La Oratoria y la Epistolografía en la Antigua Roma: Evolución y Estilos
La Oratoria en la Antigua Roma
La **oratoria en Roma** estuvo intrínsecamente ligada a la **libertad de expresión**, alcanzando su máximo esplendor durante la República y experimentando un declive, aunque sin perder su relevancia, durante el Imperio. Su práctica se vio paulatinamente confinada a las **escuelas de retórica**, distanciándose de la esfera pública y reservándose para las élites cultas.
Oratoria Romana Pre-Cicerón
Antes de la figura de Cicerón, la oratoria romana presentó diversas manifestaciones:
- Las laudationes funebres: Constituyeron los primeros discursos orales, pronunciados en funerales con el fin de elogiar a los difuntos.
Entre los oradores destacados de este periodo se encuentran Sulpicio Galba, los hermanos Graco, Marco Antonio y Craso. En Roma se desarrollaron principalmente dos estilos de oratoria:
- Ático: Caracterizado por la sobriedad y la mesura.
- Asiático: Distinguido por su expresividad y un tono más exagerado, a menudo más afín a la tradición romana.
Escipión Emiliano, por su parte, se mostró más refinado y abierto a la cultura griega, influenciado por el estoicismo.
Marco Tulio Cicerón: El Maestro de la Palabra
Cicerón vivió en un periodo de intensa agitación política en Roma, marcado por guerras civiles y luchas de poder. Fue testigo de enfrentamientos cruciales como el de Mario contra Sila, César contra Pompeyo, la rebelión de Espartaco y la conspiración de Catilina. Defendió con vehemencia la República y se opuso a César, a quien consideraba una amenaza dictatorial. Tras el asesinato de César, Cicerón continuó su lucha contra Marco Antonio, a quien atacó en sus célebres Filípicas, discursos que finalmente le costaron la vida.
Obra Oratoria de Cicerón
Sus discursos se clasifican en dos grandes grupos:
- Discursos Judiciales: Pronunciados en los tribunales. Entre los más destacados se encuentran:
- In Verrem: Siete discursos contra Cayo Verres, gobernador de Sicilia, cuya contundencia llevó a Verres al autoexilio tras la presentación de solo dos de ellos.
- Pro Fonteio y Pro Rabirio: Relacionados con casos de prevaricación y malversación de fondos.
- Pro Milone: Defensa de Milón, acusado de asesinar a Clodio, un acérrimo enemigo político de Cicerón.
- Pro Archia Poeta: En defensa del poeta griego Archias y, por extensión, de la importancia de las letras.
- Pro Ligario: Defensa de un opositor a César.
- Discursos Políticos: Pronunciados en el Senado o el Foro. Entre ellos sobresalen:
- De Imperio Pompeii: En apoyo a Pompeyo frente a César.
- Catilinarias: Cuatro discursos contra Catilina, quien intentó conspirar contra la República tras perder las elecciones al consulado.
- Filípicas: Catorce discursos dirigidos contra Marco Antonio, cuya respuesta fue ordenar su ejecución.
Tras su regreso del destierro impuesto por Clodio, Cicerón pronunció discursos de agradecimiento al Senado y al pueblo: Cum senatui gratias egit y Cum populo gratias egit.
Estilo Oratorio Ciceroniano
El estilo de Cicerón evolucionó a lo largo de su carrera. Inicialmente influenciado por el asianismo (caracterizado por frases largas y un tono grandilocuente), con el tiempo desarrolló un estilo propio, fusionando elementos de esta corriente con el aticismo (más conciso y refinado). Aunque nunca adoptó una sobriedad absoluta en su expresión, su habilidad para estructurar y embellecer sus discursos es innegable.
Obras Retóricas de Cicerón
Cicerón fue también un destacado teórico de la oratoria, autor de varios tratados fundamentales:
- De Oratore y Orator: Manuales sobre el arte del discurso.
- Brutus: Una historia de la oratoria romana.
- De optimo genere oratorum, Partitiones oratoriae y Topica: Estudios sobre técnicas retóricas.
Las Cinco Fases del Proceso Oratorio según Cicerón
En sus escritos, Cicerón estableció las cinco fases del proceso oratorio:
- Inventio: La búsqueda de argumentos.
- Dispositio: La organización del discurso.
- Elocutio: El embellecimiento del lenguaje.
- Memoria: Las estrategias para recordar los puntos clave.
- Actio: El uso de la voz, los gestos y el énfasis al hablar.
Estructura Ideal del Discurso
Además, describió la estructura ideal del discurso:
- Exordium: La introducción, diseñada para captar la atención del auditorio.
- Narratio: La exposición del tema o los hechos.
- Argumentatio: La presentación de pruebas (probatio) y la refutación de objeciones (refutatio).
- Peroratio: La conclusión, orientada a persuadir y emocionar al público.
Cicerón creía que un buen orador debía docere, delectare et movere (instruir, deleitar y emocionar). Tras su muerte, su legado perduró en las escuelas de retórica, donde sus discursos y tratados se convirtieron en textos de referencia obligada.
La Epistolografía Romana: Un Género Literario
La **epistolografía** es un género literario considerado menor en comparación con la épica o la oratoria, pero los romanos supieron aprovecharlo al máximo. Aunque la Grecia clásica no lo desarrolló de forma exhaustiva, sí estuvo presente en la Grecia helenística y prebizantina.
Características Generales de las Cartas
Las cartas contaban con un emisor y un destinatario, que podían ser reales o ficticios. Se escribían a mano o se dictaban, redactándose en tablillas o papiro, y posteriormente se sellaban con cera. Los tabellarii se encargaban de su transporte.
