Introducción a la Literatura Estadounidense Contemporánea

El periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial fue testigo del surgimiento de una literatura que, hasta entonces, había sido considerada frívola, incluyendo géneros como la ciencia ficción y el western. La gran cantidad de importantes acontecimientos sociales y políticos en los años 60 (como el asesinato de Kennedy o la guerra de Vietnam) influyó profundamente en la producción imaginativa de los escritores de ficción. La década de los 80, conocida como la “década del yo” en Estados Unidos, marcó un retorno a los eventos comunes de la experiencia ordinaria. Los autores de este periodo se adhirieron al estilo realista, pero también contribuyeron a su renovación.

En este contexto, el crítico Robert Scholes acuñó los términos “fabulación” y “ficción fabuladora” en su estudio The Fabulators. Este género se percibe como un tratamiento paródico de las convenciones literarias del pasado, más que como una forma innovadora en sí misma. Otro término frecuentemente utilizado para referirse a relatos que comparten el mismo espacio de realidad y fantasía es “realismo mágico”.

El Holandés (Dutchman) de Leroi Jones (Amiri Baraka)

Contexto y Temática Central

La obra Dutchman (1964) de Leroi Jones (más tarde conocido como Amiri Baraka) se enmarca en la era de los conflictos raciales y la lucha por los derechos sociales, coincidiendo con el asesinato de Malcolm X en 1965. La pieza se dedica al nacionalismo negro y a la Estética Negra, un movimiento que repudiaba la cultura blanca en el arte y la política, y rechazaba la literatura negra previa por considerarla una imitación inconsciente de modelos y valores blancos. Para Baraka, el jazz era el único modelo válido para la expresión de la experiencia negra.

En la obra, Lula critica a Clay por intentar extraer del jazz una conciencia de ser negro que él rechaza. Esta agresión verbal culmina cuando ella lo golpea en la cara y luego lo apuñala. Clay, de manera similar a como Rich lo hace en su poema, anuncia lo que vendrá, exponiendo a Lula el racionalismo occidental y sus justificaciones para matar. Baraka empleó métodos retóricos como la exageración y la imaginería de la violencia, eligiendo el drama por su capacidad de transformar personajes en “metáforas vivas”. Dutchman, como obra teatral, reveló conflictos personales invisibles incrustados en el movimiento negro, criticando a la clase media integracionista que había abrazado la ideología blanca y sus representaciones (Lula critica a Clay por llevar una chaqueta ajustada de tres botones y una corbata, recordándole que su abuelo fue esclavo y que él no asistió a Harvard).

Simbolismo y Metáforas

Dutchman es una fábula didáctica que no permite una lectura perversa, y su estructura alegórica ofrece varios niveles de interpretación y un conjunto de símbolos reconocibles:

  • El tren del metro: Representa la exploración de cuestiones “por debajo de la superficie de la realidad”, en un “subterráneo” oculto. El viaje iniciático contribuye tanto a la organización de la obra como a su significado.
  • La manzana: Proporciona un patrón rítmico y connotaciones alusivas, reforzando la uniformidad del personaje femenino principal. El poder simbólico de la fruta abarca tanto el cuerpo de Lula como un conocimiento singular de uno mismo.
  • El libro de Clay: Alude al Génesis, al árbol de la ciencia y a la maldición por no saber usar el conocimiento.
  • El cuchillo: Es un arma fálica, símbolo de unión sexual e instrumento de ejecución (Clay es juzgado y asesinado por Lula).
  • El nombre de Clay: Alude a la cuestión principal, reforzando el patrón de la fruta prohibida y la caída subsiguiente.

Temas Clave

La obra nos recuerda a El Hombre Invisible de Ralph Ellison, ya que Clay se presenta como un intento de invisibilidad como ciudadano negro, disfrazándose de hombre blanco (lenguaje, ropa). El encuentro de ambos personajes presagia no solo la relación blanco/negro, mujer/hombre, sino también la “falsa” clase media. Los temas principales son:

  • Los prejuicios raciales: La actitud individualista no es aprobada. La revisión de la obra por el profesor Alan Flint subraya el juicio de la sociedad hacia las personas negras, incluso si están bien vestidas, educadas o son superiores.
  • La caída simbólica del hombre: Una reinterpretación de Adán y Eva, pero en lugar de la humillación y la expulsión del Edén, en el “Edén” estadounidense de la obra, el tren del metro es un lugar indeseable para vivir. Así, la expulsión de Clay carece de los ecos trágicos del esquema cristiano. El segundo Adán puede ser visto como un Mesías Negro que redimirá tanto al tentador como al tentado, pero como comenta Taylor, este joven está condenado al mismo trágico y violento fin.
  • La masculinidad: Se aborda la castración mental (pérdida de identidad y rol masculino). El cuchillo, utilizado como instrumento fálico, controla y causa la muerte espiritual y física.
  • La historia como fuerza opresora: Los protagonistas no pueden apartarse de su propia herencia de opresión y esclavitud (Lula le dice a Clay, cerca del final, que ambos pretenden estar libres de su propia historia).

