Las nuevas características del sistema político y la sociedad civil a partir de la dictadura militar

Las dictaduras son derrotas sociales que traen aparejadas la reestructuración de la economía y la sociedad civil. Sin embargo, para esto también es necesario el aniquilamiento de los sectores populares, mediante la inmovilización social.

Una vez que se agotó el modelo represivo y se interrumpió la industrialización, los sectores dominantes consideraron redefinir el sistema político mediante una estrategia negativa para los sectores populares, ya que consistía en impedir la movilización de los mismos, inhibiendo su capacidad de cuestionamiento. Esto se logró a través de un proceso de integración de las conducciones de los grupos sociales, es decir, de una cooptación por parte de los sectores dominantes de los líderes de los sectores numerosos. Esta táctica tenía como objetivo perpetuar la dominación impidiendo sistemáticamente la formación de una clase dirigente por parte de los grupos adversarios. Esto lo hacen porque quieren generar consenso sobre el nuevo patrón de acumulación y el desarrollo de sus propios intelectuales orgánicos es imprescindible para conducir a la consolidación de la valorización financiera.

Gramsci plantea una teoría política sobre Italia que bien podría aplicarse para Argentina, salvando ciertas diferencias. Ésta presenta una situación de transformismo, donde los sectores dominantes excluyen a las clases subalternas, al mismo tiempo que siguen dominándolos sobre una base de integración de las conducciones políticas. Según esta perspectiva, el consenso se genera sobre la superestructura mientras que la estructura se mantiene en la misma posición, gracias a la hegemonía de los intelectuales orgánicos.