El Teatro Popular

El teatro que triunfa en los escenarios es de corte tradicional y está representado por:

La comedia burguesa

Representado por Jacinto Benavente. Su teatro presenta una crítica, casi siempre amable, de las preocupaciones y prejuicios burgueses. Destacamos tres obras: Los intereses creados, sobre el poder del dinero y los dramas rurales Señora ama y La malquerida.

El teatro poético

Representado por Francisco Villaespesa y Eduardo Marquina. Esta tendencia, muy ligada a la estética modernista. Destacamos Las hijas del Cid, de Eduardo Marquina. Teatro en verso también, pero con diferencias de enfoque, son las obras teatrales escritas en colaboración por los hermanos Machado (La Lola se va a los puertos).

El teatro cómico

Con autores y obras muy populares como Carlos Arniches, recreador del ambiente madrileño, los hermanos Álvarez Quintero, que nos muestran la Andalucía tópica y sentimental (El patio) o Pedro Muñoz Seca, creador del “astracán”, pieza descabellada cuyo único objetivo es arrancar la risa (La venganza de don Mendo).

Otras Tendencias Más Innovadoras

Frente al teatro que triunfa, se levantan otras tendencias más innovadoras, que no triunfan – salvo excepciones- porque no se adaptan a los gustos del público burgués. Pueden sintetizarse en dos líneas:

  1. El teatro de la Generación del 98 y del Novecentismo: M. de Unamuno, Azorín, Ramón Gómez de la Serna, Jacinto Grau y, principalmente, Ramón María del Valle-Inclán.
  2. El teatro de la Generación del 27: P. Salinas, Max Aub, Alejandro Casona, R. Alberti, Miguel Hernández y, sobre todo, Federico García Lorca.

Teatro del Humor

Destacan dos autores:

Enrique Jardiel Poncela

Sus personajes son burgueses que entran y salen de escena constantemente, creando un dinamismo que provoca la risa. Representan una sociedad feliz, que tiene como objetivos alcanzar el amor y el dinero. Destacamos de este dramaturgo la obra Eloísa está debajo de un almendro y Cuatro corazones con freno y marcha atrás.

Miguel Mihura

Autor de un teatro cercano al absurdo, aunque siempre con intencionalidad crítica. Escribió Tres sombreros de copa. Si no hubiera tardado 20 años en estrenarla, habría sido considerado un revolucionario del teatro europeo, concretamente del teatro del absurdo.

Teatro de los Cincuenta

Algunos dramaturgos atenúan sus críticas para que sus obras se representen, usando metáforas y alusiones para burlar la censura (Antonio Buero Vallejo) y otros pretenden expresarse con total libertad, aunque la censura impida que sus obras se representen (Alfonso Sastre). Los primeros se denominan posibilistas; los segundos, imposibilistas.

Antonio Buero Vallejo

Autor dramático más importante de la segunda mitad de siglo. Comienza escribiendo obras de tipo existencial, como Historia de una escalera. En su teatro experimental destaca La fundación.

Alfonso Sastre

Entre sus obras, siempre trágicas, destacan Escuadra hacia la muerte (conflicto entre la autoridad de un cabo y la libertad de sus soldados) o La taberna fantástica.

Teatro de los Sesenta

Los Vanguardistas

En los años 60 algunos autores crean un teatro novedoso y vanguardista influido, sobre todo por el teatro del absurdo y el teatro de la crueldad de Antonin Artaud. Continúan, en parte, temas de la etapa anterior la crítica al régimen, la denuncia social, la nueva sociedad consumista…, pero ahora se considera el teatro como un espectáculo en donde el texto literario es un ingrediente más y no necesariamente el más importante. Entre las compañías podemos citar a los grupos Tábano, Esperpento o Akelarre, de gran éxito en los años sesenta y setenta. Los autores más significativos de esta línea son:

  • Fernando Arrabal
  • Francisco Nieva

De todas formas, el teatro que en verdad triunfa es el heredero de la comedia burguesa donde predominan los enredos y la defensa del amor romántico entre personajes burgueses. Dentro del teatro comercial se encuentra también la figura de Antonio Gala, con obras como Anillos para una dama.

Las Últimas Dramaturgias

En el teatro español de las últimas décadas también se advierte una variedad de tendencias. En términos generales, podemos decir que la dramaturgia de fines del siglo XX se inclina por temas contemporáneos algunos dramaturgos son:

  • José Sanchís Sinisterra (¡Ay, Carmela!, sobre la Guerra Civil española).
  • José Luis Alonso de Santos mezcla en sus obras ingredientes de la comedia tradicional con el tono humorístico y satírico Bajarse al moro.
  • Fernando Fernán Gómez destaca por su logrado drama realista Las bicicletas son para el verano.