Paisaje Agrario Mediterráneo de Interior

Un paisaje es la representación visual de un territorio, resultado de la combinación de factores físicos y humanos. Este paisaje en concreto se trata de uno agrario mediterráneo de interior, predominante en zonas del interior peninsular con clima mediterráneo (Castilla la Mancha, Andalucía…).

Relieve

  • Si es una dehesa: Observamos una dehesa, es decir, un paisaje acotado para pastos con arbolado de encinas y alcornoques, comunes en las zonas de Andalucía, Extremadura o Salamanca. En ellas se cría ganado vacuno y ovino para carne, y piaras de cerdo.
  • Si no es dehesa: A pesar de que la Meseta esté rodeada por montañas y depresiones, y por cordilleras exteriores, se aprecian llanuras suavemente onduladas (campiñas, páramos), por lo que no se caracteriza por tener un relieve muy accidentado. Además, predomina el roquedo calizo y arcilloso (sur), por los suelos rojos fértiles para el cultivo/ silíceo (norte).

Clima e Hidrografía

El clima que le corresponde es el mediterráneo de interior, con veranos calurosos e inviernos fríos, además de una elevada amplitud térmica. Las precipitaciones son escasas e irregulares (-800mm), con sequía estival. Aunque no se aprecian aguas en este paisaje, los ríos de esta zona pueden pertenecer a dos vertientes:

  • Vertiente atlántica: Caracterizados por ser largos, naciendo cerca del mediterráneo y desembocando en el atlántico, consecuencia de la inclinación de la Meseta hacia el oeste; caudalosos, debido al gran número de afluentes; e irregulares, con estiaje en verano, coincidiendo con el mínimo de precipitaciones.
  • Vertiente mediterránea: Ríos caracterizados por ser cortos (excepto el Ebro), poco caudalosos e irregulares.

Vegetación

En cuanto a la vegetación, predominan los bosques perennifolios, con árboles como la encina o alcornoque, además de maquias o garrigas.

Actividades Económicas

En cuanto a las actividades económicas desarrolladas en la zona, la agricultura se caracteriza por el predominio de los latifundios (extensiones de más de 100 hectáreas) y el cultivo de secano (cereales) debido al clima y la escasez hídrica. También se puede dar el regadío intensivo para favorecer el crecimiento industrial de la zona, produciéndose el máximo rendimiento posible. La ganadería de la zona es destacada por la porcina extensiva, siendo el primer país exportador de jamones a nivel mundial. También predomina el ganado ovino en las zonas de secano.

Poblamiento y Vías de Comunicación

En estas zonas, la población está concentrada y apiñada en pequeños núcleos rurales o agrociudades, y sus actividades suelen pertenecer al sector primario. La población es escasa y envejecida, consecuencia del éxodo rural. Las vías de comunicación suelen ser carreteras secundarias o comarcales, que conectan estas zonas con otras próximas desarrolladas, facilitando su desarrollo económico.

Futuro

A futuro podemos destacar la dependencia de estas zonas de subvenciones de la UE, y también deberán enfrentarse a un proceso de emigración, ya que la población joven buscará nuevas oportunidades en el sector terciario.

Producción Industrial en España

El tejido industrial español ha pasado de una distribución con núcleos aislados a un paisaje industrial más conectado mediante ejes industriales. Tradicionalmente, los núcleos industriales estaban separados, pero con el tiempo se han formado áreas metropolitanas industriales como Madrid y Barcelona, caracterizadas por infraestructuras básicas, centros financieros y buen acceso logístico. Las industrias se sitúan mayoritariamente en la periferia de las ciudades, en polígonos o naves industriales, debido al menor precio del suelo y la mejor conexión.

Ejes Industriales

Actualmente, el tejido se organiza en torno a varios ejes industriales:

  • El eje del Valle del Ebro (Cataluña, Navarra, País Vasco, etc).
  • El eje Mediterráneo (Cataluña, Valencia, Murcia, etc).
  • El área industrial de Madrid y sus alrededores.

Estos ejes están bien comunicados y favorecen la actividad económica.