Las epístolas se dividen en dos categorías principales: privadas y públicas.
Cartas Privadas
Eran dirigidas a un destinatario concreto y solían ser breves y coloquiales. Cicerón distinguía dos tipos:
- Informativas: Comunicaban hechos relevantes para el destinatario.
- Expresivas: Transmitían sentimientos sin necesidad de narrar acontecimientos.
Algunas cartas se escribían con fines de entretenimiento, como las que Cicerón dirigió a Ático. La estructura básica de las cartas privadas constaba de saludo, cuerpo y despedida.
Cartas Públicas
A las cartas públicas, generalmente escritas en prosa, se las suele denominar epístolas para distinguirlas de las cartas privadas. Sus características son:
- El destinatario es un público amplio, o alguien que actúa como mera pantalla.
- La extensión suele ser considerable, asemejándose a un ensayo.
- El contenido no es personal ni íntimo, sino de naturaleza amplia y de interés general.
- El lenguaje es cuidado y elaborado, distanciándose del tono coloquial y espontáneo.
Autores Destacados en la Epistolografía
Horacio
(65-8 a. C.) Autor de dos libros titulados Epistulae, escritos en verso. El primero es un comentario sobre su visión de la sociedad romana de su época. El segundo, dirigido a los hermanos Pisón, aborda la teoría literaria. Horacio, siguiendo su propia opinión sobre la literatura, juzga negativamente las creaciones alejandrinas, opta por los autores de la época clásica, ofrece consejos sobre composición y forma, y reflexiona sobre las relaciones entre el arte y el artista. Quintiliano denominó a esta epístola Ars poetica, nombre con el que ha perdurado hasta nuestros días.
Ovidio
Ovidio es considerado el genio de la carta poética. Nos ha legado varias obras epistolares:
- Tristia: Elegías compuestas a raíz de su destierro a Tomis.
- Epistulae: Cuatro libros de cartas en dísticos elegíacos escritas durante el exilio, que reflejan súplicas, adulaciones serviles al emperador, llamamientos a su esposa y estados de desesperación. Estas cartas solo difieren de la elegía en que nombran a los destinatarios.
- Heroidas: Compuestas alrededor del año 1 a.C., son una colección de cartas dirigidas por heroínas legendarias a los hombres que las amaron y luego las abandonaron (ejemplos: Penélope a Ulises, Briseida a Aquiles, Hero a Leandro). Son monólogos dirigidos a una segunda persona que, aunque no las recibiría jamás, era la única que podía comprenderlas. A pesar de la repetición de motivos (abandono, soledad, tristeza, esperanza de reencuentro, firmeza en el amor), resultan sumamente atractivas por tratarse de figuras destacadas del mito y la leyenda. En algunos casos, estas cartas tienen una respuesta del amado, multiplicando la ficción.
Ausonio
(310-395 d. C.) Reunió su obra completa en 20 volúmenes bajo el título de Opuscula. Entre sus escritos se encuentra el epistolario dirigido a su amigo Paulino de Nola, en el que le insta a no ordenarse sacerdote. Se trata de una correspondencia personal.
El Epistolario de Cicerón
Cicerón (106-43 a. C.) escribió cerca de 2000 cartas, de las cuales se conservan aproximadamente 900. Exactamente 774 son suyas, mientras que las 90 restantes son respuestas de sus destinatarios. La mayoría de las cartas se conservan completas, aunque algunas fragmentarias. El conjunto está agrupado en 37 libros, clasificados de la siguiente manera:
- Epistulae ad Atticum: 16 libros de cartas destinadas a su amigo T. Pomponio Ático; son las más antiguas.
- Epistulae ad familiares: 16 libros dirigidos a personas de su entorno familiar.
- Epistulae ad Quintum fratrem: 3 libros destinados a su hermano Quinto.
- Epistulae ad Brutum: 2 libros dirigidos en el año 43 a. C. a quien se convertiría en asesino de Julio César.
En estas cartas, Cicerón se muestra más auténtico y sincero, expresando virtudes, defectos, ambiciones, decepciones, problemas políticos y económicos, sentimientos encontrados y reflexiones ante situaciones concretas, tanto públicas como privadas. Estas cartas constituyen un valioso documento para comprender la etapa histórica de Roma que le tocó vivir. Cicerón demostraba una notable habilidad para cambiar de registro, empleando períodos más breves y giros más coloquiales, sin perder su estilo característico ni su dominio de la lengua y la subordinación.
El Epistolario de Plinio el Joven
Plinio el Joven (62-114 d. C.), sobrino de Plinio el Viejo, escribió, recopiló y editó sus propias cartas (Epistulae), aunque sin seguir un orden cronológico estricto. La recopilación consta de 122 cartas distribuidas en diez libros:
- Los nueve primeros libros incluyen correspondencia personal e íntima de diversa índole. Son originales y, hasta cierto punto, polémicos. En ellos, el destinatario sirve de pretexto para que el autor exponga un tema concreto de manera correcta y elegante. Plinio aborda temas de la vida cotidiana, aspectos de la sociedad, hechos históricos, describe villas, paisajes, obras de arte y especula sobre temas literarios. El conjunto de estas cartas ofrece al lector una visión de la sociedad de la época, que, según la perspectiva de Plinio, se presenta como tranquila, próspera, feliz y amante de las artes y las letras.
- El décimo libro se centra en las cartas enviadas al emperador Trajano y las respuestas recibidas de este. Esta correspondencia debe entenderse en el marco institucional que define la posición de Trajano como emperador y la de Plinio como gobernador de la provincia de Bitinia.