La Revolución Industrial consistió en un proceso de crecimiento continuo y acelerado de la economía que transformó todos los ámbitos de la vida humana como no lo había hecho ningún otro acontecimiento desde el Neolítico. No fue un proceso aislado, sino que vino acompañado de otras revoluciones, como la agraria y la demográfica.

La Revolución Agraria Británica

A lo largo de los siglos XVII y XVIII se produjeron en Europa una serie de transformaciones que modernizaron la agricultura y la ganadería e incrementaron la producción. Las causas de este fenómeno fueron varias:

  • La selección de razas animales facilitó el incremento de la producción ganadera.
  • La introducción de nuevos cultivos, como el maíz y la patata, sustituyeron al trigo como alimento básico.
  • La mejora del utillaje y la mecanización de las tareas agrícolas liberaron mano de obra y abarataron costes.
  • Los nuevos sistemas de drenaje permitieron ampliar la superficie cultivada. Aumentaron también los cultivos forrajeros.

Además de estas transformaciones en la agricultura y la ganadería, en Gran Bretaña se produjeron una serie de reformas legales que serían determinantes en la modernización de la agricultura. Las reformas legales tuvieron su punto de partida en la aprobación por el Parlamento de leyes que permitían a los grandes propietarios apropiarse de los terrenos comunales y cercarlos (enclosure acts). Estos grandes propietarios (a diferencia de la nobleza tradicional de otros países, que despilfarraba las rentas en gastos suntuarios) tenían una mentalidad práctica y emprendedora que los impulsaba a modernizar sus explotaciones con el fin de obtener el máximo beneficio.

Las consecuencias inmediatas de estas transformaciones fueron nefastas para el campesinado, que se vio privado de los pastos comunales por los cercamientos, y de trabajo por la mecanización del campo. De este modo, muchos campesinos se vieron obligados a emigrar a la ciudad, donde la naciente industria demandaba mano de obra barata y no cualificada. Esta migración se conoce con el nombre de éxodo rural.

La Revolución Demográfica

Hasta el siglo XVIII predominó el llamado régimen demográfico antiguo. Se caracterizaba por un crecimiento lento de la población, con altas tasas de mortalidad y de fecundidad.

En el siglo XVIII se inició un proceso de crecimiento demográfico. Sus principales causas fueron el aumento de la producción de alimentos (gracias a la revolución agraria) y los avances científicos e higiénicos, que permitieron luchar contra algunas enfermedades. Las características de esta nueva etapa fueron la disminución de la mortalidad catastrófica, el aumento de la esperanza de vida y el incremento de los movimientos migratorios.

La Revolución Industrial en Gran Bretaña

La diferencia básica entre la economía preindustrial y la industrial es que en la primera la energía principal es la fuerza muscular (humana o animal), mientras que en la segunda el trabajo se efectúa con máquinas que consumen otras fuentes de energía, como el carbón, la electricidad o el petróleo.

Desde el siglo XVII, en Gran Bretaña se venían produciendo una serie de cambios que, además de los ya citados, contribuyeron al origen de la Revolución Industrial. Estos factores fueron:

  • La existencia de abundantes yacimientos de carbón y de mineral de hierro. El carbón era la fuente de energía más utilizada, mientras que el hierro se constituyó en la base para el desarrollo del ferrocarril y la construcción de maquinaria.
  • La expansión del comercio. Gran Bretaña era, desde la derrota de Napoleón, la dueña de los mares. Dominaba las rutas transoceánicas y podía transportar mercancías por todo el mundo. En la propia isla, se construyeron canales de navegación. Los comerciantes se enriquecieron y se buscaron instrumentos de producción que permitiesen fabricar cada vez más barato.
  • La disponibilidad de suficientes capitales. La industrialización requería grandes inversiones de capital, que fueron obtenidos por los beneficios agrarios y comerciales.
  • Los cambios en las teorías económicas. Los principios en los que se basaba el liberalismo económico, como el libre comercio, la propiedad privada y la no intervención del Estado en la economía, posibilitaron la consecución de grandes beneficios empresariales.

La Revolución Industrial vino acompañada de un nuevo sistema económico conocido como capitalismo.

Invento Decisivo: La Máquina de Vapor

La Revolución Industrial no fue en sus orígenes el resultado de un descubrimiento científico excepcional, sino la consecuencia de una serie de mejoras sucesivas introducidas por técnicos e ingenieros y basadas en la experiencia. El invento clave de la Primera Revolución Industrial fue la máquina de vapor. Aunque utilizada desde hacía tiempo para extraer agua de las galerías de las minas, su mecanismo era imperfecto y su rendimiento mediocre, hasta que en 1769 James Watt patentó una máquina que, con menor consumo de combustible, producía una corriente continua de vapor capaz de hacer girar una rueda a un ritmo constante.