Crecimiento y Desarrollo Económico

¿Cuáles son las diferencias entre crecimiento y desarrollo económico?

El crecimiento económico es el aumento de la renta o del valor de bienes y servicios finales producidos por una economía en un determinado período de tiempo. Se puede medir el crecimiento económico como el aumento porcentual del PIB o PIB per cápita (PIB pc). El crecimiento económico, por sí solo, nada dice sobre cómo se han distribuido los mayores ingresos obtenidos en la sociedad, ni si los frutos de ese crecimiento se han traducido efectivamente en mejoras en los niveles de bienestar. Tampoco producir más es sinónimo de producir mejor.

La noción de desarrollo económico, por tanto, abarca una ecuación más compleja que la del mero crecimiento, dado que implica considerar no solo aspectos que hacen a la cantidad sino a la calidad del incremento de la producción y renta de las economías. Conduce asimismo a repensar las fuentes del crecimiento, no ya solo en términos de su aporte en cantidad —cuánto se crece— sino en clave de calidad —cómo se crece—. No puede ser aproximado mediante el uso de un solo indicador. Para medir las capacidades productivas de una economía es necesario recurrir a diversos indicadores que apuntan, de forma parcial, a medir el grado en que las sociedades invierten en los factores determinantes del desarrollo económico.

¿Cuáles son los factores del crecimiento?

Los factores de producción son los recursos que se emplean para producir bienes y servicios. Ningún factor por sí solo es capaz de promover el crecimiento económico, sino que este es el resultado de la interacción de varios factores que —en menor o mayor medida— están presentes en cualquier economía. Entre ellos se destacan:

  • Recursos naturales: Comprende no solo la cantidad de tierra disponible sino el conjunto de recursos naturales que detenta un país. Abarca, por tanto, otros aspectos como la fertilidad del suelo, el clima, la topografía, la disponibilidad de agua, etc.
  • Trabajo o mano de obra: Refiere a la cantidad de horas de tiempo que los habitantes de un país emplean en las actividades productivas.
  • Capital físico: Alude a la cantidad de capital físico existente en un país, comprendiendo los bienes de capital, la maquinaria y la infraestructura utilizada en la producción de bienes y servicios.
  • Progreso tecnológico: Se refiere a las mejoras en la forma en que se utilizan los factores productivos en la producción de bienes y servicios. La acumulación de conocimiento científico y tecnológico promueve avances en la eficiencia técnica del uso de los recursos productivos, generando por tanto incrementos del producto y de la renta de un país o región.
  • Capital humano: Refiere a las habilidades y los conocimientos asimilados por los habitantes de un país, sea a través de la educación formal como de la experiencia en el ámbito de trabajo. En este sentido, se vuelve una herramienta clave del proceso productivo y un factor determinante del crecimiento económico, siendo la educación un factor clave al destinar recursos.

¿Qué es la estructura productiva y qué importancia tiene para el desarrollo económico?

La estructura productiva está definida por aquellas actividades en las cuales recae la actividad productiva del país. El concepto de desarrollo económico, entonces, entendido como crecimiento económico con expansión de las capacidades productivas, supone reparar en las decisiones que cada país toma en materia de orientación productiva, de inversión en su población —mejorando el acceso a la educación y aumentando su capital humano—, así como en desarrollo tecnológico que redunde en una mejora de las capacidades productivas.

¿Qué es la desigualdad económica y cómo se mide?

Las posibilidades de acceso a bienes y servicios no están condicionadas solamente por las desigualdades entre países, sino también por la desigualdad de ingreso dentro de los países, es decir, entre los habitantes de cada país. Si bien el PIB pc nos ha servido hasta el momento para poder realizar comparaciones entre países y dar cuenta de la existencia de importantes brechas entre los logros obtenidos en materia económica por las sociedades, debemos analizar también qué sucede dentro de cada país y comprobar entonces cómo la desigualdad es también un fenómeno que se observa dentro de fronteras. En otras palabras, no solo importa en qué país se nace, sino también en qué hogar se nace.

El Índice de Gini constituye un indicador adecuado si lo que se quiere es medir el grado de desigualdad de ingresos existente en una economía. Como ya se mencionó, cuanto mayor el índice, mayor desigualdad.

¿Por qué el desarrollo económico con equidad es importante para el Desarrollo Humano?

