Fauna Salvaje de la Península Ibérica: Especies y Características

La Península Ibérica alberga una rica diversidad de fauna salvaje, adaptada a sus variados ecosistemas. A continuación, exploramos las características distintivas y el hábitat de algunas de las especies más representativas de mamíferos y aves.

Ciervo (Cervus elaphus)

El ciervo está presente en la mayoría de bosques de la península, aunque puede hablarse de su escasez en zonas de alta montaña. El rasgo más característico del macho es la cuerna ramificada de varias puntas que presenta en la cabeza, mientras que la hembra carece de cuerna. Su pelaje varía: rojizo en verano y pardo grisáceo en invierno, con una pelambrera colgante del cuello. Situado de espaldas, es fácil de reconocer por la marca semafórica del trasero, blanca por debajo de la cola y amarillo sucio por encima, y enmarcada por dos franjas oscuras. A finales de febrero comienza la muda de la cuerna o desmogue en los machos viejos, mientras que la de los jóvenes es en abril, cuando los pastos y los climas son mejores, para poder acudir en óptimas condiciones a la berrea en septiembre.

Gamo (Dama dama)

Los gamos se integran durante casi todo el año en grupos unisexuales y solo en bisexuales durante la época de celo, que es en septiembre y octubre. A los 8 meses se produce el parto, normalmente de una cría. El gamo se diferencia del ciervo por su menor tamaño.

Corzo (Capreolus capreolus)

La cuerna del macho de corzo es corta y de tres candiles, rugosa en su tramo inferior y con roseta debido a las perlas que la decoran. Suele mudarla en septiembre y desbastar el correal en marzo, siendo al principio blanquecina y después de color castaño oscuro. Las principales diferencias con el ciervo y el gamo son su pequeña alzada (60-70 cm) y su diminuto rabo. Su librea es castaño-rojiza en verano y gris pardusca en otoño-invierno. La época de celo abarca los meses de mayo y julio, y el parto de una o dos crías tras 9 meses. Está distribuido en muy diversos hábitats de la península: madroñales, acebuches, altos pastos, chaparrales, pinares y jaras.

Rebeco (Rupicapra pyrenaica parva)

En verano, el rebeco asciende hacia los prados alpinos, a laderas de umbría, muchas veces desplazado hacia cotas elevadas por la presión humana o por el ganado. En invierno baja hasta zonas soleadas del límite del bosque. Está presente en la Cordillera Cantábrica y Pirineos. Su constitución y tamaño son parecidos a los de una cabra. Tanto el macho como la hembra tienen cuernos verticales, más largos que las orejas y curvados en el extremo hacia atrás en forma de garfio. Los del macho son más robustos. En verano, el pelaje es pardo-rojizo, con una línea negra que recorre el dorso. La cola, vientre y patas son oscuras. En invierno, el pelaje es pardo-negruzco o negro, excepto la cabeza, vientre y unas pequeñas manchas bajo la cola sobre los cuartos traseros que son de color blanco amarillento. Las bandas negras de la cabeza se mantienen durante todo el año. El pelo del dorso del macho es largo.

Jabalí (Sus scrofa)

El jabalí tiene el cuerpo cubierto de fuertes y largas cerdas negras o blanquecinas en los adultos. Sus ojos son pequeños y orejas grandes y enhiestas, pero lo más impresionante es su gran cabeza, prolongada hacia adelante por un largo hocico. Tiene la mitad anterior del lomo cubierta por una larga crin que se eriza en los momentos de tensión. Sus caninos, de crecimiento continuo, curvados hacia arriba y atrás, reciben el nombre de colmillos, cuchillos o navajas, y en ellos es donde se fundamenta su gran capacidad agresivo-defensiva. En la hembra estas defensas son más rectas y pequeñas, y no son visibles por fuera de los labios. Es un omnívoro, se alimenta de raíces, tubérculos, aves y frutos. Suele practicar su encame en lo más espeso del monte. Su época de celo abarca todo el año, pero principalmente a partir de enero, y su período de gestación dura 115 días, con una media de entre 3 y 6 rayones.

Cabra Montés (Capra pyrenaica)

El pelaje de la cabra montés es gris rojizo, con manchas negras que se extienden por el pecho y cuello y recorren las patas dibujando una línea desde el babero hasta las patas traseras. El macho es de cuerpo fuerte y compacto, con extremidades cortas pero muy robustas. La hembra es de menor tamaño.

