Aspectos Generales de las Cuentas Bancarias

El banco o caja comprobará la existencia legal de la entidad y quiénes son las personas responsables que pueden utilizar la firma social, así como su capacidad de obrar en nombre de la persona jurídica a la que representan. En el caso de comunidades de bienes, el procedimiento es similar, con la diferencia de que se bastantearán los documentos que otorguen representación a la persona que vaya a abrir la cuenta.

Cancelación de Cuentas

La cancelación de una cuenta se produce por iniciativa del cliente o de la entidad. En los documentos contractuales que se suscriben al abrir una cuenta suele figurar una cláusula por la cual tanto los clientes como el banco o caja pueden cancelarla de forma unilateral, previa comunicación de dicha decisión a la otra parte. Para evitar que este pacto sea abusivo o carezca de validez, las entidades de crédito suelen aceptar la cancelación sin previo aviso, a instancia de los clientes, mientras que las entidades se comprometen a preavisar dentro de un determinado plazo. Cuando el cliente solicita la cancelación de la cuenta, debe firmar un cheque por el total del saldo disponible que se le reintegre. El titular se compromete a devolver sus talonarios de cheques y pagarés, así como las tarjetas asociadas a la misma.

Descubiertos en Cuenta Corriente

Cuando el banco tiene suficiente confianza en su cliente, puede permitirle disposiciones de efectivo por encima del saldo que mantienen. Esto recibe el nombre de descubierto en cuenta corriente. Son auténticos créditos a corto plazo que las entidades bancarias conceden a sus clientes. Para evitar los riesgos, en el contrato de apertura se suele pactar la posibilidad de que el banco o caja cancelen dichos descubiertos con los saldos que los titulares tuvieran en otras cuentas. Las personas autorizadas en una cuenta corriente no están facultadas para dejarla en descubierto; por tanto, tampoco responderán de los descubiertos que hubieran producido los titulares. Los menores emancipados no gozan de dicha facultad. Cuando se desea cancelar la cuenta corriente, sus titulares deben ingresar el dinero para cubrir los posibles descubiertos y, posteriormente, percibirán el saldo a su favor.

Cuentas de Ahorro a la Vista

Las cuentas de ahorro a la vista se diferenciaban de las cuentas corrientes en varios aspectos: con las primeras se entregaba al titular una libreta para anotar los cobros y los pagos, mientras que con las segundas se entregaba un talonario de cheques para realizar pagos. Las cuentas de ahorro estaban destinadas a tener menos movimiento que las cuentas corrientes. Las cuentas corrientes solían producir un tipo de interés menor que las cuentas de ahorro, ya que estas últimas tenían entre sus objetivos el fomento del ahorro, al contrario que las cuentas corrientes, cuya función básica era facilitar los pagos y los cobros.

Hoy en día, las cuentas de ahorro mantienen un servicio de caja idéntico al de las cuentas corrientes. Las valoraciones de intereses son diarias en ambos tipos de cuentas, los tipos de interés suelen ser iguales en las cartillas de ahorro y en las cuentas corrientes, y existen cuentas que llevan asociadas una libreta y un talonario de cheques. Las cuentas de ahorro a la vista, al igual que las cuentas corrientes, son contratos de depósito irregular de dinero, reintegrables en cualquier momento, que llevan asociado un pacto de caja, mediante el cual la entidad depositaria realiza pagos y cobros conforme a las instrucciones de sus clientes. Existen cuentas de ahorro individuales, mancomunadas (o conjuntas), y solidarias (o indistintas). El titular debe presentar la libreta periódicamente en el banco para actualizarla. Las cuentas de ahorro pueden presentar descubiertos si las disposiciones superan el saldo disponible.

Imposiciones a Plazo Fijo

Las imposiciones a plazo fijo son depósitos de dinero inmovilizados en una entidad de crédito durante el plazo que se haya pactado entre la entidad y el cliente que entrega el dinero. Durante el plazo de la imposición, el depositante se compromete a no disponer de los fondos y, a cambio de una menor disponibilidad, el banco le abona un tipo de interés superior al de una cuenta de ahorro a la vista. Si quien contrata una imposición de esta naturaleza necesita el dinero depositado antes de su vencimiento, las entidades de crédito suelen permitir su disposición aplicando una penalización en los intereses.

Estas imposiciones se suelen materializar en una libreta de ahorros donde figura la identificación del titular, las imposiciones realizadas y sus fechas de constitución y vencimiento, así como los reintegros. La libreta es un documento intransferible. La libreta a plazo suele ir asociada a una cuenta de ahorro ordinaria o corriente donde se abonan los intereses. La entidad depositaria comunicará a los clientes la proximidad de la fecha del vencimiento de cada imposición y si estos no desean cancelarla en dicha fecha, la imposición se considerará prorrogada por otro plazo igual al que se había constituido. Las imposiciones a plazo también han adoptado la forma de certificados de depósito, que son documentos transmisibles a otras personas mediante el endoso de su titular. Mediante este endoso, el propietario de un certificado puede hacer efectiva su inversión antes del vencimiento. Actualmente, es un producto en desuso.

Depósitos Referenciados y Estructurados

El dinero que obtienen las entidades de crédito a través de estos depósitos se invierte básicamente en derivados financieros como futuros, opciones, etc.

Depósitos Referenciados

Los depósitos referenciados se establecen a un determinado plazo, generalmente superior a 2 años. Al cabo de este tiempo, el cliente recupera la cantidad pactada, más un porcentaje de la revalorización que haya obtenido el índice de referencia. Si el índice de referencia no se revaloriza, el depositante solo recupera la cantidad pactada.

Depósitos Estructurados

Los depósitos estructurados: la palabra nos indica que su composición no es única, sino que está formada por una cesta de valores. En la actualidad, tienen mala prensa, ya que las estructuras hipotecarias del mercado americano estuvieron en el origen de la crisis económica actual.