La equidad constituye uno de los pilares centrales de las bases materiales del desarrollo por tres razones:

  1. En primer lugar, la desigualdad se contradice con las nociones de justicia inherentes al concepto de desarrollo humano.
  2. En segundo lugar, una alta desigualdad —aun permaneciendo constante— disminuye la eficacia con que el crecimiento económico reduce la pobreza, en tanto una baja desigualdad potencia el impacto del primero en la segunda.
  3. En tercer lugar, la desigualdad afecta la calidad del crecimiento económico, obstaculizando la propagación del progreso técnico y el logro de mayores niveles de capital humano, y alejando así la posibilidad de una ampliación de las capacidades productivas que devenga en un verdadero proceso de desarrollo económico.

Aportes del Pensamiento Cepalino en los Estudios del Desarrollo

¿Cuáles son los aportes del pensamiento cepalino en los estudios del desarrollo?

Las dificultades que ha encontrado la región para transitar un sendero de mejora en la calidad de vida de sus habitantes habrían actuado como estímulo decisivo en el surgimiento de espacios de discusión y reflexión colectiva sobre los problemas del desarrollo latinoamericano.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) constituyó (y constituye) un ámbito privilegiado de maduración de ideas. Tiene como base el sistema centro-periferia y al cambio estructural como eje del desarrollo.

¿En qué consiste la visión centro-periferia?

La peculiaridad del enfoque radica en señalar que el proceso de desarrollo no se corresponde con un proceso evolutivo general, donde la diferencia de los países radicaría en su avance o retraso relativo respecto de una misma trayectoria, sino que estos transitan caminos diferentes que están relacionados entre sí y que en conjunto constituyen un sistema, en el marco del cual existen regiones “centrales” y “periféricas”. Es decir, que no todos los países comparten la misma ruta hacia el progreso y que estos caminos diferentes están asociados al lugar que ocupan en este sistema global. En este marco, la situación del continente latinoamericano —y por extensión de otras regiones similares— no es de «atraso», sino de periferia; es decir, las economías periféricas no están atrasadas respecto a las centrales, sino que son diferentes.

¿Por qué es importante la especialización productiva según el pensamiento cepalino?

Los países centrales tienen una alta productividad tecnológica al utilizar maquinaria moderna y mejores técnicas y formas de organización de la producción y el trabajo. Esto permite que el progreso técnico se difunda a otros sectores y proveer a las economías periféricas bienes de capital y consumo sofisticados, mientras que estas últimas proveen materias primas y alimentos, generando así una especialización productiva complementaria. Desde la perspectiva cepalina, esta especialización perpetúa la dependencia y limita el desarrollo autónomo de la periferia.

¿Qué es la “transformación productiva con equidad”?

Es entendida como la transición de las economías primarias hacia la producción de bienes y servicios intensivos en tecnología y conocimiento, sin necesariamente especializarse en un sector o producto. En particular, deberían diseñarse políticas educativas y de ciencia y tecnología, tendientes a fomentar la innovación y a buscar nuevas formas de interacción entre los agentes públicos y privados para estos fines. A su vez, el éxito de la transformación productiva con equidad dependería en gran medida de avances sustantivos en los procesos de integración regional. Por su parte, como la transformación productiva no generaría de manera inmediata efectos sobre la incorporación de los sectores marginados, debería acompañarse de políticas redistributivas.

¿Cuáles son las recomendaciones de política emergentes del estructuralismo y neoestructuralismo?

Estructuralismo:

La recomendación central de la CEPAL en el estructuralismo fue la promoción de la industrialización por sustitución de importaciones (ISI), por la vía de que una porción creciente de la oferta de manufacturas fuera satisfecha mediante la producción local y regional. Para ello, el Estado debía dirigir una política de intervención y protección selectiva y cautelosa, combinada con una estrategia de integración regional que permitiera superar los obstáculos que el tamaño del mercado imponía aun a los más grandes países del continente.

Neoestructuralismo:

El neoestructuralismo plantea la necesidad de un clima macroeconómico apropiado y estable para procesar el cambio estructural (transformación productiva), entendido como la transición de las economías primarias hacia la producción de bienes y servicios intensivos en tecnología y conocimiento, sin necesariamente especializarse en un sector o producto. Sería necesario combinar el manejo macroeconómico con cambios institucionales y políticas sectoriales, articulando instrumentos de corto y largo plazo. En particular, deberían diseñarse políticas educativas y de ciencia y tecnología, tendientes a fomentar la innovación y a buscar nuevas formas de interacción entre los agentes públicos y privados para estos fines. Por su parte, como la transformación productiva no generaría de manera inmediata efectos sobre la incorporación de los sectores marginados, debería acompañarse de políticas redistributivas. Así como también se debe considerar la dimensión ambiental en el proceso de desarrollo, generando políticas económicas que integren este aspecto fundamental para lograr un desarrollo sostenible, dados los efectos socioeconómicos que tiene la degradación medioambiental. Todo lo anterior solo puede concebirse en el marco de una estrategia que privilegie la idea de que la formulación y aplicación de las políticas debe darse en un contexto democrático, pluralista y participativo.

