Platón: Dualismos Fundamentales y la Teoría de las Ideas en su Filosofía
La Filosofía de Platón: Pilares del Pensamiento Idealista
1. La Teoría de las Ideas: Fundamento del Idealismo Platónico
La Teoría de las Ideas, eje central de la filosofía platónica, se elabora con tres propósitos fundamentales:
- Propósito Ético: Platón busca fundamentar la virtud en el saber. Para ser justo, es imprescindible conocer la Idea de Justicia. Frente al relativismo de los sofistas, Platón postula la existencia de una Idea eterna e inmutable de Justicia.
- Propósito Político: Los gobernantes deben ser filósofos que se guíen por su conocimiento de las Ideas, especialmente la Idea del Bien y la Justicia, para asegurar una polis justa.
- Propósito Epistemológico: La episteme (ciencia) solo puede versar sobre objetos estables y permanentes, es decir, las Ideas, que son la verdadera realidad.
En La República, la profunda contraposición entre los dos mundos es magistralmente expresada mediante el Mito de la Caverna.
2. El Dualismo Ontológico: Dos Mundos, Una Realidad
Según Platón, además de las cosas buenas, justas o bellas que percibimos, existen el Bien, la Justicia y la Belleza en sí. Es decir, las cosas buenas son buenas porque existe algo que llamamos el Bien en sí o Idea de Bien. Las cosas justas son justas porque existe algo que llamamos la Justicia en sí o Idea de Justicia, y así sucesivamente.
Esto no solo ocurre con los conceptos éticos, sino con todas las cosas: los gatos existen porque existe la Idea de Gato, los seres humanos existen porque existe la Idea de Ser Humano, etc.
Como vemos, lo que Platón hace es reutilizar la oposición establecida por los presocráticos entre apariencia y esencia, aplicándola a todo lo existente. Es importante recordar:
APARIENCIA (lo que parece ser) | ESENCIA (lo que es) = IDEA |
---|---|
Contingente / Movimiento | Necesario / Permanencia |
Se capta por los sentidos | Se capta por la razón |
Las Ideas no son meros conceptos o representaciones mentales; son realidades que existen con independencia de las cosas y constituyen la verdadera realidad. Las Ideas tienen existencia en un mundo separado, conocido como el Mundo de las Ideas o Mundo Inteligible. Por ello, su filosofía se denomina idealismo platónico.
Platón sostiene un dualismo ontológico: además de este mundo, al que llama el Mundo Sensible o Mundo de las Cosas, existe otro: el mundo donde se encuentran las Ideas o esencias, es decir, el Mundo Inteligible o Mundo de las Ideas.
3. El Dualismo Epistemológico: Caminos del Conocimiento
Platón mantiene un dualismo epistemológico: hay un verdadero conocimiento (episteme), el conocimiento de las Ideas, que es infalible, certero, universal y necesario, y se alcanza a través de la razón; y un falso conocimiento (doxa), el conocimiento de las cosas sensibles, que se obtiene a través de los sentidos.
La finalidad del conocimiento es ética y política: los futuros gobernantes-filósofos deben conocer las Ideas de Justicia y de Bien para ser gobernantes justos y buenos, conforme al intelectualismo moral.
3.1. Formas de Acceso al Verdadero Conocimiento
3.1.1. La Reminiscencia (Anámnesis)
Según Platón, el alma ha morado en el Mundo Inteligible y ha contemplado allí las Ideas. Al entrar en el Mundo Sensible y unirse al cuerpo, olvida las Ideas, pero puede recordarlas al contemplar las cosas. El conocimiento de las Ideas es, pues, recuerdo (anámnesis) de lo que ya reside en el alma, de modo que el conocimiento sensible no carece totalmente de valor, sino que sirve de ocasión para el recuerdo.
3.1.2. La Dialéctica
La dialéctica es el método propio de la filosofía, que permite el acceso al Mundo de las Ideas. Es un proceso ascendente desde las cosas hacia las Ideas, y luego de Idea en Idea hasta la Idea suprema del Bien.
En La República, Platón nos ofrece dos metáforas clave del proceso dialéctico:
- El Símil de la Línea.
- El Mito de la Caverna.
4. El Dualismo Antropológico: Alma y Cuerpo en Platón
Platón sostiene un dualismo antropológico, ya que opina que el ser humano consta de dos partes diferenciadas: el alma y el cuerpo. El cuerpo es al alma lo que el Mundo Sensible es al Mundo Inteligible: una sombra o imagen imperfecta que le impide ver la verdad. Esto es así porque el cuerpo supone una carga de pasiones, enfermedades y sentimientos.
El alma es inmortal y de naturaleza similar a las Ideas, lo que le otorga la posibilidad de conocerlas. El cuerpo es un estorbo para el alma, pues la arrastra con sus pasiones y le impide la contemplación de las Ideas. Por ello, la muerte es una bendición para el filósofo, y la filosofía es una preparación para la muerte. Aquí se observa nuevamente la influencia platónica en la filosofía cristiana.
Igual que el Mundo de las Ideas tiene prioridad sobre el Mundo Sensible, el alma tiene prioridad sobre el cuerpo y es considerada una realidad intermedia entre ambos mundos. El ser humano es esencialmente alma; ella le proporciona vida y movimiento.
Platón establece tres funciones del alma (racional, irascible y concupiscible), que tienen una correspondencia directa con las clases sociales en su propuesta de ciudad ideal.
5. La Educación en la Ciudad Ideal Platónica
Platón propone un sistema educativo riguroso, dividido en ciclos, diseñado para formar a los ciudadanos de su polis ideal y, especialmente, a sus gobernantes-filósofos:
Primer Ciclo (0-20 años): Formación Básica y Detección de Guardianes
Se trata de una enseñanza básica común, que tiene como objetivo identificar a los guardianes. Se enseñan música, poesía, arte, gimnasia, entre otras disciplinas.
Segundo Ciclo (20-30 años): Formación de los Guardianes
En esta etapa se profundiza en la formación de los guardianes, tanto física (gimnasia) como intelectual (matemáticas).
Tercer Ciclo (30-50 años): Formación de los Gobernantes-Filósofos
Se eligen entre los mejores guardianes, aquellos que sobresalgan por su amor por la polis, por su capacidad intelectual y perseverancia en el estudio. Estos se iniciarán en estudios superiores, específicamente la dialéctica, donde la mente debe adiestrarse en el razonamiento, alejándose de las apariencias de los sentidos. De este modo, surge la clase de los gobernantes-filósofos, capacitados para gobernar la polis.