Composición de la Orina y Trastornos del Sistema Urinario: Métodos de Recolección para el Diagnóstico Clínico
Composición Química de la Orina
El agua equivale a un 95% del volumen total de orina, mientras que el 5% restante consiste en solutos derivados del metabolismo celular y otras fuentes, como los fármacos. Tales solutos son:
- Urea: Se deriva principalmente de la desaminación de proteínas.
- Creatinina: Se deriva principalmente de la creatina.
- Ácido úrico: Producto del catabolismo de ácidos nucleicos, derivado de la digestión de los alimentos o la citólisis. A causa de su insolubilidad, tiende a cristalizarse y es un componente usual de los cálculos renales.
- Indicán: Sal potásica del indol. Este último es resultado de la putrefacción de proteínas en el intestino grueso y se transporta por medio de la sangre al hígado, donde es probable que se modifique a indicán (sustancia menos tóxica).
- Cuerpos cetónicos: También llamados cuerpos de acetona. Es normal que estén presentes en bajas concentraciones, pero aumentan en diabéticos y personas con inanición aguda.
- Otras sustancias: Suelen estar presentes en cantidades mínimas, dependiendo de la dieta y el estado de salud general. Entre ellas, se incluyen carbohidratos, pigmentos, ácidos grasos, mucina, enzimas y hormonas.
- Cloruro de sodio: Sal inorgánica principal. Su cantidad excretada varía con su ingestión.
- Iones potasio.
- Iones sulfato: Derivados de los aminoácidos.
- Iones fosfato: Funcionan como amortiguadores en la sangre.
- Iones amonio: Se deriva del catabolismo de las proteínas. La cantidad que excretan los riñones varía según las necesidades corporales para compensar la acidez de la sangre y los líquidos tisulares.
- Iones magnesio.
- Iones calcio.
Trastornos del Aparato Urinario
A continuación, se describen algunos de los trastornos más comunes que afectan al sistema urinario.
Gota
La gota es un trastorno hereditario que se relaciona con concentraciones anormalmente altas de ácido úrico en sangre. Al catabolizarse los ácidos nucleicos, se genera como producto de desecho una cierta cantidad de ácido úrico. Al parecer, algunas personas producen esta sustancia en forma excesiva, mientras que otras tienen dificultades para excretar sus concentraciones normales. Sea cual fuere el caso, el ácido úrico se acumula y tiende a solidificarse en cristales que se depositan en las articulaciones y los tejidos renales.
Glomerulonefritis (Enfermedad de Bright)
La glomerulonefritis es una inflamación renal que afecta a los glomérulos. Una de sus causas más comunes es una reacción alérgica a las toxinas producidas por estreptococos que hayan infectado recientemente otras partes del cuerpo. Los glomérulos se inflaman y se llenan de sangre hasta el punto de que las membranas glomerulares se vuelven muy permeables y permiten que las proteínas y los elementos formes de la sangre pasen al filtrado. Si los cambios en los glomérulos son permanentes, surgen nefropatías crónicas e insuficiencia renal.
Pielonefritis
La pielonefritis es una inflamación de uno o ambos riñones que afecta a las nefronas y la pelvis renal. Este trastorno generalmente es una complicación de infecciones en otras partes del cuerpo.
Cistitis
La cistitis es una inflamación de la vejiga urinaria que afecta principalmente a la mucosa y submucosa de este órgano, resultado de infecciones bacterianas, sustancias químicas o lesiones mecánicas.
Nefrosis
La nefrosis es un padecimiento en el que la membrana glomerular se vuelve excesivamente permeable, lo que posibilita que pasen grandes cantidades de proteínas de la sangre a la orina. Posteriormente, se acumulan agua y sodio en el cuerpo, lo que provoca edemas.
Insuficiencia Renal
La insuficiencia renal es la disminución o interrupción de la filtración glomerular y se clasifica en dos tipos: aguda y crónica.
Infecciones de Vías Urinarias
El término infecciones urinarias se emplea para hacer referencia a cualquier infección de alguna parte del aparato urinario o a la presencia de grandes poblaciones microbianas en la orina. Este término abarca la bacteriuria significativa (presencia de bacterias en la orina en concentraciones indicativas de infección activa), la bacteriuria asintomática (reproducción de grandes poblaciones bacterianas en la orina sin aparición de síntomas), la uretritis (inflamación de la uretra), la cistitis y la pielonefritis.
Recogida de Muestras de Orina
La orina constituye una muestra de fácil obtención y de carácter no traumático para el paciente. No obstante, para poder garantizar la calidad de los resultados, es necesario sistematizar los procedimientos de obtención de la misma en función de los objetivos perseguidos, las características del paciente, etc.