Desigualdades y Enfoque de Capacidades

¿Por qué las desigualdades y cuál es su vínculo con el enfoque de las capacidades?

Las desigualdades como un fenómeno en “plural”. Plural porque se explica por distintos ejes estructurantes y se manifiesta en distintos ámbitos. Un enfoque multidimensional de la desigualdad implica, por lo tanto, analizar sus aspectos económicos, sociales, políticos y culturales, así como tomar en consideración los diferentes ejes estructurantes (o causantes) de las desigualdades que marcan las relaciones sociales, políticas y económicas de las sociedades. Se vincula con el enfoque de las capacidades ya que limita las oportunidades de las personas y grupos sociales, generando trabas en la libertad de estas.

¿Cuáles son los tres principales ejes estructurantes de las desigualdades planteadas?

Los tres principales ejes estructurantes de las desigualdades son:

  1. Desigualdad sustentada en el sistema sexo-género: Las personas, al nacer, son divididas en dos grandes categorías (binarismo biológico) en función de su genitalidad externa (macho o hembra). A su vez, lo que se espera de machos y hembras es que se comporten como “hombres y mujeres” respectivamente, lo cual se refleja a nivel simbólico, institucional, social y psicológico de formas distintas en unos y otras (binarismo cultural). Los “roles de género” son las expectativas diferenciales que operan sobre hombres y mujeres; a nivel simbólico, funcionan reproduciendo imágenes de lo que es femenino y masculino, de aquello que naturalmente les corresponde y en lo que supuestamente son buenos por naturaleza las mujeres o los hombres. Las mujeres han sido discriminadas por ser identificadas con la categoría “femenina”, cargada de valoraciones jerárquicamente inferiores a las valoraciones de la categoría “masculina”.
  2. Las desigualdades fundadas en aspectos étnico-raciales: Bajo el concepto de etnia nos referiremos a una población que comparte un sistema cultural y de valores, transmitido de generación en generación; mientras que el concepto de raza se refiere a una forma de agrupamiento social en función de características fenotípicas de sus integrantes. De esta forma, pueden existir etnias multirraciales y, a su vez, varias etnias dentro de una misma raza. Las diferencias étnico-raciales se traducen en sistemas de discriminación que pueden expresarse a través del racismo, la segregación y “simplemente” como prejuicios que históricamente han estado avalados por distintos tipos de instituciones formales e informales, que se fundan en una supuesta superioridad natural, heredada de la época colonial, de los blancos y europeos.
  3. La desigualdad económica: Refiere fundamentalmente a las diferencias jerárquicas que emergen en una sociedad centradas principalmente en diferencias de ingresos, riqueza y acceso a los recursos materiales. Es clave para entender la incidencia de la desigualdad económica en el desarrollo humano comprender que el ingreso (y la riqueza) de las personas o grupos condiciona el tipo de oportunidades que se puede tener en una sociedad y, por tanto —como se ha señalado—, las capacidades con que puede definir su plan de vida (agencia). Esto no solo afecta a las personas o grupos en el presente, sino que condiciona la estructura de oportunidades de las generaciones futuras, impactando por tanto en términos intergeneracionales.

¿Cuál es la interseccionalidad de las desigualdades?

Las desigualdades se manifiestan juntas, se retroalimentan y generan estructuras específicas de exclusión social. A esta superposición y relación que existe entre las diversas desigualdades se le denomina “interseccionalidad de la desigualdad”.

¿Qué importancia tienen las instituciones en la gestación o disminución de las desigualdades?

El tipo de desigualdades aquí tratadas tienen su origen en complejos procesos históricos, donde se gestaron y desarrollaron un conjunto de instituciones (formales e informales) que tienden a perpetuar los mecanismos de exclusión y segregación de determinados grupos sociales en el acceso a un conjunto determinado de recursos y oportunidades. Estas normas pueden ser formales —respaldadas por instituciones— o informales —respaldadas por la costumbre—; ambas se dan por acción u omisión.

