El Coliseo Romano: Un Icono de la Ingeniería y el Espectáculo Imperial

El Coliseo, también conocido como Anfiteatro Flavio, fue construido en época del emperador Vespasiano y fue inaugurado por su hijo Tito en el siglo I d. C. El nombre “anfiteatro” significa “dos teatros” y es una construcción original romana, exponente de su carácter pragmático. Estaba destinado a la diversión del pueblo: luchas de gladiadores, batallas mitológicas o históricas, e incluso podía inundarse para representaciones de batallas navales. Era tal el gusto por estos espectáculos que existían equipos encargados de buscar y proporcionar animales para ellos.

Características Arquitectónicas

Materiales de Construcción

Los materiales utilizados en su construcción son muy diversos, lo que demuestra la versatilidad de la ingeniería romana:

  • Hormigón: Para los cimientos, gradas y bóvedas de cañón.
  • Mármol Travertino: Utilizado en los pilares.
  • Toba volcánica: Otro material pétreo empleado.
  • Ladrillo con hormigón: Para diversas estructuras.
  • Mármol y estuco: Para revestimientos decorativos.

Sistema Arquitectónico y Estructura

El sistema arquitectónico predominante es el abovedado. Los elementos constitutivos principales son los arcos y las bóvedas. Un complejo juego de bóvedas y arcos de medio punto constituía todo el graderío. En cuanto a la cubierta, el edificio estaba preparado para ser cubierto con una lona o toldo en la parte de las gradas, protegiendo a los espectadores del sol o la lluvia.

Planta y Fachada

La planta del Coliseo tiene forma ovalada, con dimensiones extraordinarias, lo que indica la gran capacidad de la arquitectura romana para realizar obras de gran envergadura. Esta forma permitía observar perfectamente todos los espectáculos desde cualquier punto del edificio.

La estructura de la fachada tiene cuatro niveles:

  • Los tres primeros están formados por arquerías de medio punto, enmarcadas por columnas con superposición de órdenes: toscano en el primer nivel, jónico en el segundo y corintio en el tercero. Encima de las columnas, se encuentra un entablamento o dintel.
  • El cuarto nivel, añadido posteriormente, presentaba una decoración en forma de estrechas pilastras corintias que enmarcaban ventanas cuadradas.

Se conservan algunas ménsulas que sujetaban los mástiles que servían para fijar un inmenso toldo que cubría el edificio. El acceso y la salida se realizaban a través de los 80 arcos del piso inferior, permitiendo un flujo eficiente de espectadores.

Proporción y Decoración

En cuanto a la proporción, el ritmo es, por una parte, ondulado debido a la sucesión de arcos, compensado por la verticalidad de las columnas adosadas, cuya función era decorativa y no sustentante. En la antigüedad, además de los órdenes arquitectónicos, la fachada estaba adornada con esculturas mitológicas y escudos de bronce que, lamentablemente, no han llegado hasta nosotros.

Interior del Coliseo

El interior del Coliseo se dividía en los siguientes espacios principales:

  • Subterráneo: Una compleja red de galerías, estancias abovedadas, escaleras y ascensores de poleas que se utilizaban para subir las fieras y los elementos escenográficos a la arena.
  • Arena: Era el espacio central donde se desarrollaban los espectáculos. Su nombre proviene de la arena que cubría el suelo para absorber la sangre y facilitar la limpieza.
  • Graderío o Cávea: Se levantaba sobre bóvedas superpuestas de cañón y de aristas, sustentadas por pilares. Su interior era, por tanto, una compleja red de galerías abovedadas que permitían el acceso y la circulación de los espectadores.

Este edificio podía acoger a aproximadamente 50.000 espectadores y era un espacio jerárquico, reflejando la estructura social romana. Estaba dividido en cinco niveles:

  • El más bajo estaba reservado para senadores y tribunos.
  • Hasta el tercer nivel, los asientos eran de mármol.
  • A partir del tercer nivel, los asientos eran de madera para las clases inferiores, que a menudo veían los espectáculos de pie. El uso de madera en estos niveles superiores contribuía a reducir la presión sobre las paredes, bóvedas y pilares interiores.

Contexto Histórico y Cultural

Esta obra se sitúa en los comienzos del Imperio Romano. Tras la crisis producida por los emperadores anteriores, la llegada de Vespasiano a la dignidad imperial consolidó una nueva forma de poder, trayendo estabilidad y una gran actividad constructiva y escultórica. El nombre “Coliseo” viene dado por la colosal estatua de Nerón que se encontraba cerca.

La construcción del Coliseo se puede considerar como un regalo del emperador al pueblo de Roma y, por tanto, un acto de propaganda. Es un edificio innovador que indica el carácter funcional de la cultura romana, uniendo la estructura de dos teatros griegos con la originalidad de los complejos subterráneos.

Función y Propósito

El Coliseo era principalmente un edificio de ocio, destinado a entretener dentro del contexto de “pan y circo” (panem et circenses), que ejemplifica la costumbre de los emperadores romanos de alimentar al pueblo y ofrecerle espectáculos para mantenerlo distraído de los asuntos políticos. Posteriormente, la Iglesia Católica lo adoptó como un símbolo de los mártires cristianos que perecieron en su arena.

Significado y Legado

Es un edificio duradero que aún se mantiene en pie, a pesar de que durante mucho tiempo sirvió de cantera. Refleja el carácter funcional de la arquitectura romana, ya que era capaz de acoger a 50.000 espectadores. Es un edificio monumental y grandioso al servicio de la funcionalidad, pero también de la propaganda del emperador.

Valoración Arquitectónica y Influencia

Su estructura, que permite levantar la cávea a base de la superposición de bóvedas, es un ejemplo del dominio que los arquitectos romanos ejercieron sobre la ingeniería, al igual que la construcción de acueductos y puentes que aún hoy se conservan en excelente estado. Por otra parte, la superposición de órdenes arquitectónicos y la unión de arco y dintel serán elementos que influirán notablemente en el Renacimiento.

Este tipo de construcciones se extendió por todo el Imperio como un claro ejemplo de romanización, como se puede observar en el anfiteatro de Nimes en Francia o el anfiteatro de Itálica en Hispania.