Introducción a la Crisis del Antiguo Régimen en España

Si recordáis, el tema anterior versaba sobre el siglo XVIII en general, abarcando desde la política con la entrada de los Borbones hasta el pensamiento liderado por la Ilustración. Este tema, sin embargo, parte de los finales de ese siglo, centrándose en el agotamiento y la debilidad del Antiguo Régimen para sostener su estructura.

Pero, ¿recordáis a qué llamamos Antiguo Régimen?

A finales del siglo XVIII se produce de forma progresiva el agotamiento del Antiguo Régimen, caracterizado por:

  • Una monarquía absoluta.
  • Una sociedad estamental.
  • Una estructura económica inoperante en la mayor parte de los países europeos para hacer frente a las crisis políticas y económicas.

La Ilustración, el Liberalismo y, sobre todo, la Revolución Francesa serán claves para provocar el cambio. Progresivamente, se buscará modificar las viejas estructuras incorporando elementos como la división de poderes, la soberanía nacional y las libertades individuales. En España, estas premisas se irán agregando, pero de forma lenta y a un ritmo entrecortado.

Este documento aborda la Crisis del Antiguo Régimen, la Guerra de la Independencia y los comienzos de la revolución liberal en España. Se explorará el impacto de la Revolución Francesa, las relaciones entre España y Francia, el desarrollo de la Guerra de la Independencia, y el primer intento de revolución liberal con las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812.

La Crisis del Antiguo Régimen: El Reinado de Carlos IV

Carlos IV (1788-1808) sucede a su padre Carlos III a finales del siglo XVIII, en 1788. Su reinado supuso el inicio de la crisis del Antiguo Régimen y, por tanto, el fin progresivo de la sociedad estamental, marcando la transición a la época contemporánea.

Carlos IV intentó seguir con el gobierno reformista y autoritario de su padre; sin embargo, tuvo que enfrentarse a una realidad más compleja, marcada por la ya citada Revolución Francesa, cuyas consecuencias incluyeron la ejecución del rey francés, Luis XVI.

Primera Fase (1788-1796): Impacto de la Revolución Francesa y Guerra contra Francia

En un principio, España, bajo el gobierno de Floridablanca (persona de confianza de Carlos III, mantenida por su hijo), intentó evitar el contagio revolucionario, controlando férreamente las publicaciones y a las personas que cruzaban la frontera entre ambos países.

No podemos olvidar que España y Francia habían colaborado estrechamente en muchas ocasiones a lo largo del siglo XVIII en política exterior, con la firma de los Pactos de Familia. Sin embargo, al estallar la Revolución Francesa y tras la ejecución del rey Luis XVI (Borbón y pariente de Carlos IV), España declaró la guerra a Francia, que ya había entrado en conflicto con otras potencias como Austria, Prusia, Nápoles y Saboya.

Los franceses forzaron a los españoles a replegarse, viéndose estos obligados a cesar las hostilidades. Así, Manuel Godoy, nombrado primer ministro, firmó la Paz de Basilea en 1795, cerrando el conflicto. De esta manera, España regresó a su tradicional alianza con Francia, frente al enemigo común: Inglaterra.

Segunda Fase (1796-1808): Amistad con Francia y Consecuencias

Este giro se debió en gran medida a Godoy, quien consideró a Gran Bretaña un enemigo potencial más peligroso para España y sus colonias americanas, pareciéndole por ello más conveniente la alianza con Francia. España, sin embargo, no estuvo a la altura y se convirtió en un satélite de Francia.

Así, firmó varios tratados de alianza con Francia, renovando de esta manera los Pactos de Familia. Sin embargo, las consecuencias fueron desastrosas:

  • Por un lado, la firma del Tratado de San Ildefonso en 1796 provocó la guerra y la derrota de Trafalgar contra Inglaterra, lo que supuso el hundimiento de España como potencia naval e importantes pérdidas territoriales.
  • Por otro lado, en 1807, el Tratado de Fontainebleau, en virtud del cual se permitía a las tropas francesas su paso por territorio español para conquistar Portugal, país aliado de Inglaterra.

Con este pretexto, Napoleón dispuso sus tropas en distintas partes de España. Godoy, al comprender el peligro, intentó trasladar a la familia real a Andalucía, pero en marzo de 1808 estalló el Motín de Aranjuez, lugar donde se encontraba la Corte.

La Guerra de la Independencia Española

El Motín de Aranjuez y el Inicio de la Guerra de la Independencia

El origen del motín residía en el partido que se había formado en torno al príncipe heredero, el futuro Fernando VII, opuesto al excesivo poder y protagonismo de Godoy. Este partido fomentó el descontento entre grupos populares, quienes protagonizaron el motín asaltando el palacio de Godoy.

Carlos IV se vio obligado a destituir a Godoy y a abdicar a favor de su hijo Fernando VII. Napoleón, entonces, logró atraer a la ciudad francesa de Bayona a Carlos IV y a Fernando VII, obligándoles a abdicar la corona en él y cediéndosela a su vez a su hermano José Bonaparte, quien, con el nombre de José I, se convirtió así en rey de España y promulgó la Constitución o Estatuto de Bayona (en realidad, una carta otorgada) que pretendía modernizar las estructuras políticas españolas tomando como modelo el sistema francés.

El dos de mayo de 1808, cuando el resto de la familia real española pretendía abandonar el Palacio de Oriente, el pueblo madrileño se amotinó; pocas horas después, el general Murat reprimió la revuelta fusilando a centenares de personas como escarmiento.

Secuencia de Hechos Clave para Entender el Estallido:

  • 1807: Firma del Tratado de Fontainebleau. Con el fin de que Francia pudiera ocupar Portugal, aliada tradicional de Gran Bretaña, España debía permitir la entrada de tropas francesas en su camino hacia el país vecino. Sin embargo, las tropas galas fueron ocupando puntos estratégicos de la península, pareciendo que querían ubicarse en territorio español más que trasladarse a Portugal. Esto caldeó el ánimo de la población y del fuerte círculo de oposición que ya tenía Godoy y que rodeaba al heredero Fernando VII.
  • 1808: Conjura de El Escorial. Intriga palaciega en la que se intentó forzar a Carlos IV a abdicar en su hijo y motivar así la destitución de Godoy. Sin embargo, el complot fue desarticulado y los implicados, detenidos.
  • 1808 – 19 de marzo: Motín de Aranjuez. Estallido popular, motivado por el grupo de oposición a Godoy y de apoyo al heredero, que fomentó el descontento entre las clases populares y que obligó a Carlos IV a abdicar en su hijo, Fernando VII.
  • 1808 – Principios de mayo: Abdicaciones de Bayona. Napoleón solicitó la presencia de los monarcas españoles para tratar el tema de la invasión de Portugal. Se dirigieron así a Bayona (Francia), aparentemente engañados, ya que allí se les hizo firmar las citadas abdicaciones en las que se cedía la corona a Napoleón y este, a su hermano José Bonaparte.
  • 1808 – 2 de mayo: Levantamientos. Cuando ese día el resto de la familia real intentó abandonar su residencia, el pueblo madrileño se amotinó. Pocas horas después, el general Murat reprimió la revuelta fusilando a centenares de personas como escarmiento. Poco después, la insurrección se extendió por todo el territorio español, quedando dividido en dos bandos, lo que convirtió este conflicto no solo en una guerra contra el invasor, sino también en una contienda interna.