Descartes y la Revolución del Pensamiento Moderno: Razón, Duda y Certeza
Contexto Histórico y Filosófico del Siglo XVII
El siglo XVII, conocido como el período del Barroco, fue una época de profundas transformaciones sociales, políticas y culturales. Se consolidaron los Estados nacionales y las monarquías absolutas, mientras que la burguesía afianzó su dominio económico, social y político. El capitalismo emergente impulsó la formación de grandes compañías comerciales. Paralelamente, una nueva mentalidad fomentó el avance de la ciencia y la técnica. En el ámbito religioso, las tensiones entre el catolicismo y el protestantismo, herencia de la Reforma y la Contrarreforma, se radicalizaron, culminando en la devastadora Guerra de los Treinta Años, que afectó a toda Europa, provocando crisis económicas y demográficas, agravadas por epidemias como la peste.
El desarrollo del pensamiento cartesiano se enmarca en un proceso iniciado en el Renacimiento, caracterizado por la ruptura definitiva con la cristiandad medieval, el descubrimiento de América, el humanismo y la Revolución Científica. Esta última supuso el abandono de la física aristotélica y la imagen geocéntrica del universo. El siglo XVII también fue testigo de una crisis de la razón, originada por la quiebra de la confianza en el antiguo orden del mundo, basado en el sistema aristotélico-atomista. El Barroco, como corriente cultural, se manifestó con un marcado pesimismo, percibiendo el mundo como algo complejo, inestable y sujeto al capricho de la fortuna, donde todo es contingente y azaroso.
René Descartes: El Padre de la Filosofía Moderna
René Descartes inaugura la filosofía moderna, marcando una ruptura con la filosofía medieval. Este quiebre ya había sido propiciado por el Renacimiento, al cuestionar la fe como única fuente de conocimiento. Los filósofos modernos iniciaron un pensamiento original y propio, centrado en el problema del conocimiento debido a una evaluación negativa de la tradición filosófica anterior. Se hizo necesario un estudio riguroso del conocimiento para encontrar una base sólida que garantizase la certeza de lo conocido, construyendo un edificio filosófico nuevo, sin dogmatismos y respetando la autoridad del maestro.
La filosofía de Descartes es una búsqueda de un terreno firme para la razón, respondiendo a las necesidades de su tiempo histórico. La nueva época se caracterizaba por la autonomía de la razón, lo que significa que el ejercicio de la razón no podía ser coartado por ninguna instancia ajena a ella. La razón se erigió como el principio y juez supremo de la verdad. De esta premisa surgieron dos grandes corrientes filosóficas:
- Racionalismo: Predominante en el continente europeo, defiende que la razón es el origen del conocimiento y el principio supremo que conduce al hombre a la verdad. Los racionalistas postulan la existencia de ideas innatas y toman como modelo el método matemático, partiendo de axiomas y definiciones. Defienden la racionalidad del mundo, creyendo que todo tiene una justificación.
- Empirismo: Desarrollado en las Islas Británicas, sostiene que nuestros conocimientos provienen de los sentidos y la experiencia sensible. Los empiristas rechazan la existencia de ideas innatas.
La Vigencia del Pensamiento Cartesiano
El pensamiento de Descartes mantiene una notable actualidad y relevancia:
- Renovación del saber: La inquietud cartesiana por la renovación del saber evidencia su espíritu crítico respecto a la tradición. Su pensamiento supone un renacimiento del espíritu crítico y abierto, alma de la filosofía, al atreverse a poner en entredicho todos los conocimientos previamente aprendidos para estructurar un nuevo saber filosófico.
- La duda: La duda metódica cartesiana puede inspirarnos para pensar y cuestionar la información que recibimos acríticamente en la actualidad.
- Las matemáticas: A partir de Descartes, las matemáticas se impusieron en casi todos los ámbitos de la cultura occidental, considerando que las leyes que rigen los fenómenos deben reducirse a expresiones matemáticas.
- El método: La filosofía de Descartes contribuyó fundamentalmente, a nivel teórico, al método científico propuesto por Galileo. Para hacer ciencia, es necesario utilizar la razón y la experiencia; su adecuada conjunción dio lugar a la ciencia moderna y la técnica derivada de ella, impulsando inventos y descubrimientos incesantes.
- “Pienso, luego existo”: La enorme influencia de esta proposición en posteriores teorías sobre el conocimiento reconoce el papel clave del sujeto en el acto de conocer.
- Autonomía de la razón: Sin la autonomía de la razón, el desarrollo científico no habría sido posible.
Comparación con Platón: Ontología, Epistemología y Antropología
Descartes comparte con Platón ciertas preocupaciones filosóficas, pero sus respuestas difieren significativamente:
Realidad (Ontología)
- Platón: Propone un dualismo ontológico donde la verdadera realidad reside en el mundo inteligible de las Ideas, por ser universal, necesario e inmutable. El mundo sensible es una realidad aparente, una copia imperfecta del mundo inteligible.
- Descartes: Distingue tres tipos de realidades: res extensa (sustancia extensa, el mundo físico), res cogitans (sustancia pensante, el alma) y Dios. Descartes otorga al mundo físico una realidad propia, no meramente aparente como en Platón.
Conocimiento (Epistemología)
- Platón: El conocimiento del mundo sensible es mera doxa (opinión), útil solo como recuerdo de las Ideas que el alma ya conocía antes de encarnarse. El conocimiento más elevado corresponde a lo inteligible.