Problemas Socioambientales y Desarrollo Sostenible

¿Qué son los problemas socioambientales?

Los problemas socioambientales se originan en las acciones que las sociedades humanas realizan para satisfacer sus necesidades, las cuales tienen un impacto —en mayor o menor medida— sobre su entorno. Cuando los recursos son utilizados a un ritmo mayor que las capacidades de la naturaleza para reproducirlos o de absorber los desechos generados, es que surgen los problemas.

¿A qué nos referimos cuando hablamos de crisis ambiental contemporánea?

Por primera vez, las interacciones de las sociedades humanas con su entorno están generando cambios globales, persistentes en el tiempo y extendidos en el espacio, que nos afectan a todos y no solo a la comunidad o pobladores locales o a la región donde se producen. Los dos principales resultados que se perciben por parte de los autores especialistas en la temática son el cambio climático y la pérdida de la diversidad biológica. Quizá en estos dos grandes problemas medioambientales pueda resumirse la crisis ambiental contemporánea.

¿Qué es y cómo se produce el cambio climático?

Por cambio climático (CC) se entiende una serie de transformaciones en el clima de la Tierra que impactan significativamente en los ecosistemas, la vida en general y la vida humana en particular. Se trata de uno de los principales problemas ambientales contemporáneos, junto a la pérdida de la biodiversidad y el «agujero» de la capa de ozono. Aunque los problemas están interrelacionados y ejercen sinergias entre ellos, se atribuye al aumento de la temperatura provocado por el ser humano la principal causa del CC.

El calentamiento global (incremento de la temperatura promedio de la Tierra) se origina en una modificación en las características del denominado «efecto invernadero» a través de la emisión masiva a la atmósfera de los denominados gases de efecto invernadero (GEI). El efecto invernadero es un fenómeno natural, fundamental para que la temperatura del planeta se mantenga en equilibrio y la vida sea posible. Consiste en la retención de parte de la radiación solar en la biósfera por la existencia en la atmósfera terrestre de ciertos gases. Pero la actividad humana ha generado emisiones de dichos gases en cantidades que hacen que se retenga más radiación y, en consecuencia, se produce un desequilibrio que resulta en la elevación de la temperatura.

¿A qué nos referimos con la doble injusticia del cambio climático?

Existe evidencia de que los efectos del CC se distribuyen de manera muy desigual entre los habitantes del planeta: las personas más vulnerables y expuestas a los riesgos derivados del fenómeno son las que viven en los países más pobres, aunque su contribución a la huella ecológica del mundo sea marginal o mínima en comparación con la de los países ricos. Todos los estudios realizados coinciden en destacar que los países de menor desarrollo relativo tienen más riesgo de sufrir desastres y que ese riesgo se ha incrementado en las últimas décadas. Es que un mayor nivel socioeconómico se corresponde con una mayor capacidad de absorber las pérdidas y con una mayor resiliencia. Los hogares pobres tienen menor capacidad para enfrentar los riesgos que conlleva el cambio climático.

¿En qué consisten las políticas de mitigación y adaptación?

  • Las medidas de mitigación son aquellas que contribuyen a reducir la acumulación atmosférica de gases de efecto invernadero y, por lo tanto, a retardar el impacto esperado de esas emisiones en el clima. Estas medidas pueden orientarse de manera conjunta o alternativa a abatir las emisiones de GEI y a aumentar la fijación de carbono en depósitos terrestres.
  • Las medidas de adaptación son las que persiguen el objetivo de adaptarse a los impactos del cambio climático. Estas pueden promover cambios en tecnologías, prácticas y políticas y, según los instrumentos, pueden clasificarse en reactivas y preventivas. Las medidas reactivas se caracterizan por implementarse a medida que se producen los cambios en el clima. Las medidas preventivas son aquellas que se implementan con la finalidad de prepararse para enfrentar el cambio climático futuro.

¿Qué es desarrollo sustentable o sostenible?

Se define como el desarrollo que satisface las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades.

Desarrollo Territorial y Local

¿Qué es el desarrollo territorial?

Desde el punto de vista del desarrollo, el territorio puede ser visto fundamentalmente de dos maneras: en primera instancia, como un proceso donde prima la concertación y la cooperación entre “actores del desarrollo” (individuos, organizaciones o grupos) o como procesos donde el conflicto es un elemento constante que debe ser gestionado para que el cambio ocurra. De estas visiones, para que exista una sociedad local como tal, además de condiciones socioeconómicas, debe darse una condición cultural: la existencia de un grupo humano que pertenece a un territorio, que se identifica con su historia —ya sea en la continuidad o en la ruptura—, y que muestra rasgos culturales comunes expresados en una identidad colectiva, cuya máxima expresión es un proyecto colectivo y compartido por los integrantes de ese territorio (Arocena, 1995).