Evolución del Sector Industrial

Desde la entrada de España en la UE en 1986, el sector industrial ha vivido una etapa de crecimiento general, aunque con crisis puntuales. Podemos distinguir tres tipos de sectores:

  • Sectores maduros: Con baja demanda y escasa innovación tecnológica (metalurgia, minería no metálica, textil en declive).
  • Sectores dinámicos: Con tecnología media (automoción, química, farmacéutica).
  • Sectores de alta tecnología: Con fuerte inversión en I+D, como informática, biotecnología o automatización, aunque presentan dependencia tecnológica externa (por ejemplo, el 43 % de la tecnología usada en España es extranjera).

Un caso particular es el de la construcción, que vivió una expansión hasta 2007, año en el que estalló la burbuja inmobiliaria, generando una crisis de gran impacto.

Factores de la Producción Industrial

La producción industrial es un proceso dinámico y complejo que depende de la evolución tecnológica, la demanda del mercado, la financiación, la localización, las comunicaciones, la comercialización y los salarios. España, aunque desarrollada, tiene una productividad industrial inferior a la media europea. Esto se debe a varios problemas estructurales: dominio de PYMES frente a multinacionales, baja inversión en I+D, escasa intensidad tecnológica y predominio de patentes extranjeras.

Desequilibrio Territorial

El desequilibrio territorial es otra característica clave del sistema industrial español: hay zonas con fuerte implantación industrial y otras casi desindustrializadas. Esto tiene raíces históricas. La industrialización empezó tarde, de forma limitada, a finales del siglo XIX, en regiones como Cataluña, País Vasco o Asturias. En el siglo XX, el proceso se vio interrumpido por la Primera Guerra Mundial, la crisis del 29, y la Guerra Civil (1936-39). Bajo el franquismo (1939-59), España vivió aislada y en autarquía, lo que impidió el desarrollo tecnológico.

Plan de Estabilización y Reconversión Industrial

Con el Plan de Estabilización de 1959, se abandonó el proteccionismo y se atrajo inversión extranjera (EE.UU. 40 %, CEE 30%, Japón 20 %), iniciándose la liberalización y la creación de los polos de desarrollo (Zaragoza, Valladolid, Vigo, Sevilla…). Durante los años 70 y 80, la industria española se enfrentó a nuevos retos: la crisis energética (acuerdo OPEP), la competencia de nuevos países industrializados (NPI) y la transición política interna. A esto se sumaba una fuerte dependencia energética, baja inversión, escasa competitividad y una estructura productiva obsoleta. Ante esta situación, se aplicaron medidas de reconversión industrial, como la Ley de Reconversión (afectando sectores como el naval, automovilístico o siderúrgico), reindustrialización selectiva con ayudas públicas y la creación del Instituto de la Pequeña y Mediana Empresa Industrial.

Actividad Pesquera en España

La actividad pesquera es, junto a la agricultura y ganadería, una actividad perteneciente al sector primario. Concretamente, es la actividad económica dedicada a la captura de peces y otros animales acuáticos para su posterior consumo. España es una gran potencia pesquera dentro de la UE. Sin embargo, el sector pesquero se enfrenta a una dura crisis debido a las dificultades para acceder a sus caladeros tradicionales y al agotamiento de muchas especies por la sobrepesca.

Caladeros y Desafíos

Los buenos caladeros generalmente son los que se encuentran en las plataformas continentales o las zonas con templanza de temperatura, con corrientes marinas frías y cálidas. Sin embargo, las plataformas continentales españolas son poco aptas: la costa cantábrica y gallega tienen una plataforma muy agotada (sobrepesca), la del Golfo de Cádiz (costas del sur peninsular) es extensa pero está limitada por las aguas territoriales de Marruecos; y la costa mediterránea está muy empobrecida y son muy saladas y cálidas.

Búsqueda de Nuevos Caladeros

Esta situación ha llevado a la flota pesquera española a buscar nuevos caladeros, como en el Mar del Norte (Noruega, Finlandia…), pero la UE ha establecido cupos de capturas y temporadas de veda; o en las aguas de Terranova, zonas de pesca de gran altura (bacalao y fletán), pero Canadá impone restricciones. Los barcos españoles también faenan en las costas orientales (Banco sahariano) de Canarias (Arrecife y Las Palmas), pero los conflictos con los países africanos limítrofes hicieron que se firmaran acuerdos con Marruecos, Senegal y Mauritania. Todas estas dificultades han llevado a las flotas españolas a buscar nuevos caladeros en lugares lejanos, como América Latina; o lugares inseguros por posibles conflictos con piratas, como Mozambique o Somalia.