Arquitectura, Culto y Ritos Funerarios en la Antigua Roma
La Vida en la Antigua Roma: Viviendas, Cultos y Ritos Funerarios
Tipos de Viviendas Romanas
- Insula: Un bloque de pisos de alquiler, construido en vertical para aprovechar el poco espacio de las ciudades. El edificio podía tener hasta cuatro pisos, con comercios o tiendas en la planta baja. En general, los pisos superiores eran más pequeños y menos confortables que los inferiores.
- Domus: La casa señorial urbana donde vivían las familias acomodadas (la imagen representa una domus). A partir de la época de la República, las casas más lujosas contaron con baños privados, unas termas para uso de las familias. Se edificaban cerca del jardín.
- Villa: Casa también señorial, pero situada fuera de la ciudad, en el campo. Por un lado, contaba con campos de cultivo y ganadería, y por otro, era un lugar de ocio para sus propietarios, miembros de la aristocracia.
Partes de la Domus
La domus, la vivienda urbana de las familias adineradas, se estructuraba en torno a varios espacios clave:
Peristilo y Jardín
En las domus generalmente había un jardín rodeado de un peristilo, es decir, una galería de columnas que cubría los cuatro lados del jardín. En ocasiones, las paredes del peristilo estaban decoradas con pinturas y obras de arte. El jardín fue ganando importancia con el tiempo.
Tablinium
Es una pequeña sala situada detrás del atrio. Era el despacho del propietario de la casa y servía de frontera entre la parte pública de la casa (la que comunicaba con la calle) y la privada.
Atrio
Es un patio a cielo abierto al que daban la mayoría de las estancias de la casa. En el centro había una balsa cuadrada, el impluvio, donde se recogía el agua de la lluvia gracias a que los tejados se orientaban hacia el interior.
Triclinium
Es el comedor. Algunas casas también tenían comedores a cielo abierto instalados en el jardín.
Vestíbulo
La puerta de entrada daba a un vestíbulo que conducía hasta el atrio.
Tiendas
Los propietarios de la domus a menudo instalaban tiendas a ambos lados de la entrada. Las tiendas daban a la calle, pero no se comunicaban con la casa.
Cubicula (Habitaciones para dormir)
Las habitaciones para dormir (cubicula) daban al atrio. Una cortina hacía de puerta.
Culina
Es la cocina, una sala pequeña que disponía de hornos.
El Culto Religioso en Roma
El Culto Público
Los cultos religiosos se celebraban fuera de los templos, en torno a un altar situado frente al edificio. El templo romano, al contrario de la iglesia cristiana, únicamente servía para guardar la estatua del dios; no se entraba en él. La palabra templo originariamente designaba la parte imaginaria del cielo que los augures, un tipo de sacerdotes, delimitaban con un bastón para observar el vuelo de los pájaros e interpretar, en función de cómo volaban, la voluntad de los dioses. Los romanos dirigían plegarias a los dioses y les hacían votos, es decir, promesas solemnes para obtener de ellos algún beneficio. También era muy frecuente celebrar sacrificios: matar a un animal u ofrecer alguna cosa a los dioses como presente. La persona que realizaba el sacrificio tenía que lavarse e ir vestida de blanco. Los animales que se sacrificaban no podían tener ninguna tara, se decoraban con cintas y se les doraban los cuernos. Una vez acabada la ceremonia, la carne del animal se repartía entre los sacerdotes, la persona que ofrecía el sacrificio y el público que asistía al acto.
El Culto Privado
Además de celebrar ceremonias destinadas a los diversos dioses públicos, los romanos también rendían culto a los dioses privados de cada casa:
- Lares: Las ofrendas y oraciones a los lares (los dioses o espíritus guardianes del hogar) se realizaban en el larario, un pequeño altar sagrado que había en todas las casas.
- Manes: Eran espíritus de los antepasados que protegían el hogar. Pero cuando no se les rendía culto, se enfadaban y provocaban pesadillas nocturnas, enfermedades misteriosas o manías.
- Penates: Originariamente eran dioses protectores de la despensa y, más tarde, de toda la casa. Se les daba en ofrenda un poco de la comida diaria, que se debía colocar en el corazón de la figura que los representaba.
Los Ritos Funerarios Romanos
Los ritos funerarios se iniciaban llamando al difunto. Como este no contestaba, se confirmaba que se le podía dar definitivamente por muerto. Entonces estallaban en llantos y se procedía a lavar y vestir al cadáver, que después se exponía durante varios días. Pasados estos días, se realizaba la pompa fúnebre: se llevaba una imagen del difunto por las calles de la ciudad hasta el foro. Ante la imagen del difunto desfilaban las máscaras de sus antepasados, con las insignias de los cargos que había ostentado en su vida. Detrás iban los familiares vivos, entre músicos y actuaciones de bailarinas, bufones y plañideras. En el foro se realizaba el elogio fúnebre del difunto, normalmente a cargo del heredero.
Incineración
A continuación, la comitiva se trasladaba fuera de la ciudad, donde se depositaba el féretro con el cuerpo sobre una pira de leña. Cuando el fuego se apagaba del todo, la multitud se despedía del difunto y se dispersaba. Los familiares recogían los restos calcinados del cuerpo, los depositaban en una urna cineraria, y enterraban un dedo del muerto que previamente habían cortado. Se celebraba un banquete funerario y la urna se depositaba en el panteón o mausoleo familiar. Al cabo de nueve días se realizaba un sacrificio y se daba por concluido el periodo funerario. Estos rituales tan espectaculares contrastan con los que se realizaban si el difunto era pobre. En este caso, los funerales eran sencillos y se celebraban de noche, y las urnas no se depositaban en mausoleos, ya que las familias no tenían dinero para pagar su construcción, sino en columbarios. Eran edificios con diferentes salas que tenían nichos en las paredes (hornacinas) donde se depositaban las urnas de los difuntos.
Inhumación
En el rito de la inhumación, el cuerpo se colocaba dentro de una caja de madera, de un ánfora, de una teja o de un sarcófago. Estos objetos eran depositados en la tierra, en una fosa, en el caso de los más pobres, y en un mausoleo en el caso de la gente adinerada.