¿A qué alude el concepto de territorialidad?

Apropiación y dominación son las dos expresiones que caracterizan a la territorialidad. En su dimensión simbólica, la territorialidad se expresa como apropiación, una representación materializada e inmaterializada del espacio, un modo de comprensión imaginada del espacio vivido, de ser, de existir (Fernandes, 2005). En el caso de la dimensión material, se expresa como dominación, es decir, la apropiación del control físico del espacio, tanto del hábitat como de los recursos que en él existen y las actividades que tienen lugar en ese espacio (Haesbaert, 2004).

La dimensión simbólica o cultural (apropiación) aparece con la efectividad suficiente como para generar la cualidad de «ser territorio», en tanto que el soporte material, por sí solo, no basta para constituirse en territorio. Funciona como criterio de delimitación del territorio mismo y de quienes lo materializan, establece quiénes son los que habitan ese territorio, quiénes viven en sus márgenes y quiénes están excluidos. Más que un soporte físico o material, refiere a las relaciones significativas que tienen lugar en y desde él. Miranda elabora una mirada del territorio que trasciende su espacio físico, entendiéndolo como un espacio político, económico, social, cultural y ambiental; y en donde se expresa la complejidad de la vida en sociedad. Cada territorio se construye como resultado de la intersección de diferentes fuerzas que se solapan e interactúan dándole un carácter específico: allí confluyen la impronta cultural, las relaciones de poder local, las fuerzas políticas de la organización nacional y las condicionantes originadas en las relaciones internacionales desde el plano regional hasta el contexto global.

¿Qué son los estilos de desarrollo?

Un estilo de desarrollo es un diseño de proyecto alternativo de construcción de la sociedad deseable y posible que responden a los intereses sociales predominantes en un determinado tiempo y espacio (Graciarena, 1998; Pinto, 1986 en Mandressi 2017). Un estilo de desarrollo supone establecer determinadas orientaciones con respecto a tres elementos, según identifica Pinto (1986):

  • Para quiénes produce la economía.
  • Cómo se produce.
  • El grado de autonomía de la comunidad.

Además, se trata de alternativas viables, tanto física, social y políticamente. De esta forma, los estilos de desarrollo son proyectos que pueden concretarse en el territorio con los recursos —económicos y sociales— disponibles, con las actitudes que identifican al territorio y con el apoyo de algunos grupos sociales del territorio con suficiente poder para imponer su visión (Pinto, 1986).

¿Por qué se requiere negociar para un proyecto colectivo?

La negociación puede ser entendida también como aquella instancia en la que dos o más partes deben resolver un problema en común que se asienta en un desacuerdo. Esto implica entender la negociación como la construcción compartida de soluciones y habilita un proceso creativo para alcanzarlas. Si se logra canalizar la negociación por estos carriles, el conflicto ofrece una oportunidad como fuerza dinámica promotora del cambio social y, en tal sentido, los procesos de desarrollo podrían verse favorecidos por esa dinámica. Costamagna & Larrea (2015) proponen que los procesos planteados en términos de diálogo y negociación (como el desarrollo local) precisan, en la práctica, de una forma de trabajar que conecte los distintos elementos del territorio, y a esa forma de trabajar le denominan facilitación. La construcción de espacios de diálogo se traduce en redes y estructuras institucionales donde cada actor tiene una posición determinada, influyendo desde esa posición en función del poder que tenga.

¿Qué es el desarrollo local?

Cuando se habla de «desarrollo local» se hace referencia a un proceso multidimensional que, llevado adelante por actores que pertenecen o que inciden con sus decisiones sobre un territorio determinado, puede promover el dinamismo económico y/o la mejora en la calidad de vida de cierta población. Las decisiones que afecten a la localidad pueden ser tomadas desde lo local o desde otro nivel, como puede ser el nacional o incluso el internacional. La preeminencia de decisiones que responden a intereses locales respecto a otros intereses es lo que define que un proceso sea de desarrollo local. Tiene tres dimensiones donde se articulan estos procesos:

  1. Económica: en la que los empresarios locales usan su capacidad para organizar los factores productivos locales con niveles de productividad suficientes para ser competitivos en los mercados.
  2. Político-administrativa: donde las políticas territoriales permiten crear un entorno económico local favorable, protegerlo de interferencias externas e impulsar el desarrollo local.
  3. Sociocultural: en la que los valores y las instituciones locales sirven de base al proceso de desarrollo.