El estudio de las muestras de orina puede plantearse desde dos puntos de vista: el diagnóstico y tratamiento de enfermedades renales o del tracto urinario, y la detección de enfermedades metabólicas o sistémicas no directamente relacionadas con el sistema urinario.
Una vez determinado por el personal facultativo el tipo de muestra necesaria para el estudio, se procederá a:
- Informar a la persona objeto de estudio.
- Indicar el tipo de muestra deseada.
- Orientar acerca de la técnica de obtención de la misma.
- Cuando la muestra sea tomada fuera del laboratorio, indicar las pautas de almacenamiento y transporte más adecuadas en cada caso.
- Insistir en la importancia de la higiene y la limpieza en general al proceder a la recogida de la muestra, evitando así la contaminación involuntaria.
- Describir el tipo y las características más adecuadas del recipiente a utilizar.
A la hora de elegir el método más adecuado para llevar a cabo la recogida de una muestra de orina, es muy importante tener en cuenta:
- La capacidad del paciente para evacuar la vejiga de forma voluntaria.
- La necesidad de utilizar técnicas invasivas para obtener la orina en condiciones adecuadas.
Para poder obtener la mayor cantidad de información posible, es fundamental ajustarse en la medida de lo posible a las siguientes reglas básicas:
- Que la muestra utilizada para el estudio sea HOMOGÉNEA. Es fundamental homogeneizar la muestra antes de realizar dicho estudio.
- Que sea REPRESENTATIVA del total. Si la muestra que tomamos no lo es, los resultados serán erróneos.
- Que sea tomada en condiciones adecuadas según sea el objeto del estudio de orina. Hay que procurar alterarla lo menos posible, especialmente si se ha de transportar.
- Utilizar los recipientes más adecuados en cada caso.
- Conservarla adecuadamente cuando no pueda ser estudiada inmediatamente.
- Etiquetar e identificar convenientemente la muestra, haciendo constar datos como:
- Datos personales del paciente (nombre y apellidos, edad, sexo, nº SS, etc.).
- Tipo de estudio solicitado.
- Fecha y hora exacta de la recogida.
- En caso de ser necesario, indicar conservadores utilizados.
- Otros datos complementarios.
- Una vez recogida la muestra en el recipiente más adecuado, para su procesamiento en el laboratorio, es conveniente utilizar tubos que sean:
- Más manejables.
- De volumen más reducido (entre 10 y 12 ml).
- De fácil manejo y almacenamiento.
- Normalmente, de fondo cónico.
- Transparentes.
- Fácilmente rotulables y, preferentemente, con dispositivos de cierre.
Tipos de Muestras de Orina
Recogida para Estudios Rutinarios de Orina
Para el estudio químico y microscópico, en general, basta una muestra obtenida por micción.
Para la mayoría de los estudios de rutina, es preferible una muestra concentrada a una diluida. La concentración de solutos y elementos formes varía a lo largo del día y depende de la ingesta de líquidos. La primera muestra de orina eliminada por la mañana al levantarse suele ser la más concentrada. Esta muestra se utiliza para determinar el pH, la densidad, albúmina, glucosa, acetona, bilirrubina, urobilinógeno, nitritos y sangre, así como para el examen microscópico (sedimento urinario). Por otra parte, la recogida de una muestra aleatoria suele resultar, además, más cómoda para el paciente y puede utilizarse en la mayoría de pruebas selectivas.
Recogida de Orina para Estudios Cuantitativos
Para muchas pruebas se utiliza una muestra de 24 horas; también se recogen muestras de 2 y 12 horas. Puesto que durante un período de 24 horas se excretan sustancias como hormonas, proteínas y electrólitos de forma variable, la mejor forma de realizar una determinación válida es utilizar una muestra de 24 horas, lo que ofrece mejores resultados que las muestras aleatorias. La utilidad de las muestras de 24 horas es para determinar, entre otros parámetros, cobre, glucosuria, ácido úrico, urea, iones, porfirinas, etc.
Para recoger la muestra de 24 horas, se le indica al paciente que vacíe su vejiga a las 8:00 h de la mañana o en un momento apropiado al levantarse, y que deseche esa orina. El paciente debe recoger toda la orina siguiente durante 24 horas, incluida la de las 8:00 h de la mañana siguiente, en un recipiente adecuado que se le suministrará y que conservará en el frigorífico. Una vez entregada la muestra, se mide y registra el volumen total de orina y se mezcla completamente antes de retirar una muestra medida para el estudio.