- Descartes: Cree en la existencia de ideas innatas, a través de las cuales pretende demostrar la existencia de Dios. Coincide con Platón en que el conocimiento más elevado es el inteligible, y que las opiniones carecen de valor.
Antropología
- Platón: Concepción dualista del ser humano. El verdadero yo es el alma, perteneciente al mundo inteligible, encerrada accidentalmente en el cuerpo. El alma racional es inmortal y define al ser humano.
- Descartes: También concibe al ser humano como compuesto de dos sustancias independientes: el cuerpo (res extensa) y el alma (res cogitans), que interactúan a través de la glándula pineal. Al igual que Platón, considera el alma racional como inmortal y definitoria del ser humano.
Conceptos Clave en la Filosofía Cartesiana
- Algebra: Parte de las matemáticas que trata la cantidad en general mediante símbolos, buscando simplificar y generalizar cuestiones numéricas.
- Alma: Sustancia pensante, el yo propio de cada hombre.
- Análisis de los geometras: Procedimiento de la geometría analítica para resolver problemas mediante ecuaciones.
- Certeza: Cualidad subjetiva de una creencia que expresa la seguridad del sujeto ante un enunciado.
- Circunspección: Actitud de prudencia mental que evita la precipitación en el razonamiento.
- Claridad: Nota característica del criterio de certeza; una manifestación de conocimiento tan evidente que la mente no puede sino asentir.
- Conocimiento cierto: Conocimiento verdadero y firme, el ideal cartesiano.
- Cuerpo: Sustancia material caracterizada por la extensión, considerada por Descartes independiente del sujeto que la conoce.
- Duda: Proceso metódico y sistemático emprendido por Descartes para encontrar una verdad indudable, considerando falso todo aquello de lo que pueda dudarse.
- Esencia: Lo que una cosa es. En el texto, se refiere al verdadero ser del yo, que es el pensamiento, atributo esencial del alma, distinto y más fácil de conocer que el cuerpo.
- Evidencia: Aprehensión directa de la verdad de una proposición; criterio de certeza, cuyas notas son la claridad y la distinción.
- Ideas: Representaciones de la realidad en nuestro pensamiento. Para Descartes, además de actos de pensar, tienen contenido y representan la realidad.
- Lógica: Disciplina filosófica que estudia los razonamientos válidos por su forma.
- Método: Camino o conjunto de reglas para alcanzar una meta.
- Opinión: Creencia considerada verdadera por quien la sostiene, sin razones suficientes.
- Razón: Facultad humana para establecer juicios correctos y distinguir la verdad del error.
- Silogismo: Razonamiento deductivo de dos premisas y una conclusión. Descartes lo critica por no añadir conocimiento nuevo.
- Verdad: Conformidad entre lo que se dice, piensa o cree y la realidad.
- Yo: Equivalente a alma o conciencia; indica la identidad personal. Para Descartes, es la primera verdad de su sistema.
El Método Cartesiano: La Búsqueda de la Certeza
Alarmado por las polémicas escolásticas, Descartes buscó un método que le permitiera alcanzar el conocimiento de la verdad y liberarse de inquietudes. Criticó la división de la ciencia por la diversidad de sus objetos, abogando por una concepción unitaria del saber, ya que la razón humana es la misma para todos los objetos. Por ello, defendió la existencia y necesidad de un método universal.
Descartes empleó un método ideal, basado en las matemáticas, que proporciona conocimientos ciertos e indudables. Consiste en una cadena de deducciones a partir de principios simples y evidentes (axiomas). Sus ventajas radican en permitir evitar el error gracias al orden y rigor, garantizando el conocimiento con seguridad y certeza.
Reglas del Método Cartesiano:
- Evidencia: No admitir como verdadero nada que no sea dudoso.
- Análisis: Dividir las dificultades en tantas partes como sea posible hasta llegar a los elementos más simples por intuición.
- Síntesis: Proceder desde lo más simple a lo más complejo mediante deducción.
- Revisión: Realizar enumeraciones y revisiones completas para asegurarse de no omitir nada.
El Punto de Partida: La Duda Metódica
Una vez solucionado el problema de la división del saber, Descartes procede a elaborar su sistema filosófico. Para constituir una filosofía válida, necesita un principio cierto. Para ello, aparta todo conocimiento y opinión que permita la duda.
Características de la Duda Cartesiana:
- Es universal: afecta a todos los conocimientos.
- Es metódica: persigue un objetivo (encontrar la verdad).
- Es teórica: afecta solo al plano del pensamiento.
Ámbitos de la Duda:
- Sentidos: Dudamos de los sentidos porque a veces nos engañan.
- Realidad: Dudamos de la existencia de la realidad externa porque no podemos distinguir con certeza cuándo estamos despiertos o soñando.
- Verdades matemáticas: Podemos dudar incluso de las verdades matemáticas (como que la suma de los ángulos de un triángulo es 180°) si suponemos la existencia de un genio maligno que nos engaña.
La Primera Verdad: “Pienso, luego existo” (Cogito, ergo sum)
Algo resiste a toda duda: el propio acto de dudar. No podemos dudar de que estamos dudando, ni de nuestros pensamientos. De aquí surge la primera verdad indudable: “Pienso, luego existo” (Cogito, ergo sum).
Características del Cogito:
- Se trata de una intuición: se muestra la imposibilidad de pensar sin existir.
- Es una idea clara y distinta: una verdad absoluta, inmune a todo tipo de dudas.
- A partir de ella, Descartes deduce el criterio de certeza.