A partir de esta definición es posible identificar el aspecto multidimensional y complejo de los procesos de desarrollo local. A lo largo de este capítulo se ha abordado el desarrollo territorial como un proceso de cambio orientado, político, de acciones y decisiones que los actores que operan en un territorio ejecutan. Estos actores poseen diversos intereses, lógicas de acción y escalas de influencia; e importa destacar que no se trata solo de aquellos individuos u organizaciones que habitan en ese determinado espacio local, sino que son considerados actores locales también aquellos que sin pertenecer a ese espacio influyen en él con sus acciones y/o decisiones (Arocena, 1995).

¿Por qué ha adquirido un lugar de relevancia este enfoque en los procesos de desarrollo en las últimas décadas?

Para algunos, el desarrollo económico local ha adquirido un lugar de relevancia en los procesos de desarrollo debido a que los instrumentos de intervención del Estado han perdido eficacia en la regulación de la economía. Este tipo de proyecto de desarrollo no surge por generación espontánea, sino como resultado de una situación en la que se busca una ruta diferente y alternativa al desarrollo nacional. En este sentido, el desarrollo local se transforma en estrategia e instrumento del desarrollo.

Para Barreiro (2000), desde una perspectiva ideológica (definida a priori) el desarrollo local sería un nuevo paradigma de buen desarrollo, una utopía local. Lo que no se puede realizar a nivel nacional o estatal se podría hacer a nivel local, en gran medida, como resultado de la voluntad de unos actores que cooperan y que defienden intereses compartidos sobre el futuro de la localidad o comunidad.

¿Es importante la presencia de capital social para el desarrollo local? ¿Cuál componente es más importante?

Es difícil decirlo, pero el autor destaca en primer lugar la importancia de la movilización y participación de los actores locales. Esto supone la construcción de capital social comunitario y de identidad regional, fundamental para sostener cualquier iniciativa. Sin embargo, ni el capital social ni la identidad regional son elementos preexistentes en el territorio, sino que son activos intangibles que deben ser construidos localmente. Para ello, pasa a ser fundamental la existencia de espacios de concertación y participación que pueden ser promovidos por los gobiernos locales o las empresas. Muchos estudios sobre desarrollo local plantean que el fortalecimiento de la capacidad de gestión de los actores locales constituye una de las principales tareas, ya que es a nivel local donde pueden percibirse con mayor precisión las especificidades, restricciones y potencialidades de los territorios y en el que la población puede ser llamada a participar activamente en el diseño de respuestas (CEPAL, 1999).

Se reconoce que la articulación de actores es una actividad fundamental para el diseño y aplicación de políticas públicas; sin embargo, se reconocen muchas experiencias que fracasan al partir del supuesto de que existen actores locales capacitados para llevar adelante estos procesos. La construcción de estos actores se convierte en parte fundamental de los postulados del enfoque de desarrollo territorial, jerarquizando el concepto de empoderamiento y capital social en un sentido amplio, promoviendo la participación y la cooperación entre organizaciones para construir sinergias territoriales. También se consideran nuevas formas de cooperación y articulación de los instrumentos institucionales presentes en la sociedad local o regional, sean ellos de carácter público o privado.

¿Cómo es la relación global-local?

Como señala Arocena (2001), habría tres maneras de situarse frente a la relación global-local:

  1. Aquellos que conciben la globalización como una amenaza que tiende a eliminar las autonomías locales. En esta concepción, el desarrollo local es un imposible en las actuales condiciones internacionales.
  2. Los que ven lo «local» como una alternativa frente a la globalización, que resignifica a los actores locales en una especie de cruzada antiglobal.
  3. Aquellos que conciben la globalización como una oportunidad y un desafío a explotar en pro del desarrollo local, diseñando estrategias de competitividad distintivas.

En el nuevo contexto de la globalización existe preocupación por el territorio, «se busca insertar a los territorios en los exigentes escenarios de la competitividad internacional y potenciar los grados de libertad que ofrecen a estos los procesos de descentralización, definiéndose el desarrollo regional como un proceso de cambio estructural, localizado (en un territorio denominado “región”) que se asocia al permanente progreso de la propia región, de la comunidad que habita en ella y cada individuo miembro de la comunidad y habitante del territorio».