Lobo (Canis lupus)

El lobo tiene el pelaje de color pardo-grisáceo, excepto en el rostro, donde se alternan los tonos claros y oscuros, con una mancha grisácea en la cruz. Su cola es muy poblada y tiene un mechón negro en su extremo, y su estatura es similar a la de un perro pastor alemán, aunque la hembra es un poco menor. Se trata de un animal carnívoro, aunque a veces gusta de la carroña e incluso de alimentos vegetales. El número de ejemplares ha disminuido considerablemente y los restantes se han visto obligados a retirarse a las montañas menos accesibles debido a las persecuciones de las que han sido objeto. Su predación resulta más eficaz puesto que suelen vivir en manadas, pero su caza solo está permitida en algunas comunidades.

Zorro (Vulpes vulpes)

El zorro es un animal nocturno que se alimenta de ratones, gazapos, pollos, huevos de aves, insectos y frutos, siendo el causante de verdaderos estragos en la fauna cinegética menor (conejos, liebres, perdices). Tiene un apreciado y bello manto rojizo, ojos claros y redondos, hocico afilado, orejas negras por la parte trasera y una empenachada cola con el extremo blanco. Su época de celo comienza en febrero, durando 60 días la gestación tras la que la zorra da a luz entre 3 y 6 crías. Es un animal muy inteligente y con los sentidos muy agudos, especialmente el olfato y el oído.

Conejo (Oryctolagus cuniculus)

El conejo se diferencia de la liebre por el tamaño de las orejas, mucho más cortas en el conejo y desprovistas de mancha negra en la punta, su pelaje gris pardusco con mancha rojiza en la nuca y rabo blanco. Es originario de la cuenca mediterránea y se extiende prácticamente por la totalidad de nuestros campos, pero la población de conejos ha diezmado debido a la mixomatosis, lo que ha afectado a la estructura ecológica de nuestros montes puesto que el conejo constituye la presa por excelencia para muchos predadores de la península. Su alimentación se basa en las hierbas y los brotes tiernos de la vegetación arbustiva, siendo el crecimiento de esta última el principal desencadenante del ciclo sexual. Tiene varios celos anuales, durando la gestación 30 días y con camadas de entre 3 y 7 gazapos.

Liebre (Lepus Granatensis)

La liebre, que gusta de habitar en terrenos amplios y despejados, salvo la de piornal, se ha beneficiado de la progresiva deforestación que se ha venido produciendo fruto de la expansión de los terrenos de cultivo. La distribución de la variedad ibérica o castellana se reparte por prácticamente toda la península; la europea ocupa amplias zonas de Cataluña y norte de Aragón; y la de Piornal, más específica de terrenos de montaña, se localiza en una franja que ocupa buena parte de la Cordillera. La adaptación casi absoluta de la liebre a los terrenos cultivados ha provocado que la relación entre sus densidades y el aprovechamiento agrario sean una misma cosa. La concentración parcelaria puede ser uno de los problemas más graves para el buen equilibrio de la especie. Las enfermedades y la excesiva presión cinegética también son una amenaza que el cazador debe saber atajar a tiempo mediante cupos bien planificados y control de poblaciones.

Perdiz Común (Alectoris rufa)

El pecho de la perdiz común es azulado, y los flancos de color gris pálido barreado de castaño, blanco y negro, pero lo más inconfundible es la larga ceja blanca encima del ojo y la garganta blanca orlada de negro con terminación estriada, el capirote castaño y el pico y las patas rojos. Puede habitar los más diversos ecosistemas, por lo que es posible encontrarla en zonas costeras o de montaña, y constituye la pieza clave de la caza menor en España, por lo que resulta la pieza más codiciada.

Muflón (Ovis musimon)

Los machos de muflón destacan por sus cuernos en espiral, mientras que las hembras los tienen pequeños y finos. Su pelaje es de color pardo en verano y chocolate en invierno, destacando la mancha en forma de silla de montar en la mitad del lomo, que en las hembras es de color marrón oscuro o crema. Entre octubre y noviembre tiene lugar su época de celo, teniendo de 1 a 2 crías a los 5 meses. Son originarios de Córcega y Cerdeña, aunque ahora ocupan diversos parajes como la Sierra de Cazorla y las Cañadas del Teide.

Arruí (Ammotragus lervia)

El rasgo más característico del arruí son sus cuernos y el mandil velludo de los cuartos delanteros formado por largos pelos de la garganta, pecho y patas anteriores. Su pelaje es de color pardo arena, y su larga cola es muy peluda. La hembra tiene el delantal de pelos reducido.