Leonardo Torres Quevedo: Un Genio Adelantado a su Tiempo

El ingeniero español Leonardo Torres Quevedo está siendo reconocido mundialmente por sus destacadas contribuciones a la Historia de la Ciencia y la Tecnología. Su legado abarca desde la navegación aérea hasta los albores de la inteligencia artificial, marcando hitos que revolucionaron su época y sentaron las bases para futuros desarrollos.

Pionero de la Innovación: Otras Invenciones Destacadas

  • En 1887, patentó en los países más avanzados de Occidente (Alemania, Reino Unido, Francia, Suiza, EE. UU.) el “transbordador”, un sistema de teleférico de cables múltiples de tensión constante que, tras su apertura al público en San Sebastián en 1907, se convertiría en el primer teleférico para pasajeros de la historia.
  • Entre 1893 y 1895, Torres Quevedo concibió máquinas de calcular que resolvían ecuaciones algebraicas (e imprimían las soluciones).
  • En 1896 patentó los “indicadores coordenados”, la primera concepción de un navegador urbano y precursor del GPS.
  • En 1902, inventó el primer aparato de mando a distancia de la historia, el “Telekino”.
  • En 1912, construyó un jugador de ajedrez automático, la primera máquina dotada de inteligencia artificial.
  • En 1914 publicó los ensayos sobre Automática, la que probablemente sea la obra cumbre de la Historia de la Ciencia Española.
  • En 1916, el “Spanish Aerocar” del Parque del Río Niágara, en Canadá, se convirtió en el primer teleférico de pasajeros de toda Norteamérica, sobrevolando también territorio de EE. UU. desde hace más de 90 años sin haber sufrido ningún accidente.
  • En 1920 presentó en París el primer ordenador efectivo de la historia, el “aritmómetro electromecánico”.

La Búsqueda de la Navegación Aérea: Un Desafío del Siglo XX

Pero en 1901, Torres Quevedo se había embarcado en la búsqueda de la solución de uno de los grandes problemas pendientes que la humanidad enfrentaba al comenzar el siglo XX: el problema de la navegación aérea. En aquellos momentos, la aviación no existía (de hecho, el primer vuelo de los hermanos Wright, planeando al ras del suelo unos metros, no tendría lugar hasta diciembre de 1903) y no sería una verdadera solución al problema hasta la Primera Guerra Mundial. Las únicas aeronaves efectivas, entonces, eran los globos y las que acabarían conociéndose como los dirigibles.

Sistemas de Dirigibles Existentes: Rígidos y Flexibles

En aquellos momentos existían básicamente dos sistemas de dirigibles:

  • Los rígidos: Construidos de acuerdo con los diseños del conde alemán Ferdinand von Zeppelin. Tenían una estructura interna rígida de metal, en la que se situaban varias células de hidrógeno y una envoltura de tela que cubría toda la estructura. Tenían una forma estable, pero no se podían plegar ni desinflar, el volumen de los elementos externos suspendidos ofrecía gran resistencia al avance y padecían oscilaciones transversales; lo que es peor, en caso de impacto, la catástrofe estaba garantizada.
  • Los no rígidos o flexibles: Entre los que destacaban los ensayados por el millonario deportista brasileño Alberto Santos Dumont. Tenían una envoltura impermeable, sin elementos rígidos, que se inflaba con hidrógeno. Podían desarmarse y transportarse con facilidad una vez desinflados, pero dependían de la sobrepresión interior para mantener la forma y necesitaban tirantes de suspensión emplazados a lo largo de toda la envoltura para que el peso de la barquilla no doblara el dirigible por la mitad. Soportaban ciertos impactos, pero eran inestables.

Un tercer sistema, el semirrígido, se construyó al año siguiente: el “Le Jaune”, diseñado por Henri Julliot y construido en Francia por Édouard Surcouf para los hermanos Lebaudy. Tenía una quilla metálica plana situada horizontalmente en la base de la envoltura, sin ningún elemento interno, de la que colgaba la barquilla, e hizo su vuelo inaugural en 1903.

La Innovación de Torres Quevedo: El Dirigible Autorrígido

Como adelantábamos antes, durante la primavera de 1901, Torres Quevedo comenzó a concretar sus estudios sobre aerostación. Complementariamente a su estudio teórico-físico-matemático, en estos trabajos ofreció el diseño de un dirigible semirrígido, con una compleja estructura interior a lo largo de toda la envoltura que constituyó una verdadera revolución para su tiempo.

Torres Quevedo concibió una envoltura trilobulada (es decir, con tres diámetros más pequeños), con tres cables longitudinales (de cuerda) tensados en las intersecciones de cada dos lóbulos. Dentro de la envoltura, y sobre la base de estos tres cables, se emplazaba una estructura longitudinal de sección triangular, constituida por cuerdas, cortinas permeables de lona, cables metálicos y dos largueros también metálicos. Los cables longitudinales y la estructura se rigidificarían conjuntamente por la sobrepresión de gas, de modo que, una vez inflado, el conjunto actuaría como una estructura interna rígida.

El inventor español había concebido una compleja estructura interior, situada a lo largo de una envoltura del aerostato: una viga funicular de sección triangular constituida por cuerdas, cortinas permeables y cables de metal, quilla y largueros que se rigidificaban conjuntamente por la sobrepresión del gas. La patente fue adquirida por la casa francesa Astra, la cual fabricó más de treinta unidades entre 1911 y 1925, conocidas como los “Astra-Torres”. Además, en el Reino Unido se construyeron entre 1915 y 1919 más de sesenta unidades basadas en el diseño de Torres Quevedo.

En su informe ya citado de 1902, elevado a la Academia de Ciencias de París acerca del proyecto de dirigible presentado por Torres Quevedo, se afirmaba que “la principal innovación introducida por el autor radica en situar todos los tirantes de suspensión en el interior de la envoltura”.

Legado y Reconocimiento de los Dirigibles de Torres Quevedo

La creación de Torres Quevedo seguía constituyendo un descubrimiento de relevancia internacional, con el que había conseguido los objetivos planteados. En España, la prensa anunciaba las pruebas públicas que debían realizarse en septiembre en presencia del rey Alfonso XIII.

Finalmente, la también francesa casa Zodiac fabricó otros dos dirigibles autorrígidos trilobulados entre 1931 y 1936, los “V-11” y los “V-12”.

Transcurrida una década desde la venta del último “Astra-Torres”, y en un contexto internacional dominado por los grandes modelos rígidos basados en el sistema Zeppelin, otra casa francesa, ahora Société Zodiac (más conocida después por sus lanchas neumáticas), retomaría la construcción de dirigibles del sistema “Torres Quevedo”. Comenzaron en 1930 con la Vedette “V-10” de 1100 m³, un pequeño dirigible bilobulado, y culminaron en 1931 y 1936 con los modelos “V-11” (3400 m³) y “V-12” (4100 m³).