Ella Unnames Them de Ursula K. Le Guin

Reinterpretación del Génesis y Postmodernismo

El relato “Ella Unnames Them” (1985) de Ursula K. Le Guin es una reescritura fabuladora del Génesis, que narra la historia de Adán y Eva con un giro. Publicado por primera vez en The New Yorker en 1985, y años más tarde como parte de la colección Buffalo Gals and Other Animal Presences, este tomo combina narrativa, ensayo y poesía. La obra también contiene la idea de que la unidad con la naturaleza se ha perdido y que esta comunión no se logrará mientras persista la noción errónea de la superioridad humana sobre la vida no humana.

El interés posmoderno en recontar el Génesis se manifiesta aquí, donde Dios concede a Adán la facultad de nombrar a los animales y a la mujer. Como en otras obras posmodernas, la historia original es el punto de partida, y los lectores construyen el significado a partir de su conocimiento de la versión anterior. La intertextualidad es fundamental, ya que los lectores son inmediatamente conscientes del Génesis, lo que implica que la historia siempre debe leerse en relación con el texto anterior. Los modos intertextuales incluyen alusiones (Jonathan Swift, T.S. Eliot), citas (la llave del Edén) y el palimpsesto, una práctica medieval de escribir sobre una superficie ya escrita, indicando así que hay más de una “capa” o nivel de significado. El palimpsesto a menudo busca ofrecer un punto de vista tradicionalmente silenciado o ignorado.

El Acto de “Desnombrar” y Ecofeminismo

Ya en el título, “ella” y “ellos” se refieren a quienes han sido ignorados por el mito, aquellos que, según las referencias bíblicas, recibieron nombres de Adán sin consulta previa. El título mismo señala que la mujer y los animales han sido desnombrados, algo que se revelará más tarde. También indica oposiciones binarias: “ella” depende de “él” y “ellos” depende de “nosotros”, sugiriendo que el lenguaje moldea la realidad tanto como los marcos culturales, y que las relaciones de poder se determinan en las expresiones lingüísticas.

La narradora se siente más cerca de los animales (perros, aves, yaks) una vez que la barrera de los nombres desaparece. Este acto de “desnombrar” sugiere un camino de un momento postlapsario (después de la caída) a uno prelapsario, en el sentido de que no hay distinción entre cazador y presa, o entre el que come y la comida. La narradora le dice a Adán que le devolverá lo que su padre le entregó, pero él no presta atención. Rice esperaba encontrar la llave del jardín (recordando su expulsión), mientras que la respuesta de Adán fue “¿cuándo es la cena?”. Después de esto, la narradora se va, intentando explicar su partida, pero se detiene al darse cuenta de lo difícil que sería y simplemente se marcha con los animales.

Le Guin subvierte la comprensión aceptada de este mito femenino como pasivo y secundario a Adán (quien fue creado primero). Su Eva es una figura activa y conocedora que desafía las disposiciones de Dios. La historia toma prestado de la forma del Bildungsroman, ya que la narradora se da cuenta de los valores establecidos que la rodean. No se proporcionan referencias exactas a la configuración espacial o temporal, pero varias alusiones a figuras prominentes funcionan como referentes culturales con un propósito ideológico. Otra serie de alusiones se refiere a la insuficiencia del lenguaje para organizar la experiencia, desestimando las palabras de científicos o escritores. Sin embargo, se percibe una atmósfera de ausencia: Dios está ausente, Adán es trivial, la llave del jardín falta y la cena se espera. El lenguaje, como sugiere la obra de Le Guin, es la barrera para la convivencia de todas las criaturas. El nombre de la narradora no se revela, pero el trasfondo cultural ayuda a llenar ese vacío.

El ecofeminismo es un enfoque crítico que examina la relación entre el feminismo y la ecología. La narración del Génesis establece una correspondencia entre el dominio del hombre sobre los animales y la toponimia. Al desnombrar a los animales, la narradora rompe esta barrera de dominación. Esta historia parece implicar similitudes entre los derechos de las mujeres y los animales.

Catedral (Cathedral) de Raymond Carver

Realismo Sucio y Minimalismo

El cuento “Catedral” de Raymond Carver es considerado un catalizador de la renovación realista en la literatura estadounidense. Su obra es vista como una fusión de muchas formas y ha sido etiquetada como “Realismo Sucio”, debido a que profundiza en los aspectos desagradables de la vida americana y explora el lado más desconcertante de la promesa estadounidense. Este “realismo sucio” se manifiesta en “Catedral” a través de la autorrepresentación del narrador, que progresivamente lo sitúa entre aquellos que han quedado fuera del “sueño americano” de éxito y realización personal.

