por las poblaciones indígenas.
La Crisis del Siglo VI a.C. y el Declive de Tartessos
Se produjo un empobrecimiento general de la cultura tartésica y de la presencia fenicia. Muchos poblados desaparecieron, especialmente los de carácter metalúrgico. Los que sobrevivieron, como Gadir, redujeron significativamente su tamaño. Se regresó a una economía de autarquía (autoabastecimiento). Se abandonó la explotación de la plata, y la cerámica sofisticada fue sustituida por una cerámica indígena más simple. Los rituales funerarios se simplificaron drásticamente: los cuerpos se arrojaban a los ríos. El declive económico tuvo un origen principalmente geopolítico: En Oriente, Fenicia fue conquistada por babilonios, asirios y persas. Los fenicios dejaron de comerciar con plata y se centraron en el oro de Egipto. Esto restó interés a las minas peninsulares y provocó el colapso económico de Tartessos. Finalmente, la presencia griega en la península se consolidó, y Tartessos desapareció como entidad política y cultural reconocible, siendo sus habitantes mencionados posteriormente como turdetanos.