Otro término utilizado para definir su trabajo fue el “Minimalismo”, que implica una imitación simplificada de la realidad perceptible. Carver no se consideraba a sí mismo un minimalista solo por eliminar detalles innecesarios en sus historias, sino que prefería ser considerado un “precisionista”. Este estilo minimalista se caracteriza por la economía de palabras y detalles, una trama insignificante, la compresión de los acontecimientos, el examen exclusivo del exterior de las cosas y una caracterización breve (la esposa no es representada, mientras que la descripción del ciego nos habla de su edad, hombros caídos, calvicie incipiente y barba. También se describe su elegante vestimenta y se menciona que no usa bastón ni gafas oscuras). La propia representación del narrador está marcada por prejuicios y expone su falta de sensibilidad.

La Cultura Televisiva y la Epifanía

El momento crucial de la historia ocurre cuando el ciego le pide al narrador que describa cómo es una catedral, y este confiesa que las catedrales no significan nada para él, que son simplemente algo que ha visto en la televisión. El ciego toma la mano del narrador y comienzan a dibujar juntos; luego, le pide que cierre los ojos, fomentando la empatía. La cuestión de la cultura televisiva se presenta como un signo de la cultura de consumo y medios de comunicación, donde la sensibilidad se desintegra por las estrategias audiovisuales. Esta cultura televisiva tiene una doble función en el relato de Carver:

  1. El zumbido de la televisión ofrece los mismos efectos hipnóticos que el alcohol o las drogas.
  2. La prosa fragmentaria y esquelética de Carver tiene una gran deuda con las cualidades características de la producción y recepción televisiva.

Por primera vez en una de sus obras, Carver ofrece un momento de revelación a uno de sus personajes. Algunos estudiosos han intentado abordar las historias de Carver reconsiderando el concepto de “epifanía”, redefiniendo el sentido de aprendizaje y crecimiento. La realización de los personajes de algún descubrimiento no encuentra expresión verbal porque no logran captar sus connotaciones sociales y emocionales. En “Catedral”, el narrador desarticula progresivamente el relato con su actitud irónica y llena de prejuicios, hasta que el clímax lo deja espiritual y lingüísticamente casi sin respuesta. Carver rescata a este personaje de su ceguera metafórica, aunque es incapaz de articular el significado de lo que acaba de aprender. Sus palabras sobre esta experiencia, “no siento nada dentro”, revelan que el narrador ha experimentado un despertar espiritual a través de una percepción física del espacio.

Narrativa y Estilo

Escrito en primera persona, nos encontramos con un narrador homodiegético que cuenta la historia de una manera que parece una narración oral. Este narrador no está involucrado emocionalmente con la historia, incluso si participa en ella, lo que le permite la distancia necesaria para manifestar sarcasmo, prejuicio y sospecha. También utiliza el estilo indirecto para ironizar sobre la relación de su esposa con el ciego. Manifiesta inseguridad y falta de entusiasmo por su relación, ya que no sabe de primera mano qué parte de la historia le ha contado su mujer. Normalmente, los narradores homodiegéticos generan empatía del lector hacia el hablante, pero aquí el tono y la actitud del narrador no evocan este sentimiento. Se presenta como un hombre inarticulado que no puede afrontar las dificultades de la vida. La ironía y la distancia son instrumentos útiles para manejar las emociones. Cuando habla de la muerte de la esposa del ciego, tiende a la empatía hasta cierto punto, pero luego añade detalles sobre la forma en que él la tuvo (se casaron, tuvieron sexo, trabajaron y vivieron juntos, la enterró), mientras que él ni siquiera sabe qué aspecto tenía (dando más importancia al exterior).

Los escenarios mostrados en las obras de Carver suelen ser interiores con un ambiente amenazante. Este ambiente se percibe tan sofocante en esta historia que el propio narrador se siente encerrado en su sala de estar con un visitante inoportuno, en oposición a la imagen imponente de la catedral, cuyo rasgo distintivo es su enorme dimensión y su diseño en constante expansión. Además, las catedrales medievales se construyeron para alcanzar el cielo, dando así una idea de crecimiento que contrasta con el espacio limitado del protagonista y su vida. Los únicos nombres que se nos dan son los del hombre ciego (Robert) y su esposa (Beulah); incluso cuando habla del exmarido de su propia esposa, se refiere a él como su “novio de la infancia” y se pregunta: “¿por qué debería tener un nombre?”. La historia comienza en el momento actual, dando una explicación de lo que había sucedido y sus sentimientos hacia la llegada del ciego a su casa, para luego pasar a hablar del pasado. La ironía se manifiesta en frases como: “Tal vez podría llevarlo a jugar a los bolos”, y su insensibilidad se revela al indicar que no tiene amigos ciegos.